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"David Martín Barajas: Desayuno bajo sospecha"

"La presencia del titular del Poder Judicial en la casa oficial del Presidente para tratar el eventual desafuero de AMLO no puede sino suscitar reprobación"

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20/09/2004 00:00

    Gestionan

    Mucha suspicacia ha despertado el desayuno-reunión que el Presidente Fox tuvo en la residencia oficial de Los Pinos con sus invitados Rafael Macedo de la Concha, Procurador General de la República, María Teresa Herrera, abogada de la Presidencia, Santiago Creel, Secretario de Gobernación y Mariano Azuela Güitrón, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En plena Semana Santa el 7 de abril y en medio del intenso ruido mediático por el video gate y las denuncias de complot. Uno de los temas centrales de ese desayuno de trabajo, fue el desafuero del Jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador, por el caso judicial del predio El Encino. Tocó a Carlos Marín revelar esa información en Milenio diario los días 13 y 14 de septiembre, al serle ésta proporcionada por una fuente confiable. Sorprendido por la filtración, sin duda proveniente de la punta de la pirámide burocrática, Santiago Creel negó de bote pronto los hechos, conforme a usos y costumbres de la élite gobernante. Negativa inútil pues el 16 de septiembre el titular del Ministerio Público federal, Macedo de la Concha, no tuvo más remedio que admitir a regañadientes la existencia de semejante cónclave informal entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial durante la Semana Mayor. Molesto, el Procurador respondió irritado a la infaltable pregunta de sí hubo en ese encuentro informal mano negra y complot: Por favor, donde está el complot. Al contrario, yo diría que en todo caso es al revés... (¿Un complot del Peje contra el Presidente Fox y su Gobierno?). Y redujo la importancia de dicho encuentro afirmando que es parte de una conducta rutinaria entre funcionarios públicos. También increpó a los reporteros: No compliquen ustedes las cosas, no induzcan, no hay ninguna ilegalidad (en la mencionada reunión en Los Pinos, que, sin embargo, se mantuvo oculta. Hay que respetar las instituciones. El señor presidente de la Corte y todos los ministros y miembros del Poder Judicial merecen respeto, y las instituciones lo merecen también, cortó de tajo Procurador. Acaso indagar sobre un acontecimiento noticioso de relevancia como el que nos ocupa, ¿es faltar el respeto a las instituciones y a los funcionarios públicos involucrados? No más eso faltaba, una implícita sugerencia del Procurador Macedo de la Concha, al gremio periodístico, a ejercer la autocensura para no ser irrespetuosos con los ministros de la Corte. Y no sólo con ellos, desde luego. Ahora AMLO exige a Mariano Azuela, presidente de la SCJN, ofrezca una explicación sobre si en verdad fue él quien presionó a la PGR a efecto de que resolviera en su contra pidiendo a la Cámara de Diputados su desafuero. Habida cuenta que el Poder Judicial tiene un hábito de subordinación al Ejecutivo que viene de lejos. Y más bien las presiones provienen del Presidente de la República, Comandante Supremo del Ejército. La verdad de las cosas es que, dado el contexto y las circunstancias, la presencia del titular de un Poder autónomo del Estado mexicano en la casa oficial del Presidente para tratar el eventual desafuero de AMLO no puede sino suscitar sospechas y reprobación. Sobre todo porque el Ministro-presidente Mariano Azuela (amén de sus puyas contra el populismo y los gobernantes que pretenden situarse por encima de la ley) y los demás ministros de la SCJN aprobaron la conducta de la PGR cuando solicita a la Cámara de Diputados el desafuero de AMLO, al día siguiente en que ésta formalizó su petición. E igual la Suprema Corte del país ha desechado por mayoría la controversia constitucional de la Asamblea Legislativa del DF para