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"Quién es quién"

"Lo que vimos estos tres días fue un estate quieto de Roberto Madrazo a Arturo Montiel. Quien haya visto al ex presidente del PRI en la entrevista con Joaquín López Dóriga no puede albergar la más mínima duda sobre la procedencia de la informa"

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15/10/2005 00:00

    NOROESTE / REDACCIÓN / SHEILA ARIAS

    El lunes por la mañana nos despertamos con dos noticias: una buena y una mala. La buena es que la política nacional se ha vuelto una verdadera novela, que nos obliga a estar prendidos a la televisión. Suceden cosas insólitas en vivo y a todo color. La mala es que los políticos están metidos en un verdadero muladar. Los últimos capítulos que hemos vivido lindan en lo chusco y causarían risa si no fuera porque muestran un grado de degradación y corrupción verdaderamente vergonzoso.
    Capítulo 1._ Arturo Montiel y Roberto Madrazo se registran oficialmente como precandidatos del PRI a la Presidencia de la República. Mientras el primero moviliza a 15 mil militantes que llegan a la sede del PRI y lo vitorean, el segundo se presenta solo con su familia pero con las firmas del 70 por ciento de los consejeros nacionales y con el respaldo de 28 de los 32 comités estatales del PRI.
    Los términos de la contienda están claros: no es máscara contra cabellera, como en la lucha libre, sino control del aparato burocrático contra los enormes recursos del ex Gobernador del Estado de México.
    Capítulo 2._ Al salir del edificio principal del PRI, Arturo Montiel pronuncia un discurso muy severo contra Roberto Madrazo. No es la primera vez que lo hace. Lo acusa de mentiroso y de ser un hombre que no cumple con su palabra, cosa que dicho sea de paso, muchos piensan del ex Gobernador de Tabasco.
    Las palabras de Montiel, ya como precandidato "oficial", confirman dos cosas: la primera es que Montiel va por todo y con todo; no piensa darle la más mínima tregua ni cuartel a su contrincante; la segunda es que ese y no otro será el tono de la campaña por la candidatura a la Presidencia de la República. Madrazo ya no siente lo duro, sino lo tupido.
    Capítulo 3._ No han pasado 48 horas del registro de los precandidatos cuando estalla una verdadera bomba.
    El lunes por la mañana, Victor Trujillo hace público que la Secretaría de Hacienda y la Procuraduría General de la República investigan a Arturo Montiel por una serie de depósitos en efectivo de 35 millones de pesos en la cuentas de sus hijos y por varias casas y terrenos que tiene el ex Gobernador en Careyes y Acapulco.
    Capítulo 4._ La Procuraduría General de la República desmiente que esté realizando cualquier investigación, pero la Secretaría de Hacienda guarda un prudente silencio. Tan prudente que es evidente que la investigación sí se está llevando a cabo.
    Capítulo 5._ El lunes por la noche, Arturo Montiel llama personalmente a Joaquín López Dóriga. Justifica los movimientos de dinero aduciendo que sus hijos son empresarios y que las casas en cuestión no son mal habidas.
    Y entonces truena contra Roberto Madrazo: no lo menciona por su nombre, pero lo señala públicamente y advierte, desencajado, que tiene a la ley de su lado y que está considerando la posibilidad de poner una denuncia por difamación.
    A la mañana siguiente niega que vaya a firmar un pacto de civilidad con Madrazo, toda vez que no existen las condiciones porque hay una guerra sucia en su contra.
    Capítulo 6._ El martes por la noche, Joaquín López Dóriga abre su noticiario con Roberto Madrazo en el estudio. Primero niega que haya sido él quien filtró la información y luego afirma que el enemigo de Arturo Montiel no es Roberto Madrazo, sino el propio Arturo Montiel.
    Se erige entonces en agente del Ministerio Público y le exige que aclare el origen de los 35 millones de pesos, y proporciona un dato que antes nadie conocía: no hay declaración fiscal de esos recursos.
    Después endereza sus baterías contra la esposa de Arturo Montiel y dice que la señora se ha convertido en una corredora de bienes raíces. Cierra su argumentación señalando que Montiel no tiene derecho de manchar el proceso interno del PRI mezclando al Ministerio Público, por la investigación que se le sigue, en la contienda.
    Madrazo habla con propiedad; no pierde el estilo y la calma ni por un instante. Es más, se queja de que ya tiene bastante con Elba Esther para que encima Arturo Montiel lo esté insultando todo el tiempo.
