"Los conceptos de lo deseable y lo posible, son los mejores escenarios para construir una definición del concepto ´el justo medio´ pues la naturaleza humana nos dicta que no todo puede ser totalmente malo, ni tampoco totalmente bueno, p"
Héctor Tomás Jiménez
La felicidad y la dificultad del justo medio
En muchas situaciones de la vida, los seres humanos tenemos que asumir una posición del justo medio con el fin de no perder la perspectiva de las posibles soluciones, sobre todo las más factibles dentro de los límites de lo deseable y lo posible.
Los conceptos de lo deseable y lo posible, son precisamente los mejores escenarios para construir una definición del concepto "el justo medio" pues muy a pesar de que la vida nos enseña que son los extremos los que definen las características de los hechos humanos, sobre todo los que se sitúan entre el bien y el mal, también debemos tomar en cuenta que es precisamente la naturaleza humana las que nos dicta que no todo puede ser totalmente malo, como tampoco totalmente bueno, pues todo es también según la perspectiva de la que se vean las cosas.
Aquí vale la pena introducir el concepto de la felicidad ya que a lo largo de los siglos, el ser humano la ha buscado como meta anhelada o como un estado de bienestar ideal y permanente. En efecto, el ser felices se ha convertido en una tarea de carácter permanente en el hombre, pues no hay quién no la haya deseado alguna vez con mayor o menor vehemencia, razón por la cual, los estudiosos del tema, la han definido como el trayecto o el camino a recorrer aunque los más parecen sumarse a la idea de que la felicidad se compone de pequeños momentos, de detalles vividos todos los días, y donde su principal característica es su capacidad de aparecer y desaparecer de forma constante a lo largo de nuestras vidas.
En su obra "Ética de Nicómaco", Aristóteles considera a la felicidad como cuestión fundamental relacionada con el bien supremo, lo que significa que es un estado o situación que se desea por sí mismo y por el cual, a la vez, se desean todos los demás.
Añade Aristóteles que la felicidad es "la virtud que nos permite pensar y sentir que nos mantenemos en el justo medio entre el exceso y el defecto; este justo medio puede ser conocido por la razón, y quien lo conoce, como el sabio, obra en consecuencia y es feliz; pues, la felicidad no es sino la actividad de la vida conforme a la razón". ()
En otra parte de su obra, Aristóteles señala que "así como para dar y recibir las riquezas hay un justo medio, que está entre dos vicios que pecan, el uno por exceso y el otro por defecto; así pueden distinguirse en el deseo del honor y de la gloria dos matices, el uno más acentuado, el otro menos, e igualmente un medio que se muestra cuando sólo se aspira al honor en las ocasiones y en la manera que convenga aspirar".
Todo lo anterior nos lleva pues a pensar en la enorme dificultad que nos significa poder ubicarnos en el justo medio de las cosas, pues la conseja popular nos dice que "los extremos son malos" y que en todo debemos actuar "ni muy muy, ni tan tan", o bien, de tal manera que "ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre".
Ubicando la realidad en la educación de los hijos, situarse en el justo medio parece ser la mejor actitud que debemos asumir, pues ser extremadamente rigurosos con la disciplina, dicen los psicólogos que nos lleva a situaciones de criar hijos con mucho resentimiento y grandes frustraciones, y que, por otro lado, el situarse en el extremo de la permisibilidad, los hace ser irresponsables y con poco espíritu de lucha, pues no aprenden a distinguir que las cosas que valen la pena se logran con esfuerzo.
En verdad la tarea no es fácil, pues como humanos no aprendemos a distinguir la diferencia que existe entre razón y los sentimientos, y en ocasiones frente a una situación determinada, cuando la razón nos dicta una cosa, a veces los sentimientos nos dictan lo contrario y por lo mismo terminamos haciendo una mezcla de ambos o con soluciones dentro de lo deseable pero a veces fuera de lo factible, en tanto que la felicidad, como estado anhelado, solo se consigue a medias.
¿Y usted que piensa ala respecto?
JM Desde la Universidad de San Miguel.
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