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"Apuntes desde, y sobre, Sinaloa"

"La vida de nuestros ancestros, los antiguos habitantes de lo que hoy es Sinaloa, transcurrió principalmente en las riberas de los 11 ríos que en corto trecho, desde la sierra hasta el mar, bañan el estado."

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13/04/2009 00:00

    Martha Araujo

    La vida de nuestros ancestros, los antiguos habitantes de lo que hoy es Sinaloa, transcurrió principalmente en las riberas de los 11 ríos que en corto trecho, desde la sierra hasta el mar, bañan el estado.
    Además de los recolectores de miel y de frutas, los hubo que pescaban, y otros que cazaban. Igual que en el presente, sólo que para los pretéritos vivir alrededor del agua sí era, literalmente, sustento y vocación.
    Los conquistadores españoles, que llegaron en 1531 comandados por el capitán Nuño Beltrán de Guzmán, fueron incapaces de someter militarmente, a las primeras de cambio, como sí ocurrió con los indios del centro de México, a los cahítas, totorames, xiximes, zuaques, tahues e integrantes de otras tribus aborígenes que conformaban la población sinaloense.
    La conquista de Sinaloa no se consumó completamente sino hasta casi un siglo después de la caída de la Gran Tenochtitlan, con la participación definitoria de los misioneros jesuitas. El sinaloense fue el pueblo que más y por más largo tiempo se resistió a la dominación española, y por eso se dice que, incluso hoy en día, somos aún indómitos y atravesados.
    En el Sinaloa (¿o será la Sinaloa?) de la segunda mitad del Siglo XX y en el arranque del XXI, la actividad económica principal ha sido la agricultura, actividad que le permite participar vigorosamente como exportador en el mercado internacional con frutas, hortalizas e incluso granos.
    Sinaloa, a través de las cinco décadas anteriores, ha sostenido un sólido liderazgo en la producción de alimentos básicos, generación de empleos y procuración de divisas agrícolas. Todos ellos, sobre todo en este tiempo de incertidumbre financiera global, son factores que están contribuyendo de manera decisiva a dotar a México de una muy necesaria estabilidad, independientemente de si las políticas financieras del gobierno federal son o no las adecuadas para sortear la crisis.
    En el sector pesquero, el estado de los 11 ríos y las 11 presas se mantiene también entre las principales entidades mexicanas en la producción de camarón, atún, sardina y tiburón.
    Su industria de transformación, alimentada con recursos naturales prácticamente ilimitados, ha descollado de manera asombrosa en las últimas décadas.
    Otras actividades, como la acuacultura, la explotación forestal, la ganadería, la minería y el turismo le permiten a Sinaloa seguir encabezando la lista de los estados más boyantes de la nación.
    En este último renglón, la entidad no se ha limitado a la oferta de destinos de sol y playa, que, por cierto, son sumamente atractivos, sino que ha optado por ofrecer el llamado turismo alternativo (el cultural, el de aventura, el histórico y el ecoturismo).
    Sinaloa, como destino alternativo para visitantes nacionales y extranjeros, cuenta con pueblos de veras mágicos, como Cosalá, El Fuerte y El Quelite.
    No obstante, este año en Semana Santa fueron playas como las de Mazatlán, Altata, Nuevo Altata, El Tambor y El Tetuán donde fluyeron incontenibles los bikinis, las sandalias, las sombrillas, los bloqueadores solares y las cervezas.
    La ocupación hotelera en el periodo vacacional que terminó ayer domingo fue prácticamente del 100 por ciento.

    ¿Qué no estábamos atravesando por un severo trance financiero?

    Alberto@AquiMero.com