David Martín Barajas
Para casi todos, este vehículo de transporte personal de autopropulsión mediante pedales fue un artículo de lo más preciado durante nuestra niñez, soñando cuando lo esperábamos de regalo de Navidad, por lo general así llegó a nuestras vidas, un maravilloso al principio sólo juguete, que después lo convertimos en parte nuestra al no separarnos de ella, para transportarnos a la escuela o hacer mandados que nos encomendaban en casa, siempre nuestra compañera inseparable para ir a casi todas partes.
Aunque los testimonios más antiguos sobre este vehículo se remontan hasta la antiguas civilizaciones. En la obra "Codex Antlanticus" de Leonardo Da Vinci ya aparece un dibujo de una bicicleta con transmisión en cadena como los que se utilizan actualmente. Ya en 1885 se ofrece el primer modelo como precursor, desde entonces no ha dejado de mejorarse. En 1868 se realizó la primera carrera de bicicletas, hasta 1888, Dunlop sustituyó las bandas de caucho macizo por neumáticos inflables.
Por supuesto que un vehículo con estas características es usado como transporte no contaminante y de muy bajo costo, como deporte, y mil usos más de trabajo, tanto es así que hace años es una forma de descongestionar al tránsito vehicular en grandes ciudades del mundo, y para ejemplo:
Londres tiene una red de 900 kilómetros de ciclovías y una temperatura de 13° a 22° C en el mes de julio; Paris, 300 kilómetros y 15° a 24° C. Amsterdam, el 75 por ciento posee una bicicleta con 21° a 24° C; Berlín, 620 kilómetros, 14° a 23° C. Estocolmo 550 kilómetros para 100 mil ciclistas, con 13° a 22° C. Culiacán con ¿...? kilómetros de ciclopistas y, en julio, una temperatura de 25° a 31° C.
Lo anterior nos indica que es muy difícil imitar a otras ciudades localizadas en diferentes latitudes por sus inherentes características climatológicas.
Si sólo nos referimos a usar la bicicleta como medio de transporte individual (no como deporte), para disminuir el cao vial, disminuir la contaminación, costos de combustible, estacionamiento, etc., hagamos lo que están haciendo en otros países, inclusive en varios estados de México, el uso de la bicicleta de motor eléctrico, bajo costo, no hay que hacer esfuerzos, por lo que no se suda, se guarda fácilmente y otras muchas ventajas más, Ojala y aquí en nuestra ciudad, también algún empresario proliferara su uso en bien de todos. Pueden obtener más detalles en: wwwanferro.mx
guillermo.washington@gmail.com