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"Reflexiones"

"La honestidad es la fuente de todo lo bueno"

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11/10/2014 00:00

    Héctor Tomás Jiménez

    "La honestidad es una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, y de acuerdo con los valores de verdad y justicia".
    Anónimo.
    El ser humano está siempre en la búsqueda de algo trascendente. Busca y anhela, por sobre todas las cosas, la felicidad personal, que le permitirá además la de quienes le rodean, busca la fe en un ser superior que le permita entender su propio sentido de vida, busca el conocimiento para vencer la ignorancia y destacar entre los demás, busca el placer para sentir su realización como humano, busca la satisfacción de los sentidos para equilibrar su existencia, fin, busca
    La honestidad es la fuente de todo lo bueno volviera al cabo de un año con la flor más hermosa heredaría el trono. Al llegar a su casa Ping la plantó en una maceta y la colocó en el mejor lugar del jardín, donde recibía la luz del sol y el rocío de una fuente cercana. Pero la semilla nunca germinó. Así, transcurrió el año del concurso y cientos de niños se presentaron en el palacio con sus plantas. En la fila destacaba un brillante colorido: rojo, morado, rosa entre otros. Ping lloró al ver que su maceta sólo tenía tierra. En el gran patio los niños se formaron para exhibir sus logros. El viejo emperador, que caminaba con dificultad, veía una flor y otra. Apreciaba su textura y matices o inhalaba su perfume sin hacer comentarios. Cuando llegó frente a Ping, éste se asustó mucho, temiendo un regaño. --¿Acaso no plantaste la semilla que te di? --le preguntó el emperador. Sí, su excelencia, la planté y por más cuidado que puse nunca brotó nada de ella, explicó el pequeño. El emperador sonrió y siguió examinando las flores de los respuestas y, sobre todo, la tranquilidad de su espíritu que le permita su paz interior. Y todo ello por lo general, lo busca fuera de sí mismo, tal cual si buscara la fuente de la eterna juventud, aún con la incertidumbre de que no sea ese el lugar donde encuentre.
    Si el hombre dejara de buscar y se dedicara a cultivar el valor de la honestidad, todo lo demás le sería dado por añadidura, pues la honestidad es un valor superior que le permite al ser humano la certidumbre de un bienestar emocional y espiritual real y verdadero, sin artilugios ni fantasías de ninguna especie.
    La honestidad es, en efecto, un valor humano que le genera a la persona que la cultiva y ejerce, una respetabilidad basada en su honorabilidad y se le reconoce por su probidad, franqueza y se le respeta por ser ejemplo de hombre íntegro. La honestidad distingue a quién la practica por respetarse a sí mismo y al resto de sus semejantes con quién convive. La honestidad es también una virtud que, por lo general, va siempre acompañada de otras, como son el respeto y el amor a la verdad.
    El hombre honesto irradia paz interior y tranquilidad emocional, cualidades que hacen del ser humano un hombre feliz y realizado. El hombre honesto genera confianza y se convierte en pieza clave en todo tipo de relaciones. Así, es eje en la amistad, en el seno de la familia, en la relación amorosa y de igual manera en cualquier tipo de relación social, y por lo mismo, la vida le otorga recompensas como un premio a la honestidad.
    Hay historias que son ejemplo de vida honesta, y hay una en especial que vale la pena conocer. Es la historia de un niño de nombre Ping que vivió en China hace muchos años y dice así: "Había un niño llamado Ping cuyo pasatiempo favorito era el cultivo de las plantas. Gracias a sus cuidados en el jardín de su casa habían crecido cientos de flores hermosas. La gente que pasaba por la calle se detenía a admirarlas y él, a veces, les regalaba un ramillete. El emperador de China también amaba las flores, pues pensaba que la mejor expresión de las cualidades de quien las cultiva. Como ya era muy viejo, estaba buscando a una persona honesta que pudiera sucederlo en el trono. Se le ocurrió hacer un concurso. Convocó a todos los niños del reino y les informó que recibirían una semilla. El que demás niños. Al cabo de un rato informó que había tomado una decisión. --Queridos niños, les dijo, no comprendo de dónde salieron todas las flores que he visto esta mañana, pues las semillas que les entregué estaban hervidas y no podían germinar. Por lo tanto, Ping es la única persona honesta entre todos ustedes, pues tuvo el valor de traer la maceta sin planta alguna, y por lo mismo, el será quién herede mi reino, pues de algo estoy seguro, es que solo un hombre honesto puede gobernar esta gran nación". (Fin de la historia)
    Moraleja: Cuando no somos conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros actos, el autoengaño hace que perdamos la perspectiva con respecto a la honestidad de los propios actos, obviando todas aquellas visiones que pudieran alterar nuestra decisión.
    JM Desde la Universidad de San Miguel.
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