"La crisis de la educación mexicana se remonta, en su trance más prolongado, a casi 20 años atrás, cuando Carlos Salinas de Gortari impuso como Secretaria General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en abril de 1989, a Elba"

Geovanni Osuna

Cuando veo en la gente despreocupación e indolencia, sin tener conciencia del despeñadero al que nos llevan los que detentan el poder, me explico claramente la causa de la descomposición de la educación al punto de la degradación, pues un pueblo culto exige sus derechos y reflexiona sobre su realidad, cuestión ampliamente vetada por la oligarquía dominante y sus más despreciables vasallos.
La crisis de la educación mexicana se remonta, en su trance más prolongado, a casi 20 años atrás, cuando Carlos Salinas de Gortari impuso como Secretaria General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en abril de 1989, a Elba Esther Gordillo en sustitución de Jonquitud Barrios.
A partir de entonces empieza una nueva etapa en la vida y labor docente que ha sido de funestas consecuencias para los alumnos, sobre todo de educación básica, pues, estos padecen déficit en variadas áreas del conocimiento de acuerdo con estudios realizados por organismos especializados.
Esto nos a llevado a que los estudiantes de primaria y secundaria estén por debajo en sus conocimientos de países como Cuba, Costa Rica, Uruguay y Argentina, entre otros del tercer mundo, y ni que hablar de los países desarrollados.
Las deficiencias de nuestra juventud no son atribuibles a los maestros solamente, sino a la corrupción de la cúpula sindical del magisterio. Por citar un ejemplo, está el caso del yerno de Elba Esther Gordillo, Fernando González Sánchez, en cuyas manos se encuentran las políticas de enseñanza para más de 25 millones de niños, pese a su evidente impericia para ocupar el cargo de Subsecretario de Educación Básica.
Pero esta es la era del conocimiento y ante el pueblo que desconoce tecnicismos se han justificado cuestiones eminentemente éticas: tenemos uno de los presupuestos más altos en educación en América latina y, sin embargo, aparecemos con niveles magros en forma comparativa.
Esto evidencia que existe una inversión destinada a la corrupción de la burocracia sindical que controla de manera atroz, entre otras cosas, las plazas de los maestros con la complicidad de los gobiernos que, por intereses políticos, han protegido sistemáticamente a la presidenta vitalicia del gremio, cuyo objetivo ha sido usar de forma descarada al millón y medio de maestros afiliados en el Sindicato de los educadores para fines políticos.
Lo sabemos, cada inicio de sexenio se repite el mismo cuento: con Carlos Salinas de Gortari se firmó el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica; con Fox, el Pacto para la Calidad Educativa; en la actualidad, con Calderón, la Alianza por la Calidad de la Educación.
No importa quién sea el Presidente ni su tendencia partidista. Lo fundamental para la lideresa del magisterio es alimentar su táctica del chantaje para ejercer presión y contar con espacios que le permitan negociar con el gobierno en turno. Se ha denunciado que la cuestionada Alianza por la Calidad de la Educación no es otra cosa que una maniobra para controlar a los maestros en las elecciones de 2009, lo cual no lo ponemos en tela de juicio dado el binomio Calderón-Gordillo.
La oferta de dádivas, el pago de favores, el desconocimiento de las bases, la añeja práctica de mantenerlo todo en secreto para que ningún opositor se cuele y la realización de "foros-trámite" sólo para los incondicionales, en la mayoría de los casos, marcan la línea de la inversión en educación.
No queda ninguna duda, todo está bien orquestado, preparado, aunque hay que reconocer que Elba Esther Gordillo tiene visión sobre lo que quiere porque el SNTE y sus congresos nacionales son un proyecto político más que una cuestión educativa y sindical, ¡qué importa la formación de los jóvenes!
Es un hecho indiscutible que los problemas de la educación en México no se resuelven con pactos y alianzas, eso se ha demostrado ampliamente, lo que se necesita es democratizar el SNTE y que los gobernantes dejen de usar a los maestros a través del corporativismo en cuestiones políticas electorales.
Otro ejemplo del descaro de la presidenta vitalicia de SNTE son las famosas 59 Hummer, que con el cinismo de siempre repartió entre los secretarios de las secciones sindicales del magisterio en todo el país; ante tal despropósito, salieron los voceros de ese gremio con el sofisma de que iban a rifar esos vehículos que se cotizan en más de 400 mil pesos cada uno y que el dinero se invertiría en las escuelas de las regiones más necesitadas.
Dadas las prácticas gangsteriles que imperan en este sindicato, tenga usted la seguridad de que si ese evento se lleva a cabo no va pasar de ser una faramalla.
Queda claro: las escuelas del sistema educativo en nuestro país requieren más que rifas para mejorar el concurso de los maestros. Lo dicen fríamente las cifras que manejan los especialistas sobre la debacle en la educación.
¿Cómo es posible que aun en las zonas urbanas del sistema educativo público tengamos escuelas sin maestros? Imagínese como funcionan las escuelas rurales. Lo que debe preocuparnos seriamente. Por eso las protestas del magisterio de base en Morelos, Guerrero y Quintana Roo.

lqteran@yahoo.com