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"Análisis: Plaza Pública"

"La fama pública sobre sus procedimientos políticos fue condensada por el Secretario de Gobierno Reynaldo Escobar Pérez, que dio por sentado que Cirilo Vázquez Lagunes perdería de ese modo la vida en algún momento, pues ´el que a hierro"

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26/11/2006 00:00

    Gestionan

    Los (otros) hnos. Vázquez

    El domingo pasado, después de ver jugar al equipo de beisbol de su propiedad en el estadio de Acayucan, Ver., fue asesinado Cirilo Vázquez Lagunes. Sobre la camioneta en que viajaba, y la patrulla de la Policía Municipal que lo seguía con su escolta cayeron más de 100 balazos.
    Cuatro personas más murieron en el ataque, entre ellos Armando Valencia Achotal, padre de la Alcaldesa del municipio vecino de San Juan Evangelista, pareja de Vázquez Lagunes.
    Hijo de Ponciano Vázquez Lendechy, que procreó dos familias, Cirilo vivió su infancia en un edificio de departamentos del puerto de Veracruz, y amasó una fortuna, causa y efecto de su control político en el sur veracruzano.
    La fama pública sobre sus procedimientos políticos fue condensada por el Secretario de Gobierno Reynaldo Escobar Pérez, que dio por sentado que Cirilo Vázquez Lagunes perdería de ese modo la vida en algún momento, pues "el que a hierro mata a hierro muere".
    La víctima era un hombre pudiente y poderoso desde hace mucho tiempo. En 1982 contrató a un sicario, Rafael Lagunes Fuentes, subcomandante de la Policía Municipal de Rodríguez Clara, para asesinar a personas que lo estorbaban en sus negocios. 21 años más tarde, el matarife confesó a quien había obedecido al cometer esos homicidios, y Vázquez Lagunes fue aprehendido, el 12 de febrero de 2003, y quedó preso en el penal de Pacho Viejo durante casi un año.
    En 1987 había sido también detenido y procesado por acopio de armas. Cuando quedó libre, se trasladó un tiempo a la ciudad de Puebla, donde estableció una fábrica de mezclilla. El 31 de octubre de 1994 fue detenido en esa capital, igualmente por acopio de armas y delitos contra la salud. 10 años atrás había ofrecido una muestra de su poder y quizá de sus intereses.
    El primero de noviembre de 1984 aparecieron muertos en un ramal del río Coatzacoalcos varios agentes judiciales federales, lo que provocó una intensa movilización militar, policial y periodística.
    El periodista Arturo Reyes Isidoro recuerda ahora aquellas "escenas que sólo habíamos visto en las películas de guerra: helicópteros Puma subiendo y bajando, avionetas, jets y aviones de todos tipos y tamaños estacionados o aterrizando, cientos de agentes armados hasta los dientes (algunos con uniformes y otros de civil) y soldados corriendo de un lado a otro y abordando los helicópteros".
    Reyes Isidoro era funcionario de prensa del Gobierno veracruzano y fue enviado a atender a la tropa informativa que ya se había hospedado en el hotel Enríquez, de Coatzacoalcos. Sin embargo, se halló "con la novedad de que la mayoría de los enviados de casi todas partes del país prácticamente ya no necesitaban nada ni de nadie, pues estaban siendo atendidos a cuerpo de rey por instrucciones del cacique Cirilo Vázquez Lagunes".
    Éste contaba con un jefe de prensa propio quien, siguiendo tales instrucciones pagó el hospedaje de todos los reporteros. No sólo eso: había "ordenado que permanecieran abiertos el bar y el restaurante durante las 24 horas y que les sirvieran lo que pidieran". Igualmente había contratado "a decenas de guapas y atractivas prostitutas que estaban disponibles también las 24 horas, en forma gratuita". Los periodistas recibían, además, 100 pesos diarios, y "Cirilo les organizaba todas las noches fiestas en su rancho de El mangal, fiestas que... eran verdaderos aquelarres".
    El propósito de ese gasto era controlar la información sobre el suceso. Los periodistas, "bebían y bebían, comían de lo mejor, usaban a su prostituta y no salían nunca a reportear. Se desvelaban en juergas, se levantaban tarde, se concretaban a matar el tiempo jugando a las cartas y a esperar el boletín o reporte que... deseaba... Cirilo que se difundiera, boletín o reporte cuyo contenido era totalmente falso o bien lo que decían había sucedido, pero a medias. Pude ver el contenido de varios de ellos y leer con asombro, al día siguiente, que se reproducían "con las firmas de los enviados, en los llamados diarios nacionales". (Punto y aparte, 23 de noviembre).
    Convencido por el entonces Senador Gerardo Buganza de que pusiera su poder caciquil al servicio del PAN, Vázquez Lagunes aceptó y fue escogido como candidato a Diputado federal por ese partido, mientras se hallaba preso en Pacho Viejo, en 2003.
    El panismo tradicional veracruzano se escandalizó y echó abajo la postulación. Pero se avinieron los principios y las conveniencias, y la candidatura fue para Regina Vázquez Saut, la segunda hija del cacique. Éste probó su potencia al conseguir también que su hermano Jesús Vázquez González fuera elegido candidato, en Cosoleacaque. Ambos ganaron la elección en julio de 2003 de modo que la familia estuvo adecuadamente representada en San Lázaro, proveniente de los distritos 20 y 21. (El antecesor de Vázquez González en ese distrito, José María Guillén Torres había sido asesinado meses atrás).
    Al año siguiente, en la elección de ayuntamientos, el poder de Vázquez Lagunes se manifestó en una docena de municipios, entre ellos el de Acayucan, donde el PAN ganó con la candidatura de Judith Fabiola, su hija mayor, y el de San Juan Evangelista, donde triunfó su mujer Magaly Valencia. Era público y notorio que quien mandaba en esos gobiernos era el propio Cirilo, como lo muestra el hecho de que su escolta estuviera formado por gendarmes municipales.
    Distanciado de Acción Nacional, Vázquez Lagunes pretendió ser candidato al Senado por la coalición Por el Bien de Todos, pero su nombre ni siquiera llegó a figurar en la contienda interna, ganada por Dante Delgado y Arturo Herviz Reyes, que también triunfaron en la elección constitucional.
    Poco antes de ella, el 26 de mayo, Ponciano Vázquez Lagunes, hermano mayor de Cirilo, fue capturado en Huimanguillo, Tab., por agentes de la Subprocuraduría de Investigaciones Sobre Delincuencia Organizada, junto con otras personas. Pero no fueron consignados.
    En vez de ello, sus cuerpos aparecieron el 10 de junio, con muestras de tortura. Cuando Cirilo viajó a reconocer el cadáver de su hermano culpó del homicidio a autoridades en general.
    Pero tres días después del asesinato, su hermano José Rolando Vázquez González hizo una grave revelación. "El miércoles 15 de noviembre, cuatro días antes de que mataran a Cirilo, tuve una plática con él y me alertó diciendo que a nuestro hermano Ponciano lo habían asesinado por órdenes del Gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, en contubernio con el Gobernador de Tabasco Manuel Andrade, para así poder matarlo a él. También me aclaró que el objetivo era matarnos a todos".
    José Rolando hizo esta denuncia en un mensaje aparecido como inserción pagada en El Universal de la Ciudad de México, el 22 de noviembre, y dirigido al "Lic. Felipe Calderón Hinojosa. Presidente de la República", a quien solicita "de la manera más atenta, una audiencia" y a quien dice que tiene "más detalles que sólo a usted puedo darle".
    Ignoro si hubo al menos acuse de recibo en la oficina de Calderón. Donde sí hubo reacción fue en el Palacio de Gobierno de Xalapa. No se ha avanzado en la averiguación del asesinato de Cirilo, pero el Gobernador Herrera instruyó al subprocurador regional de justicia de la zona sur-Coatzacoalcos para que realice "las acciones legales que correspondan, con estricto apego a la ley y, en su caso, se proceda en contra del C. José Rolando Vázquez González".
    Las sobrinas de éste, la Alcaldesa Judith Fabiola y la ex Diputada Regina, "como hijas y cabezas del grupo cirilista" se deslindaron "de las declaraciones públicas hechas por algunos de nuestros familiares, en donde acusan al Sr. Gobernador Fidel Herrera Beltrán, de estar implicado en el caso, ya que como Gobernador de nuestro estado contamos con su incondicional apoyo, amistad y preocupación para resolver este crimen".
    Es deseable que esas mismas actitudes las despliegue el Gobernador en torno al asesinato de Roberto Márquez, un ex agente policiaco convertido en reportero, subdirector de la revista Testimonio.
    El martes pasado fue asesinado de un balazo después de que un coche derribó intencionalmente al periodista, que viajaba en una motocicleta. Informó hace poco sobre una banda de asaltantes de camiones de carga y compañeros suyos temen que la propia Policía Ministerial haya puesto en alerta a los señalados, que reaccionaron de ese modo brutal.

    El pasado presente
    El 27 de noviembre de 2000, mañana hará seis años, se dio a conocer el gabinete llamado "de orden y respeto", tercera porción del total de colaboradores del Presidente electo Vicente Fox. Los días 22 y 24 se había informado sobre el gabinete económico ("crecimiento con claridad") y el de "desarrollo humano".
    Con un mecanismo informativo semejante seis años después, Felipe Calderón anunció el martes 21 quiénes serán sus secretarios en el área económica, el viernes 24 los relacionados con el "desarrollo social", y dirá el martes quiénes serán los integrantes del gabinete político y militar.
    No obstante que Fox dijo que hacía nombramientos para seis años, es notable el número de bajas en su equipo. Muy pocos de los designados en aquel noviembre permanecieron en sus puestos.
    A diferencia de ahora, en que sólo se han presentado los secretarios de estado, en aquella etapa fueron incluidos funcionarios de menor jerarquía y los integrantes de coordinaciones especiales, una suerte de "gabinete personal" del Presidente, ninguna de las cuales llegó al final del periodo.
    Pueden contarse con los dedos de las manos los secretarios que duraron en su lugar los seis años completos: Francisco Gil Díaz en Hacienda, Reyes Tamez en Educación, Julio Frenk en Salud, Pedro Cerisola en Comunicaciones y Transportes, y los dos secretarios castrenses, el general Gerardo Clemente Ricardo Vega García y el almirante Marco Antonio Peyron. En todas las demás posiciones hubo dos y hasta tres ¡y cuatro! ocupantes: Este último fue el caso de la secretaría de Energía.
    Comenzó el sexenio el ingeniero Ernesto Martens, a quien por su incapacidad reemplazó Felipe Calderón. En su lugar, cuando se produjo el rompimiento entre Fox y quien, restañadas las heridas, será su sucesor, fue nombrado Fernando Elizondo, que renunció para buscar ser, como es, Senador de la República, de modo que su antecesor en el Gobierno de Nuevo León, Fernando Canales, fue su sucesor en esta Secretaría.
    Hubo dos cambios en la de Economía: al titular inicial, Luis Ernesto Derbez lo sucedió Fernando Canales Clariond y termina Sergio García de Alba. También hubo un trío de secretarios de Medio Ambiente y Recursos Naturales: Comenzó Víctor Lichtinger, quien fue sustituido por Alberto Cárdenas (que después de dos estaciones: la precandidatura presidencial y la senaduría, regresa al gabinete, ahora en Agricultura), y éste fue reemplazado por José Luis Luege.
    Igualmente, la secretaría de la Reforma agraria tuvo tres titulares: María Teresa Herrera Tello, que antes del jueves podría ser nombrada Ministra de la Suprema Corte; Florencio Salazar Adame y Abelardo Escobar, que será conservado en ese cargo por Calderón.
    También hubo tres secretarios de Seguridad Pública: Alejandro Gertz Manero, despedido para ocultar la impericia gubernamental en la materia; Ramón Martín Huerta, muerto en servicio, y Eduardo Medina Mora.
    El Secretario de Gobernación Santiago Creel fue sucedido, cuando se convirtió en precandidato presidencial, por Carlos Abascal, que dejó en su lugar como Secretario del Trabajo a Francisco Javier Salazar.
    La Secretaria de Desarrollo Social Josefina Vázquez Mota (que regresa al gabinete, esta vez a Educación Pública) fue reemplazada por Ana Teresa Aranda cuando dejó el gabinete para coordinar la campaña de Calderón.
    Para retornar a la gerencia privada Leticia Navarro dejó la Secretaría de Turismo en manos de Rodolfo Elizondo, que la mantendrá durante el próximo gobierno. El Secretario de la Contraloría y Desarrollo Administrativo Francisco Barrio se convirtió en Diputado y fue sustituido por Eduardo Romero, a quien correspondió el cambio de denominación y termina siendo Secretario de la Función Pública.
    El Secretario de Relaciones Exteriores Jorge G. Castañeda buscó ser candidato presidencial y para ese fin fue sustituido por Luis Ernesto Derbez. También para ser candidato, aunque sólo a la Gubernatura de Guanajuato, y con el mismo resultado que el anterior, se fue del gabinete Javier Usabiaga y lo sustituyó Francisco Mayorga.
    Y para ocultar lo que en el fondo ocurría, un colosal error presidencial, el General Procurador General de la República Rafael Macedo de la Concha pagó con su cese su desaforada intervención en el desafuero de Andrés Manuel López Obrador y en su lugar quedó Daniel Cabeza de Vaca.
    Hubo también intensa movilidad en el staff de la Presidencia. El colmo fue en la dirección de comunicación social: Hubo cinco voceros: Marta Sahagún, Rodolfo Elizondo, Francisco Ortiz, Alfonso Durazo y Rubén Aguilar.
    En la secretaría particular, tras una contundente denuncia, a Durazo lo reemplazó Emilio Goicoechea. El Consejero de Seguridad Nacional Adolfo Aguilar Zínser pasó a ser Embajador de México en la ONU y su cargo desapareció, lo mismo que ocurrió con el cargo de comisionado para desarrollo humano, brevemente desempeñado por José Sarukhán.