"La felicidad paradójica"

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31/10/2013 00:00

    Sugey Estrada/Hugo Gómez

    La búsqueda de la felicidad no encuentra éxito en el presente del ser humano, de acuerdo a Gill Lipovetsky en su obra La felicidad paradójica. Ensayo sobra la sociedad de hiperconsumo, publicada en 2007.
    "La inmensa mayoría se declara feliz, a pesar de lo cual la tristeza y la tensión, las depresiones y la ansiedad, forman un río que crece de manera inquietante", señaló Lipovetsky.
    Resaltó que aunque las sociedades son más ricas, un número creciente de personas vive en la precariedad. En el área de la salud se cura cada vez mejor, pero eso no impide que se origine un hipocondríaco crónico. Las incitaciones al hedonismo proliferan, pero aumentan las decepciones e inseguridades.
    El consumo emocional adquirió una nueva función ontológica. No se vende un producto sino una visión y estilo de vida. El hiperconsumidor quiere objetos para vivir, no para exhibir; busca ser independiente, paladear sensaciones, mejorar su calidad de vida, conservar la salud y la juventud.
    No se abandona el esnobismo y el deseo de brillar, pero el tropismo hacia las marcas no se basa ya en el reconocimiento social, sino en el placer narcisista de distanciarse de lo ordinario. No se busca "imponerse" a los demás, sino confirmar el propio valor, como dice el eslogan de una marca de cosméticos.
    El homo consumericus de tercer tipo es un turboconsumidor que se deja seducir por la fiebre del confort y de las diversiones, manifestó Lipovetsky. En esta revolución copernicana se reemplazó la empresa orientada al producto por la empresa orientada al mercado y al consumidor.
    No se busca sólo el bienestar material, sino que hay una demanda exponencial de confort síquico. Se operó una expansión del mercado del alma y abundan las farmacopeas de la felicidad.
    ¿Mi felicidad es real o paradójica?

    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf