Cristina Zambrano
Hoy que el tema de las drogas puntea en la agenda nacional y será asunto obligado en el encuentro Obama-Calderón, quiero recordar que la sociedad mazatleca, liberal y rabiosamente democrática como solía decir el querido Maquío Clouthier, cubre los requisitos históricos para impulsar desde sus marismas olorosas a amor sudado la legalización de drogas.
Al ser punto de reunión de diversas tribus del mundo, Mazatlán adoptó algunas de las sanas costumbres que trajo la legión extranjera que construyó una ciudad luminosa en un lugar geográficamente imposible. Quienes tengan afición por la investigación y memoria saludable recordarán que a fines del siglo 19 los mazatlecos vivían a plenitud, disfrutando los excesos de la vida y la naturaleza.
Era distinción social beber hasta la derrota un menjurge fermentado de coca proveniente de Europa y, resuelto el conflicto revolucionario, común que abuelos y padres de quienes hoy pasamos del medio siglo pararan actividades laborales a media mañana para zamparse una botella de Cuty Sark, frente al mar, entretenidos en beber y contar las olas embravecidas por la canícula de agosto, sana costumbre que arrimó el tráfico marítimo con el sureste norteamericano. Y qué me dicen de los "bataclanes", testigos centenarios de liberalidad sin asombro ni pena.
Algunos mazatlecos de aquél tiempo probaron el opio que trajeron los chinos, fumaron o tomaron infusiones de marihuana para calmar reumas, asma o insomnio y consumieron a morir vino de coca para bailar zarzuelas en el Círculo Social Benito Juárez. Entonces, por supuesto, las drogas estaban asociadas a la salud y al jolgorio y no a las siniestras sociedades del bajo mundo actual, engrandecidas por los propios gobiernos que dicen combatirlas. A fines del Siglo 18, el químico italiano Ángelo Mariani (1838-1914) descubrió que al mezclar la hoja de coca con líquidos fermentados resultaba un excelente vino, al que fueron adictos ilustres personajes, como William McKinley, Émile Zola, Paul Verlaine, Sigmund Freud, Louis Blériot, José Martí, Ulises Grant, Jules Verne, Thomas A. Edison, Alexandre Dumas, Louis y Auguste Lumière, Henrik Ibsen, Sarah Bernhardt, Robert L. Stevenson, Anatole France, Zadoc Khan, Jean Charcot, el Príncipe de Gales, la reina Victoria, el zar Alejandro II, Alfonso XIII, el Sha de Persia, los hermanos Echeguren, los alemanes Melcher que lo alternaban con cerveza, etc. Incluso el Papa León XIII (1810-1903), agradecido con el tónico que lo "apoyaba en su ascético retiro espiritual, autorizó el uso publicitario de su efigie y concedió una medalla de oro al inventor. ¿Cuánto talento y cuántos litros de vino Mariani necesitaron estos personajes ilustres para contribuir al bienestar del mundo? Ya intuía yo que "buenisanos" era imposible lograr lo que lograron.
Testimonios hay de la legalidad práctica de drogas en el puerto: en "El Correo de la Tarde" de 1899, 1900 y 1913; el ejemplar de 1904 de "La Farmacia"; el Semanario "La Semana Ilustrada" del DF de 1912; y "El Demócrata Sinaloense" de Mazatlán de 1922 incluyeron en sus páginas los siguientes anuncios publicitarios: "Los vinos o "cordiales" con coca (Mariani, San Germán, Désiles, etc.) son recomendados para niños y adultos contra el raquitismo, la senilidad, la anemia, la neurastenia, etc.; y los cigarrillos de mariguana (de una compañía francesa) sirven para combatir el asma, la tos nerviosa, los catarros y el insomnio". Fueron productos, según el anuncio publicitario, que se ofrecían en las farmacias de Mazatlán, donde cualquier ciudadano podía adquirirlos sin más trámite que pagar por ellos.
Una investigación realizada por la Universidad de Harvard en l975, titulada "Valor nutricional de la hoja de coca", prueba que la masticación diaria de 100 gramos de hojas de coca satisface la ración alimentaria de hombre y mujeres y aporta el potasio suficiente para el equilibrio del corazón. 60 gramos por día colman las necesidades de calcio.
Son superficiales e ignorantes de la historia quienes se van a la yugular del Presidente Evo Morales, quien desde la tribuna de la ONU exigió al mundo la protección de los cultivos de coca, pues sería un despropósito, por decir lo menos, liquidar uno de los productos nutricionales y curativos más importantes de la humanidad. Quienes no conocen el tema confundieron la exigencia de proteger los cultivos de la hoja de coca con "la legalización de la cocaína" (Noroeste jueves 12 marzo 2009/14A).
