"Los ejes de mi carreta"

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29/07/2013 00:00

    Sugey Estrada/Hugo Gómez

    Los ejes de mi carreta es una de las canciones más conocidas de Atahualpa Yupanqui, quien se llamaba Héctor Roberto Chavero Aranburu, pero escogió el seudónimo en honor al nombre del último rey inca y de su linaje.
    Esta milonga es el canto de alguien que se resiste a engrasar los ejes de su carreta porque quiere escuchar su crujir para no permanecer en silencio total; es alguien que ya no tiene quién lo escuche, en quién pensar o con quién comentar.
    Cuando escucho la canción, aunque los motivos sean diferentes, recuerdo el cuento de una carreta que hacía mucho ruido, porque estaba vacía.
    "Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
    "Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?
    "Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
    "Estoy escuchando el ruido de una carreta.
    "Eso es... dijo mi padre. Es una carreta vacía.
    "Pregunté a mi padre:
    "¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
    "Entonces mi padre respondió:
    "Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace", dice el relato.
    La moraleja es clara: hay personas a las que les gusta hablar, presumir y creer que pueden decir la última palabra sobre cualquier tema. Sin generalizar demasiado, son personas que no tienen mucho contenido interno y se percibe en el chirriar de sus ejes.
    En cambio, las personas más sabias son humildes, calladas, profundas, hablan cuando es necesario, no buscan el protagonismo y hacen poco ruido. El que sabe habla poco; el que habla mucho, sabe poco.
    ¿Engraso mis ejes, o busco el protagonismo y hacer ruido?


    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf