Arturo Santamaría Gómez.
Algo cambió en Baja California Sur, el domingo 14 de septiembre, en el momento en que el Huracán Odile tocó tierra en Cabo San Lucas.
Y no se trata de los daños materiales que provocó, ni de los efectos económicos que provocará el resto del año en los sudcalifornianos, se trata de algo más profundo, que tuvo que ver con el comportamiento de los afectados una vez que pasó el fenómeno.
La península de Baja California es una lengua de tierra acostumbrada a recibir huracanes, cada año los estragos son mayores o menores, pero siempre están presentes. Igual que en Sinaloa, los sudcalifornianos tienen presentes los fenómenos que han arrasado con sus ciudades tal o cual año.
La Paz recuerda con frustración al Ciclón Liza, que impactó el 30 de septiembre de 1976, y el agua que tomó sorprendida a la ciudad capital mató una cifra que se mueve entre los 600 a 7 mil muertos, según el organismo que reviva la crónica.
Comondú, el municipio más poblado después de La Paz, recuerda a "Jimena", cuando entró desde el Océano Pacífico el 1 de septiembre de 2009, y arrasó con Ciudad Constitución y Ciudad Insurgentes.
Sin embargo, siempre después de una desgracia los sudcalifornianos, aislados por su geografía, extendían las manos y reconstruían sus ciudades en un clima de perfecta solidaridad... hasta el "Odile", cuando cientos de personas salieron a vaciar los grandes almacenes, siguieron con las tiendas de autoservicio y terminaron robando hasta los hogares de sus vecinos.
Quince días después de que las imágenes del caos recorrieron el mundo, golpeando la imagen de paraíso de Los Cabos, la desconfianza parece que llegó para quedarse en el corazón de los cabeños, que se verán obligados a temer la misma desgracia cada año, en cuanto se asome un huracán por sus costas.
Esperemos que las autoridades hayan aprendido su lección y el sempiterno Plan DNIII se convierta en algo más efectivo que sólo rescatar a víctimas de las emergencias meteorológicas.
En 1976 no existía la cultura de la Protección Civil en La Paz, hace 15 días no fue suficiente lo que hemos construido para atender la emergencia en Los Cabos, esperemos que la lección de "Odile" no haya sido en vano