que detenga el desafuero del Jefe de Gobierno, atraiga el caso y resuelva sobre el fondo del asunto. De ahí, entonces, la inquietud profesional en indagar y conocer a profundidad la historia oculta de lo que ante la gran mayoría de la opinión pública mexicana es una gran injusticia para excluir a la mala de la contienda presidencial anticipada al popular tabasqueño. Algo que inclusive quienes no simpatizan con él y se ubican en la tradición panista lo admiten. Siendo un caso relevante el del ingeniero Manuel Clouthier Carrillo, director General del periódico Noroeste, quien admite que es un desacierto haberse metido en este enredo de buscar el desafuero de Andrés Manuel y reconoce que el gobierno foxista se ha equivocado en echarle el caballo al Jefe de Gobierno. Yo prefiero 10 veces que gane Andrés Manuel (López Obrador) en lugar del PRI, declaró sin tapujo (Público-Milenio 19/09/004) el hijo mayor del popular Maquío, precursor de la democracia en México. Tatiana Clouthier, Diputada federal por el PAN, vislumbra inclusive la posibilidad de que un grupo de diputados blanquiazules vote contra el desafuero del Peje (La Jornada 19/09/004). Todo ello sin dejar de marcar ambos sus diferencias con AMLO. Quienes así perciben las cosas desde el horizonte político panista no se equivocan. Según una última encuesta de la empresa Mitovsky, tres de cuatro compatriotas desaprueba el desafuero del Jefe de Gobierno, quien no obstante la ofensiva jurídico-política en su contra, o más bien por eso mismo al ser percibido justamente como víctima de un atraco a sus derechos políticos, continúa punteando con holgura las encuestas rumbo a los comicios presidenciales de 2006. Pero el desplome del Peje en las encuestas, esperado por sus tenaces adversarios (¿o enemigos?), no se dio debido a la participación de Gobernación y la PGR, así como del Senador Diego F. de Cevallos, en la trama conducente a la exhibición de los videos del escándalo. El deseo de hundir a López Obrador es mal visto en una sociedad como la mexicana con memoria histórica reciente, capaz ya de separar el grano de la paja. En su Cuarto Informe de Gobierno, AMLO, se mostró confiado y firme: A quienes suponen que me tienen en sus manos les recuerdo que en la democracia el pueblo es el que manda y decide. Estoy en manos del pueblo y voy a ejercer con responsabilidad, mi legítima defensa. Reiteró, asimismo, respecto al caso de El Encino no haber cometido delito alguno. Y pidió por el bien de todos, resolver las diferencias políticas en las urnas. De otro modo, ¿cómo? Resaltó sus logros en materia de obra pública y de respaldo a la población más vulnerable. Sobre el endeudamiento del Gobierno de la capital, asunto sin duda sensible frente a quienes lo califican de populista, por supuestamente financiar sus programas de asistencia social con empréstitos, López Obrador se comparó favorablemente con el periodo de la última regencia, a cargo de Óscar Espinosa Villarreal (1995-1997). Donde la tasa de crecimiento de la deuda en términos reales creció 52.7 por ciento. Y aun con el periodo cubierto por Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles de 1998 a 2000, cuando la tasa de crecimiento del endeudamiento se situó en 18 por ciento. En contraste, el crecimiento de la deuda durante su gestión ha sido de 5.1 por ciento. Asimismo, el costo del servicio de la deuda se redujo de 5.3 por ciento en 2000 a 3.4 en 2003. Sin embargo, el Jefe de Gobierno cometió una grave e injustificada omisión al no referirse a los casos de corrupción que salpicaron a su Gobierno (Ponce, Bejarano, Ímaz, Flores Millán, Ahumada) Si bien en la respuesta al Diputado priista que lo cuestionó por tamaño olvido, señaló que esos hechos vergonzosos fueron como una prueba de ácido para demostrar que él era ajeno a todo ese embrollo de corrupción. Debió, empero, referirse a tales casos, de cara a la ciudadanía en un plano de autocrítica como Jefe de Gobierno. dmartinbara@hotmail.com