"Lorenzo Q. Terán: Ríos"

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03/08/2005 00:00

    Gestionan

    La temporada de lluvias empieza a tomar regularidad en todo el estado y el tema viene muy a propósito, me parece. Espero que usted lo recuerde tanto mejor que yo, perspicaz lector, lectora amiga; por mi parte yo no lo he olvidado y aquí y ahora quiero recordarlo: en los medios locales, en Noroeste para no ir lejos, hará cosa de cuatro semanas, segundo domingo de julio, precisamente, el señor Jaime Isidro Beltrán Pichardo, hizo público llamado para limpiar de basura el lecho de los ríos Humaya, Tamazula y Culiacán. En su denuncia y compromiso él emplazó a las autoridades pero, actuando en consecuencia, dio el ejemplo poniendo manos a la obra personalmente, con su familia y amigos. Se trata, el de don Jaime Isidro Beltrán Pichardo, de un gesto ejemplar que no puede ni debe soslayarse. Tiene toda una valía que yo quiero consignar y valorar en toda su dimensión. Dígase, en primer lugar, que se trata de una valiente actitud ciudadana ante la indiferencia o inoperancia de las instancias públicas. Cuando el gobierno o las empresas no cumplen sus funciones sociales, los problemas se multiplican hasta llegar a la impaciencia de la gente. Pero, en segundo término, el coraje cívico de Jaime Isidro Beltrán es evidencia de que, precisamente, ni los niveles de gobierno ni la empresa cumplen sus responsabilidades. Y no nos andemos por las ramas: si de gobierno hablamos, están: Ayuntamiento, la Secretaría correspondiente (más de una, por cierto) del Gobierno del Estado y la Comisión Nacional del Agua, de la administración federal. Y si de empresas, sea esta descentralizada, desconcentrada o francamente privada, nos estamos refiriendo a Desarrollo Urbano Tres Ríos. A todos y cada uno les toca, que no se hagan. En tercer lugar, los términos y maneras de intervención de la ciudadanía. Aquí debemos decir, a propósito, que siendo sobremanera loable la resolución de los Beltrán Pichardo, lanzándose ellos mismos a sacar toda la basura posible de los ríos, también habrá que detectar que toda la buena voluntad de ellos y cientos y miles de ciudadanos será insuficiente para resolver los problemas sociales que corresponde atacar a los gobiernos y también a la empresa. Desde luego, el primer punto de acierto y valía del señalamiento, el emplazamiento y el ejemplo concreto que tuvo la actitud levantada de don Jaime Isidro fue obligar a los funcionarios que, con un poco o un mucho de vergüenza, supongo, dieran la cara. Y qué bueno que, como los mismos medios lo consignaron el miércoles 13 de julio, el Ayuntamiento de Culiacán, por medio de Servicios Públicos Municipales, afrontó su responsabilidad comenzando por retirar alrededor de una tonelada de basura, sólo del tramo del río Tamazula comprendido a la altura de Isla de Orabá. Enhorabuena. Falta ver qué hacen, por su parte, la CNA y Gobierno del Estado. Al respecto, como también lo dijo claramente el funcionario municipal Tomás Villavelázquez Santillanes: las instancias federal, estatal y desde luego Proyecto Urbano Tres Ríos, tienen directas y muy concretas responsabilidades sobre la limpieza y conservación de los ríos de la ciudad de Culiacán, en tanto que sus cauces configuran una zona federal, la dimensión de los problemas que les aquejan desbordan al Ayuntamiento; y Tres Ríos debe ocuparse de resolver problemas no sólo de vender terrenos e imaginar negocios, lo que también significa crear problemas sobre los ríos y en perjuicio de la ciudad en su conjunto. (Valga aclarar que, en estas consideraciones va algo más de mi cosecha, por sobre lo dicho por el señor jefe de Aseo y Limpia del Municipio de Culiacán). Después de todo, los ríos de Culiacán serán, una de dos: fuentes de vida o de contaminación, para bien o mal de la ciudad, en la medida de que las dependencias gubernamentales y privadas cumplan los cometidos sociales que, por obligación elemental y mandato de ley, les corresponden. Supongo que es sobre tal base que se habla incluso del megaproyecto del parque que comprendería, precisamente, las tres afluentes fluviales culichis. Si no, ¿entonces cómo? En cualquier caso del futuro que depare el tratamiento del Humaya, el Tamazula y el Culiacán, tener muy presentes las palabras y el gesto cívico ejemplar que nos dio el señor Jaime Isidro Beltrán Pichardo (a quien, valga aclarar, no tengo el gusto de conocer personalmente, pero cuya actitud me gana y considero digna de todo enaltecimiento).