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"Circo y emperador en Culiacán"

"La frase de al pueblo pan y circo tiene más de dos mil años, y el propósito es mantener controlada y enajenada a una sociedad sojuzgada"

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31/10/2007 00:00

    Abigauil Bello

    En la Roma imperial, los emperadores recreaban al pueblo con grandes y repetidas fiestas. Lo que hoy es el Coliseo fue mandado construir en el año 72 D.C. para celebrar una serie de fastuosas fiestas y espectáculos que duraron 100 días en su inauguración, en ese lugar, leones y gladiadores servían de diversión a una sociedad altamente estratificada, donde predominaba el control y sometimiento de los esclavos, con exclusión, miseria y total ausencia de derechos del pueblo, mientras los emperadores vivían con excesos, riquezas y movidos por la ambición de poder.
    La frase de "al pueblo pan y circo" tiene más de 2 mil años, y el propósito es mantener controlada y enajenada a una sociedad sojuzgada, donde quienes gobiernan tienen el poder absoluto y viven con lujos excesivos. Personajes como Julio César, cuyo objetivo principal era incrementar su poder, le daban circo al pueblo y muchos espectáculos con el propósito de mantenerlos contentos en su miseria. Julio Cesar por cierto, fue el primero que se hizo llamar dictador, instalándose como mandatario absoluto en Roma.
    Seguramente Jesús Vizcarra se siente identificado con alguno de estos emperadores, que se caracterizaban por una ambición desmedida de poder, y está recurriendo por lo visto, como en el Imperio Romano, a los espectáculos para mantener contentos a los desposeídos, tanto que ofrecerá una suntuosa fiesta con mas de 20 mil espectadores y la participación de varios grupos entre ellos la banda de El Recodo, supuestamente para agradecerle el voto popular.
    Cierto que a la gente le agradan los espectáculos, oír a la banda de El Recodo para muchos es una ilusión, seguramente algunos se sientan agraviados al saber que criticamos ese estilo cirquense y populista de hacer política, para supuestamente agradecer el voto popular, pero la verdad yo creo que lo que los ciudadanos se merecen es estatura política de sus gobernantes, compromisos y acciones efectivas de quienes fueron electos, pasos ciertos que garanticen que tendremos una mejor ciudad, no está Culiacán para que le den pan y circo, ya no vivimos en el Imperio Romano, con todo y que siga predominando una mayoría de ciudadanos empobrecidos, excluidos, con empleos de mala calidad, con servicios insuficientes, contrastado con gobernante encumbrados que viven en la abundancia y con excesos.
    Culiacán es la ciudad más violenta del país, es la que más registra ejecuciones de alto impacto, no sólo los adultos sino los niños lamentablemente han aprendido a convivir con los asesinatos. El otro día mi sobrina de 8 años me decía, "en mi escuela quedó pintada la mano ensangrentada de la persona que mataron en Tierra Blanca".
    Ayer, me decía mi hijo de 15 años que no lo dejaban salir de la escuela porque enfrente había habido un asesinato, y hace unos meses, frente a un banco cerca de la casa también le tocó ver dos personas ejecutadas en una balacera. La verdad, es escalofriante a los niveles que hemos llegado, cómo puede ser que ante tal grado de descomposición las autoridades se mantengan impasibles e inalterables, y que quienes fueron electos nos estén ofreciendo circo en vez de soluciones.
    Cierto que la violencia es una herida difícil de cerrar, que se dejó crecer y hoy parece inmanejable, pero el problema es que ni la lucha se le hace de brindarnos más tranquilidad en la ciudad. Asesinan a un tránsito en cumplimiento de su deber, y el Comandante y el Presidente Municipal bien gracias. Disparan balas de salva, pasan lista en el funeral, para hacer circo también, porque en realidad ni intentan esclarecer y que se castiguen los crímenes de sus subalternos.
    Pero no es sólo la violencia el gran reto de Culiacán, la contaminación y el transporte de mala calidad que padecemos, el caos vial, la insuficiencia de áreas verdes, de parques y espacios recreativos y deportivos, las calles en mal estado, la falta de planeación urbana y de crecimiento, el deficiente alumbrado público, el déficit de pavimentación, de drenaje y tratamiento de aguas.
    El tráfico de influencias en permisos de construcción, la ausencia de estacionamientos y contaminación de algunos negocios, la falta de protección civil, de prevención, de ordenamiento de la ciudad, en fin son muchos los problemas de una ciudad que ha crecido en forma desordenada, con infraestructura vial y urbana insuficiente, en la que no hay control no sólo de la violencia sino de la contaminación, del crecimiento y de los riesgos.
    Eso sin contar los problemas estructurales de Culiacán que pese a ser una ciudad que produce riqueza en comercio, servicios, agricultura y pesca, padece de una desigualdad social extrema, con habitantes empobrecidos que viven en su mayoría con dos o tres salarios mínimos, con niveles de analfabetismo y rezago educativo mayores que los de ciudades vecinas.
    Frente a estos problemas lo que ocupamos no son emperadores ni circo, ni se debe repetir la formula del Imperio romano de mantener enajenado y sojuzgado a un pueblo con grandes fiestas y espectáculos. El ejercicio de gobierno en la actualidad requiere de visión, compromiso y acciones encaminadas a erradicar la corrupción, el burocratismo, el dispendio, la falta de transparencia, la desigualdad y exclusión social, la carencia de servicios básicos, de empleos de calidad, etc.
    Hace 2 mil años que el circo y las fiestas dejaron de ser la respuesta que el pueblo demanda de sus emperadores. Hoy ni emperadores ni circo nos hacen falta en Culiacán
    guerramt@hotmail.com