Legalización de marihuana
En más de una ocasión he publicado en este espacio mi postura sobre la absurda guerra contra las drogas y su despenalización. Hoy, el Continente responde a tan centrado razonamiento: finalmente algunos de sus líderes abrieron medrosamente la puerta a esta posibilidad.
México ha dicho que hablar de legalización sin el concurso de Estados Unidos es arar en el llano de Pedro Páramo, pero no explica algunas interrogantes fundamentales: ¿por qué tenemos que esperar cuando es legal en 13 estados de la Unión Americana? Incluso el visionario Cabildo de San Francisco pretende superar la despenalización de 1995 que permitió a cualquier paciente con efectos secundarios de quimioterapia o inapetencia ir al médico, obtener una receta y comprar marihuana en la botica más cercana. Ahora, a instancias del demócrata Tom Ammiano, apoyado por el alguacil del condado y el mismo alcalde Gavin Newson que aspira a la gubernatura del estado, estudia la legalización de la hierba con fines recreativos, similares a los del alcohol que sólo alivia estragos del alma. De aprobarse la propuesta, California recibiría más de mil millones de dólares anuales. Imagínese cuánto ingresaría el Gobierno de Sinaloa si hiciera lo mismo y construyera el Museo del Horror del Narcotráfico como atractivo turístico. Tal vez sea mucho pedir, pero constitucionalmente cualquier estado de la república puede despenalizar la marihuana sin necesidad de esperar a que ocurra en todo el país.
Al tema se sumó, o más bien lo proyectó, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia que concluyó hace un par de semanas en Río de Janeiro que "la guerra contra las drogas fracasó y ya es hora de reemplazar una estrategia ineficaz con políticas más compasivas y eficientes". Es decir, la despenalización. Firmaron el documento Fernando Henrique Cardoso, César Gaviria y Ernesto Zedillo, ex presidentes de Brasil, Colombia y México, donde diariamente mueren decenas de personas. ¿Por qué en Estados Unidos no hay masacres y tampoco suceden decomisos espectaculares de droga? En lo que va del sexenio han muerto 10 mil mexicanos; está claro que le estamos haciendo el caldo gordo a varios haraganes que viven más allá del río Bravo.
La palabra de hoy: haragán
Esta palabra parece proceder del castellano antiguo harón, que se empleaba para referirse al caballo que no quiere andar, proveniente del árabe harûn. Los etimólogos contemporáneos descartan que se haya originado en el antiguo alto-alemán arg, arag (mezquino, avaro, perezoso), o en el hebreo ragan (murmurar, cotillear), a pesar de ser ésta una costumbre muy frecuente de los holgazanes. Obama admitió haber consumido drogas, ¿usted cree que Calderón haya ido a Avándaro o pasado una noche con María Sabina la de Huatla? Eso ayudaría mucho al entendimiento entre ambos presidentes, a la despenalización y al cese el fuego por el que reza el pueblo latinoamericano.
Vox Populi Vox Dei
De Luis Espíndola:
Sin querer tomé el Noroeste (sólo tengo suscripción a El Debate pero mi hijo Luis compra el Noroeste, ya te imaginarás las polémicas que se desatan en mi casa) donde aparece una carta abierta al Gobernador y comencé a leerla y ya no pude quitar los ojos de lo que vi ahí escrito. En ese momento no sabia que era de tu autoría hasta que llegué al final y me pregunté quién habrá escrito eso tan real, ameno, crudo y sobre todo valiente; grande fue mi contento descubrir que tú lo habías escrito, aunque no sorprendido, ya que como siempre tienes mi más grande respeto como escritor por tu manera de escribir y como hombre por tu valentía de siempre. Como siempre, un abrazo de tu amigo.
Respuesta preliminar del Capitán Ivan Hubbard a don Paulino Sánchez Rodríguez:
Así es Mario. Cuando recién salí de la Escuela Náutica en 1964 o un poco después, ya
que iba de salida López Mateos, se hizo algo grande en los dos países, ya que aviones ametrallaron a los barcos camaroneros mexicanos y efectivamente murieron algunos. Debe haber testimonios en El Sol del Pacífico y los periódicos locales de ese tiempo. Que bueno que esta persona toca el tema (que sabe quien es periodista de verdad, sin darte coba), y es un tema que vale la pena revivir. Le envío copia a mi cuñado Felipe Hernández, pues él si debe saber más del tema (por su edad)
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