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"Entre imperialistas te veas"

"La discusión sobre si tan imperialistas son los demócratos como los republicanos de Estados Unidos y si para los latinos es indistinto quien ejerza el poder, podría centrarse en dos asuntos que están pendiente en el Congreso de dicho país"

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03/08/2009 00:00

    Martha Araujo

    La interminable discusión sobre si tan imperialistas son los demócratas como los republicanos de Estados Unidos, y si para los latinos es indistinto quien ejerza el poder, podría centrarse en dos asuntos que están pendientes en el Congreso de dicho país y que podrían resolverse este mismo año: la reforma al estatuto de salud y las modificaciones a la ley de migración.
    Si los demócratas son de hecho más progresistas que los republicanos, y si estos últimos encarnan al racismo y la explotación rapaz, no parece estar en duda.
    La cuestión es si aquéllos son capaces de representar intereses distintos al del gran capital cuando están en el gobierno.
    Y la respuesta parecería ser un sí-y-no, pues incluso quienes no dudan de la sinceridad del demócrata Barack Obama cuando condena la asonada reciente en Honduras, reconocen que el Presidente no está de veras en control de las decisiones que toman el Pentágono y la CIA para imponer gobiernos títeres en otras naciones.
    Mientras tanto, en lo que a la población latina de Estados Unidos concierne, el enfoque demócrata, por más que Obama sea el guardián en turno de una riqueza inmoralmente acumulada, es el que conviene.
    Hace exactamente dos años, con la estadística por supuesto hoy a la alza, el 62 por ciento de los adultos latinos en dicho país, algo así como 15 millones, carecía de cobertura médica, cifra proporcionalmente más de tres veces superior a la de la población anglosajona.
    El plan de salud impulsado por Obama, que la semana pasada salvó su primer obstáculo congresional, pero que dista mucho de representar la cobertura universal que prometió durante su campaña, atemperará la carga que pesa sobre 50 millones de estadounidenses, de los cuales casi 20 millones son latinos, un 40 por ciento, cuando correspondientemente, en función del total de habitantes, debería ser de sólo el 15 por ciento.
    El plan de Obama para la regularización de más de 12 millones de indocumentados de todas las etnias, que no ha tomado aún la forma de una propuesta legislativa, parece, ahora sí, contar con apoyo bipartidista en el Congreso.
    No sabemos aún qué tan cabal podría ser la dispensa para quienes ya residen desautorizadamente en el país, ni qué tan arduos serán los obstáculos a salvar antes de que puedan obtener su estatus de residentes permanentes, pero sí podemos anticipar que los republicanos la harán tan cansada como les sea posible.
    La reunión en la Casa Blanca que el 25 de junio pasado se celebró entre Obama, cuatro integrantes de su gabinete, el vicepresidente Joe Biden, diplomáticos latinoamericanos, miembros del movimiento proinmigrante y cerca de 30 legisladores para discutir la cuestión migratoria, ha sido el paso más trascendental para lograr la reforma.
    Obama preguntó en dicha sesión si había los votos suficientes en el Congreso para modificar la ley, y la respuesta fue un rotundo sí, situación a la que hay que dar la bienvenida.
    Sin embargo, ni Obama ni Biden ni los republicanos ni los demócratas ni los líderes migrantes obtendrán una condecoración al mérito cívico por impulsarla, pues más del 80 por ciento de la población estadounidense se ha pronunciado por la reforma de migración.
    Los políticos, ya sabemos, en cualquier latitud, actúan en sintonía con las preferencias populares; no la bailan sin guarache. Por eso, sería imperdonable dejar pasar esta oportunidad de incorporar, con derechos plenos, a la sociedad a esos millones de inmigrantes y sus familias que durante ya demasiados años han llevado sobre sus hombros la parte más pesada de la economía, realizando arduos trabajos "que ni los negros quieren", como dijo un tristemente famoso expresidente que aún se hace llamar presidente.
    Que se cuelguen la medalla los republicanos, si quieren, y que la hagan incesantemente de tos, pero que se aprueben las reformas migratoria y de salud.

    Alberto@AquiMero.com
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