    Capítulo 7._ Sorpresivamente, Arturo Montiel da un giro de 180 grados. Arguye que la confrontación con Madrazo está poniendo en riesgo la victoria del PRI en el 2006, se pronuncia darle vuelta a la página y anuncia que sí firmara el pacto de civilidad. O para decirlo de manera más gráfica, se da la vuelta y recula con la cola entre las patas. Fin de la obra.
    Lo que vimos estos tres días fue un estate quieto de Roberto Madrazo a Arturo Montiel. Quien haya visto al ex presidente del PRI en la entrevista con Joaquín López Dóriga no puede albergar la más mínima duda sobre la procedencia de la información o filtración.
    Fue Roberto Madrazo y lo hizo con premeditación, alevosía y ventaja. Y el golpe, hay que reconocerlo, fue simple y llanamente mortal. La contienda por la candidatura del PRI a la Presidencia ya se resolvió.
    Arturo Montiel no puede ser candidato porque tiene una enorme cola que le pisen. Los datos que han salido a flote seguramente son la punta del iceberg.
    La torpeza y la ingenuidad del ex Gobernador del Estado de México son verdaderamente sorprendentes. Lo primero que salta a la vista es la falta de sentido de la realidad. Nadie que esté en sus cinco sentidos se lanza por la candidatura del PRI a la Presidencia de la República si tiene esos cadáveres guardados en el clóset.
    En los viejos tiempos del partido hegemónico esos excesos eran posibles porque había un control sobre los medios y porque una vez designado el candidato se sabía que sería fatalmente el Presidente.
    Pero en las condiciones actuales es imposible. Porque si Roberto Madrazo no hubiera filtrado esa información, lo habrían hecho en su momento López Obrador o Felipe Calderón. En suma, Arturo Montiel no es sólo un hombre torpe y pillo, sino además muy, pero muy tonto. Ese y no otro es su retrato de cuerpo entero.
    El otro que se retrata de cuerpo entero es Roberto Madrazo. Pero en su caso los rasgos decisivos no son la torpeza y la tontería, sino la astucia, la malicia e incluso la maldad.
    El golpe y la estrategia que siguió son magistrales. Dejó correr a Arturo Montiel, hay quien dice que incluso lo apoyó, sabiendo que era el que tenía mayores recursos y estaba en condiciones de ganar la contienda interna del grupo Unidad Democrática. Ya electo candidato del Tucom, Montiel desenvainó la espada y se lanzó a muerte contra Madrazo. Pero el ex presidente del PRI no lo enfrentó y, de nuevo, lo dejó correr. La fecha clave para ponerle el alto era, por razones ahora evidentes, el sábado 8 de octubre.
    La investigación que se le sigue a Montiel no es de ahora. Varias de las transacciones que se mencionan son de los años 2001 y 2002. Roberto Madrazo lo sabía, seguramente, desde hace mucho tiempo. Desde entonces tenía la llave para hacerlo añicos, pero espero maquiavélicamente el mejor de los momentos.
    Porque una vez iniciado el proceso y registrados formalmente los candidatos no hay vuelta atrás. Ya nadie se puede registrar. Por eso era indispensable que ese trámite se cumpliera. Madrazo mató dos pájaros de un solo tiro: terminó con las ambiciones de Montiel y, además, dejó al Tucom sin candidato.
    Pero no sólo eso. Como Montiel está contra la pared y sabe que ya no puede ser candidato, su campaña sólo servirá para legitimar la elección de Roberto Madrazo como candidato del PRI.
    Todo el proceso se ha vuelto, en consecuencia, un gran teatro donde cada quien desempeña su papel: Madrazo, como el seguro ganador, y Montiel como su sparring. Los 10 asaltos tendrán un final feliz en todos los sentidos. Porque el último interesado en denunciar un fraude o en desacreditar el proceso es ahora el propio ex Gobernador del Estado de México. Su tan anunciado as bajo la manga: tengo la posibilidad de deslegitimar la elección de Roberto Madrazo, se ha convertido exactamente en lo contrario.
    La astucia de Madrazo no está a discusión. La lección que nos acaba de dar fue, ya lo dije, magistral. Aquella frase de que en la guerra y en el amor todo se vale, le cuadra perfectamente. Pero el camino que le falta por recorrer es muy sinuoso y accidentado.
    Para empezar, tiene un enorme problema pendiente: su conflicto con Elba Esther Gordillo. Ese enfrentamiento no tiene posibilidad de mediación ni de arreglo. Así que si Madrazo no tiene la capacidad de resolverlo por otra vía, su campaña por la Presidencia de la República podría convertirse en un largo vía crucis. Nadie puede hacer campaña a salto de mata y esquivando huevazos. ¿O sí?