Sugey Estrada/Hugo Gómez
En una de sus parábolas (Mt 13, 24-30), Jesús habló de un agricultor que sembró buena semilla de trigo, pero algún enemigo esparció también cizaña, de manera que los ayudantes del agricultor se ofrecieron para arrancarla. Sin embargo, el patrón les dijo que existía el peligro de arrancar también el trigo, por lo que era mejor esperar al día de la siega para separar la cizaña y quemarla.
Nuestro gran amigo, Gilberto Ceceña, cartonista fundador del Grupo Editorial Noroeste, presentó su segundo libro en que recopiló algunos de sus cartones editoriales, que él llama Cizañas de Ceceña, sobre ocho mandatarios estatales: "Los gobernadores de Sinaloa en su tinta 1973-2015".
Con su acostumbrada genialidad, Ceceña rememora, analiza, disecciona y recrea en magistrales trazos la realidad de nuestro estado en 42 años.
Sus cizañas no son una plaga o planta venenosa que crece en medio del trigo, sino que se convierten en un cultivo benéfico y medicinal. El fino bisturí de sus caricaturas no busca herir por herir, sino herir para sanar.
"Los buenos trabajadores en la comunicación social no necesitan llamar la atención de sus lectores con sensacionalismos destructivos. Tienen conciencia de su misión de constructores de un mundo mejor. Saben que su misión es sembrar la buena semilla. Aunque a veces tengan que informar sobre ciertos males que ocurren. Sin afán sensacionalista", dijo Darío Lostado.
Cabe recordar las inspiradoras palabras con que Elena Poniatowska definió el trabajo de los cartonistas. "Los caricaturistas nos han dado un nuevo lenguaje, una capacidad de síntesis, la capacidad de comprenderlo todo en un minuto... Un dibujo inteligente nos revela de golpe lo que antes era oscuro y nos hace llegar a la conclusión de que el mundo sería mejor si lo dirigieran los caricaturistas".
¿Siembro trigo o cizaña?
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