"La pesadilla con Invercap"

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25/04/2015 00:00

    Noroeste / Pedro Guevara

    Por considerar que es de interés público les cuento la pesadilla que he padecido con Invercap, una financiera que administra afores de miles de nosotros.
    Por amistad, solidaridad, ignorancia o también por tontería me cambié de afore en tres o cuatro ocasiones. Amigos de amigos o egresados de la universidad y que yo conocía llegaban conmigo para solicitarme que me cambiara a la empresa que administra estos fondos para el retiro y así ayudarlos en su comisión. Todos me hablaban de las bondades que ofrecía equis institución. La verdad, confieso mi tontería, sólo observaba las comisiones que ofrecían y aunque no fueran las más altas aceptaba el cambio. ¡Ustedes no hagan eso, contemplen y analicen otros aspectos!
    Ya faltando poco más de un año para jubilarme de la UAS y solicitar mi pensión al IMSS acepté mi cambio a Invercap. Como siempre sucede, el agente de este negocio fue muy amable y solícito, con él no hubo problema alguno; pero no sabía la que me esperaba cuando tendría que iniciar los trámites para la pensión del Seguro Social y posteriormente para solicitar mis fondos de retiro.
    El primer paso fue hacer los trámites de mi jubilación de la UAS, la cual fue expedita, sin ningún problema. El segundo fue ir a las oficinas del IMSS para tramitar la pensión. Todo parecía ir muy bien, pero ahí empezaron los problemas. Amigos y colegas, meses antes habían seguido los mismos pasos que yo y, sin dificultad alguna, empezaron a recibir su pensión. Sin embargo, cuando yo entregué mis documentos en enero de este año me dijeron que las reglas del juego habían cambiado. De entonces en adelante, para que el IMSS me pensionara, la empresa con la que yo tenía mis ahorros para el retiro tenía que revisar mi documentación y autorizar la pensión. Si ellos no la aprobaban el IMSS no podía proceder. Pregunté "¿Y por qué una empresa privada le tiene que autorizar a una institución pública si se pensionan o no los derechohabientes?". La empleada del IMSS me respondió: "Estas son nuevas disposiciones". No me quedó más remedio que ir a Invercap, aunque estaba confiado en que el asunto se resolvería fácilmente.
    Pues no, resulta que, después de una larga espera, la empleada de las oficinas en Mazatlán, por cierto siempre amable, me dijo que mis documentos no estaban bien. Había una duplicación de mi CURP y que mi acta de nacimiento tenía datos diferentes a los del acta del matrimonio civil, entre otras cosas más. No podía yo entender el asunto de la duplicación del CURP, pero lo más seguro es que alguno de los agentes que tramitó mi registro en alguna de las empresas que administran afores me registró con el dato incorrecto. El asunto se resolvió con facilidad en otra dependencia pública, mas no así el otro obstáculo. Un empleado de Invercap en la capital del País por ningún motivo quiso aceptar que no había incompatibilidad entre mi acta de nacimiento, la cual señala que nací en la Ciudad de México, pero no agrega Distrito Federal, y el acta de matrimonio registrada en Mazatlán donde se lee que nací en la Ciudad de México y agrega que es el D.F. Para ese empleado esto hacía imposible que ellos autorizaran al IMSS para que me pensionara. Me dijo que si yo no lograba que se "corrigiera" el dato de mi acta de nacimiento no se podía hacer nada. ¡Imagínense, este pequeño reyezuelo de una oscura oficina de una empresa privada, estaba dejando sin pensión a mí y a mi familia por un absurdo y carente juicio de sentido común. Bueno pues hablé a Puebla, donde mis padres, quién sabe por qué razón me habían registrado, y me dijeron que si el documento original así decía así debía permanecer, que no había ninguna incompatibilidad entre los documentos, que todos los mexicanos sabían que la Ciudad de México es el Distrito Federal. Este razonamiento no lo escuchó el empleado de Invercap desde su oscura oficina. Regreso al IMSS confiado en que no aceptarán los argumentos de Invercap, pero la trabajadora social me dijo que ella no podía hacer nada ni nadie más. ¡Es decir, me quedaba sin pensión!
    Por fortuna, las personas razonables existen y dos funcionarios del IMSS intervinieron para resolver el problema y obtener mi pensión. Con ello, me habían dicho en la misma Invercap, ya puede "venir con nosotros para tramitar el retiro de sus fondos". Voy, pero, nuevo dolor; me dicen, palabras más palabras menos: "No, tiene que dirigirse primero a Infonavit y una vez obtenido el ahorro que tiene ahí, ahora sí vengan con nosotros y en automático le entregamos sus ahorros que están con nosotros". No puede ser, digo entre mí, pero me dirijo a Infonavit. En dos semanas esta institución me entregó el ahorro con ellos y me dije "ahora sí ya no hay ningún problema". Inocente. "No le podemos entregar sus ahorros porque tiene una "marca" en su expediente de Infonavit", me dijeron en Invercap. "Mientras la tenga no podemos proceder". Regreso a la mencionada dependencia, y me dicen que se resuelve en cinco días hábiles. Así fue. Regreso a Invercap y me dicen: "Disculpe, pero Invercap desde diciembre no está autorizando la entrega de ahorros". Por qué, pregunto, "es una disposición de Invercap, hay miles de casos como el de usted", me responde con cierto rubor la empleada local en Mazatlán.
    Lo absurdo de esta pesadilla, la cual debe ser colectiva, es que ahora esta empresa privada decide arbitrariamente a quién se pensiona y cuándo le entregan a uno ahorros de más de tres décadas. Ellos manejan dinero de los ciudadanos a su antojo, pero a diferencia de otros ahorros que uno retira de una institución financiera cuando se necesite, Invercap arbitrariamente lo hace cuando se le antoja o, no sé, si nunca. Se han criticado, muchas veces con razón, a las instituciones públicas, pero en este caso la UAS, el IMSS y el Infonavit han procedido mucho más eficazmente que una financiera privada.
    Invito a los lectores que estén en una situación semejante a la mía a que me escriban a mi correo ( santamar24@hotmail.com) para organizar acciones conjuntas exigiendo un proceder correcto de Invercap. Por lo pronto les recomiendo dos veces que piensen si permanecen con ella.