FIFA
¿Recuerdas, queridolectora, que en mi Buhedera
del jueves yo decía que Adolfo Zarza, el chavo auxiliar de nuestra oficina, parecía haber librado milagrosamente la tremebunda pulmonía que lo tenía en terapia intensiva en una clínica del IMSS desde el jueves anterior, Jueves Santo? Bueno, pues mis palabras fueron un simple buen deseo fallido.
Adolfo murió esa misma noche. Tenía 28 años. No dejó hijos. Al parecer, el problema fue una infección tremenda en los pulmones, adquirida vía el guano de los murciélagos de su visita a una cueva en Monterrey la semana anterior, en que estuvo de vacaciones.
Quizá yo debería hincharme de sagrada indignación y abundar en la colosal negligencia de algunos integrantes de esa institución de salud pública (que tan importante es para el pueblo mexicano), y repetir lo que tantos y tantos denuncian mil veces por día: la desidia personal, las carencias operativas, la indiferencia institucional...
Claro que me arriesgaría a que un burócrata cínico me preguntara burlonamente: ¿Quién le mandaba enfermarse en Semana Santa, sabiendo que en esos días no hay nadie? Sería posible hacer tal denuncia, a lo mejor hasta sería obligado, pero, la verdad, no le veo el caso.
¿Para qué hurgar todavía más hondo en la herida que el pueblo mexicano tiene también en el costado de la salud pública (además de sus heridas en seguridad, en justicia, en empleo, en educación, en jubilaciones, en servicios, etcétera)?
Vonnegut
Ya metidos en el reino de Tanatos, leo que el enorme escritor satírico Kurt Vonnegut murió a los 84 años en Manhattan. Extrañaremos su pluma ácida, su talento humorístico, su sensatez filosa de hombre de a pie, su estricta moral a ras del suelo y su crítica demoledora contra los poderosos de toda laya.
Subprime
Se les llama así a quienes tienen dudosas credenciales como sujetos de crédito (por mal historial, ingresos insuficientes, etcétera), y a pesar de ello recibieron préstamos hipotecarios en EU.
Los pillos de la industria financiera gringa (o sea, todos los que juegan en esa mesa) inventaron unos créditos especiales para ellos: con cero enganche, con intereses bajísimos los dos o tres primeros años (de manera que no cubrieran ni siquiera los intereses, etcétera), con tal de ganar comisiones por colocar masivamente esas trampas.
Obviamente, incontables sujetos "subprime" cayeron en el garlito, dando a ganar millones a esos agentes financieros, quienes a su vez se deshicieron de inmediato de esas papas calientes vendiéndolas a firmas de Wall Street que las segurizaron y las vendieron a su vez en el mercado abierto de los babososo inversionistas de a pie (y en todos esos brincos había comisiones).
¿Por qué no iban a actuar así los acreditados con esos regalos del cielo, para dizque comprar casas que estaban fuera de sus posibilidades reales, si cada año esas casas dizque subían de valor y ellos podían refinanciar una y otra vez (es decir, pedir más dinero prestado, con las nuevas comisiones para los piratas financieros, etcétera).
Obviamente, ahora que las casas dejaron de subir de precio (como fatalmente tenía que ocurrir en algún momento), subieron los intereses, y las hipotecas perdieron su rostro lindo y empezaron a ajustar sus mensualidades no sólo para cobrar íntegros los intereses, sino para abonar un mínimo a la deuda, esa gigantesca estafa está tronando.
Y obviamente, ahora salen los embaucadores con la vacilada de que todo es culpa de los fraudes cometidos en la contratación de esos créditos (fraudes cometidos por montones, ciertamente). La vieja falsedad justificatoria: el sistema es perfecto; son ciertos actores los que fallaron y dieron al traste con la maravilla ¡Cuando el problema central no son los fraudecitos cometidos! El verdadero problema fue el fraude central, básico: la invención de esos esquemas, para empezar.
¿O qué otro nombre puede darse a esa estafa para ganar comisiones en cada venta (y en cada refinanciamiento), al prestar dinero a una multitud de subprimes que nunca tuvieron la menor posibilidad (y quizá ni la intención) de pagarlos?
Aplausos y chiflidos: gfarberb@yahoo.com.mx
Consultas: http://www.buhedera.mexico.com