|
"Vasconcelos"

"La Constitución señalaba que los hijos de campesinos y de los obreros recibirían educación gratuita"

""
05/08/2009 00:00

    Geovanni Osuna

    En 1921 se echó a andar el proyecto social de la Revolución Mexicana: "educar a las "masas populares". El Gobierno da tierra y créditos a los campesinos para sembrar. La Constitución señalaba que los hijos de campesinos y de los obreros recibirían educación gratuita. La tarea era titánica, pues el 80 por ciento de la población no sabía leer ni escribir y la mitad de los mexicanos no hablaba castellano.
    México había vivido 10 años de guerra civil y el Gobierno no tenía recursos; pero contaba con una enorme voluntad para que los niños mexicanos recibieran educación, nutrición y salud, como entonces se dijo: "alfabeto, pan y jabón".
    Esta campaña estaba enfocada en que la escuela primaria llegara a todo el país y que todos los mexicanos supieran leer y escribir. Además, alentaba a los que ya sabían leer y escribir a enseñar a los que no sabían; se fundaron bibliotecas en ciudades y pueblos; se publicaron revistas y libros, tanto para niños como para adultos.
    En el campo, José Vasconcelos, el autor intelectual de esta iniciativa organizó las misiones culturales: grupos de estudiantes y profesionistas que se instalaban como maestros temporalmente en diferentes lugares para alfabetizar a la gente y enseñarle medidas de higiene, oficios y como aprovechar mejor los recursos del lugar donde vivían.
    Resaltó la importancia del deporte, la música, las artes gráficas y las manualidades. Además fomentó las escuelas técnicas, los talleres y en el campo los huertos escolares. Se preocupó por la alimentación y la salud de los niños.
    Fue Vasconcelos quien redactó la Ley que creó la Secretaría de Educación Pública en 1921 y encabezó la institución por 3 años. En su paso por la Secretaría de Educación Pública funda las gloriosas brigadas de "maestros misioneros" que construyeron mil escuelas rurales y alfabetizaron a 100 mil mexicanos.
    Vistos, a la distancia, los frutos alcanzados fueron muy importantes; pero más la manera imaginativa de instrumentarlos. Vasconcelos gustaba enfatizarlo: "Logré lo principal: interesar a la opinión pública en la tarea de la educación popular y afirmar el precedente que es el Estado el que debe fomentar la educación destinándole una parte considerable de sus recursos fiscales".
    ¿Esta convicción prevalece en la actualidad? Claro que no.
    Tenemos que aceptar que estamos muy lejos de las ideas Vasconcelistas sobre la educación pública. Lo que prima en la actualidad es la mercadotecnia en la educación. Con mucho sigilo en los últimos años se han introducido reformas en el sistema educativo nacional en desmedro de contenidos éticos y cívicos.
    Se ha llegado a plantear, por los que dirigen la SEP, el despropósito de suprimir la Filosofía de los planes de estudio de todo el sistema educativo nacional, lo cual nos parece sumamente grave, puesto que la Filosofía es parte intrínseca en la formación integral del conocimiento de la persona.
    La enseñanza de la Filosofía implica el desarrollo de una formación personal que tiene como resultado la constitución de ciudadanos con un pensamiento crítico, autónomo y reflexivo. Este primer contacto y, por desgracia, casi único, de los jóvenes con el quehacer filosófico, los hace más conscientes de sí mismos y del mundo en que viven, permitiéndoles una verdadera educación en los valores frente a la corrupción, la desigualdad extrema, la discriminación y la ignorancia.
    La Filosofía en México ha tenido nombre y ha tenido un lugar. Probablemente los tecnócratas de la SEP no estén informados de los grandes logros de la cultura mexicana. Y el hilo de la historia se une: a Vasconcelos y a Octavio Paz los unía el gusto por la Filosofía; siendo el primero filósofo y el segundo, Premio Nobel de Literatura, recomendaba estudiar Filosofía: "La poesía y el pensamiento viven en casa separadas, pero contiguas. Hay siempre un pasadizo secreto y los buenos poetas frecuentan al pensamiento, porque la buena poesía es lucidez y también los grandes filósofos se alimentan de poesía".
    Ante esta inmensa verdad analicemos qué han hecho los gobiernos de los últimos 20 ó 30 años por la educación del país: el número de consumidores culturales debería haber aumentado de manera considerable en México, por lo menos desde 1921, año I de la política cultural vasconcelista. Pero, ¿ha sido el caso? Tengo mis dudas.
    Lo único por cierto es que debemos trabajar para tener un régimen sociopolítico que ayude al nacimiento, desde la infancia, de la creatividad intelectual, científica, artística; un régimen preocupado en apuntalar dicha creatividad con todos los medios educativos posibles.
    La tarea no es fácil. Cito una anécdota de Vasconcelos para ilustrarlo:
    Durante una visita a Lerma "sin previo aviso", para llevar libros, llegó al pueblo y abrió su cajuela para comenzar a sacar los paquetes de textos que entregaría al ayuntamiento. Mientras se disponía hacer dicha acción, un guardia de la policía lo vio y sospechó que él formaba parte de una banda de malhechores y que de su cajuela sacaría un arsenal de armas. El guardia dio la voz de alarma y sin más explicación fue guiado a punta de fusil hasta la cárcel del lugar. Después de una disputa verbal y, aclarado el malentendido, fue puesto en libertad.
    A pesar de esta mala experiencia, Vasconcelos siguió "cayendo de sorpresa" para entregar libros por muchos lugares, a lo largo y ancho de todo México, con una vocación de cultivar a los mexicanos. Ese es el espíritu que nos debe mover.
    lqteran@yahoo.com.mx