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"México al revés"

"Los vientos"

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21/06/2008 00:00

    JANNETH ALDECOA/ JOSÉ ALFREDO BELTRÁN

    En colaboraciones anteriores hemos descrito cómo se originan, se desarrollan y las transformaciones que siguen los vientos violentos.
    Hoy veremos los vientos en general que no alcanzan ninguna clasificación en las escalas meteorológicas, como huracanes y los efectos que producen en la agricultura, sin llegar a la destrucción total, pero sí de algunas consecuencias, porque igual que sus hermanos mayores, su aparición en las distintas regiones del planeta es temporal y, por lo general, cronológica, tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur del planeta.
    El viento es el movimiento del aire producido por causas naturales, es también un fenómeno meteorológico. Los vientos globales se generan como consecuencia del desplazamiento del aire desde zonas de alta presión, determinando los vientos dominantes de un área o región.
    Aun así, hay que tener numerosos factores locales que influyen o determinan los caracteres de intensidad y periodicidad de los vientos.
    Estos factores, difíciles de simplificar por su multicidad, son en muchos lugares más importantes, los de carácter general. Estos tipos de vientos son los siguientes: brisa marina, brisa de valle y brisa de montaña.
    El fenómeno es fácil de comprender: el aire caliente tiende a subir y el vació que se produce es ocupado por el aire frío, formándose así una corriente de aire.
    Esta característica está perfectamente definida en las costas, en los lagos, en los mares y en los valles; si no hay ninguna otra perturbación atmosférica, el hecho se cumple inexorablemente, día a día a la misma hora. Una característica que nunca falta, es que las brisas comienzan sus movimientos al medio día y se calman al anochecer.
    Como claramente se ve, al medio día, cualquier superficie se calienta porque los rayos del sol caen en la tierra perpendicularmente y esta dirección de los rayos solares se pierde por las tardes-noches.
    Al anochecer, y a medida que avanza la noche, después de una calma chicha, el viento cambia de dirección. Por ejemplo un espectador que se encontrara a la orilla de un lago o de un valle, cualquiera que sea su posición, la brisa la sentirá a su espalda, cuando está mirando hacia el interior del lago o del valle.
    Esto es así porque lagos y valles siempre están rodeados de macizos montañosos, el aire se enfría y tiende a ocupar las partes más bajas.
    Lo anterior debe tomarse en cuenta en las regiones que padecen heladas. En este contexto las plantas si sufren por esos vientos, con todo que son tenues, pero si dañan a los cultivos.
    Ya decíamos que esta clase de vientos son regionales y periódicos. En cada región son bautizados de manera diferente, pero perdurables casi por siempre. Por ejemplo los vientos descritos anteriormente, en muchas regiones les llaman "terral", esto es ateniéndose a que vienen de las montañas a las partes bajas.
    Así, en el país, quién no ha escuchado hablar de los "nortes" que azotan especialmente en el Golfo de México vientos fuertes que por lo general alcanzan velocidades de 50 a 100 kilómetros por hora, casi siempre cargados de una espesa nublazón y lluvias, las cuales pueden ser copiosas o lloviznas intermitentes, pero persistentes que llegan a establecerse por varios días.
    Cuando el "norte" es violento y cambia de dirección en sus repetidas rachas, los hombres de mar dicen que es un viento de "virazón".
    La dirección de los "nortes", por lo general, es de noreste a suroeste. En el remoto caso que traigan lluvias, el viento requema el follaje de los cultivos y el menor daño que pueden causar, es diezmar las cosechas, porque además, hace caer las flores y frutos que encuentran en vía de desarrollo.
    La contra parte de los "nortes", son las "suradas" que son vientos en exacta dirección contraria a los "nortes", pero éstos azotan las regiones "con sol y buen día". Son vientos completamente secos, pero causan los mismos daños a los cultivos y a las cosechas que los nortes, además, resecan las tierras de cultivo. Los vientos llamados "nortes" y "sures", azotan en direcciones encontradas y aunque el primero viene acompañado de gruesas lloviznas y el sur es viento seco, a la agricultura les causan daños semejantes.
    Viento catabático, este nombre reciben los vientos que descienden desde las alturas hasta el fondo de los valles, producidos por el desplazamiento al ras de suelo, convirtiéndose en aire frío dados los elementos del relieve más alto.
    Aparecen de forma continuada en los grandes glaciares, adquiriendo enormes proporciones en los inlandsis de Groenladia y de la Antártica, donde soplan a velocidades continuas que superan los 200 kilómetros por hora, motivados por la ausencia de obstáculos que frenen su aceleración.
    Viento anabático; son vientos que ascienden desde las zonas más bajas hacia las más altas a medida que el sol calienta el relieve. En conclusión, los vientos se mueven motivados por la presión atmosférica y las temperaturas.
    De todas maneras, las corrientes de aire son benéficas si no llegan al desastre. Para qué nos serviría un mundo enrarecido, sin aire sin corrientes que renueven el aire, la mayor de las veces viciado, además, el aire es el gran distribuidor de muchas de las semillas de los vegetales, sobre todo de sámaras y disámaras (que tienen una o dos alas). Y un valioso agente polinizador. Aunque también distribuyen las plagas de los vegetales y por lo tanto inutiliza las cuarentenas.
    Los cronológicos vientos que azotan en los grandes o pequeños desiertos, localizados en las franjas respectivas del globo terráqueo, se manifiestan visiblemente por las tormentas llamadas de arena o de polvo. Así mismo modifican el relieve de estas zonas, sobre todo, cuando existen médanos o dunas.
    Así se producen las arenas movedizas. Recordemos las tolvaneras que en los meses de febrero y marzo de cada año se producían en el valle de México, tan densas que evitaban la visibilidad a cierta distancia y se constituían en verdaderas tormentas para los capitalinos de la gran Metrópoli originadas en las márgenes del lago de Texcoco.
    El otro efecto perjudicial de los vientos es que erosiona los suelos (erosión eoliana). Pero también es capaz de enriquecerlos porque el viento transporta los granos más finos y los deposita en otras tierras, y los transforma en fértiles de por vida, tal es el caso de Manitoba, en Canadá y la zona del Yantse-Kiang, en China.
    Haciendo a un lado los perjuicios que causan el viento y las grandes avenidas (ahora, cada vez menos) de los ríos, convierten las regiones en suelos feraces, que producen grandes cosechas.
    Los aparatos usuales para medir la velocidad de los vientos es el anemómetro y la veleta para conocer la dirección. La escala utilizada para medir la intensidad de los vientos, es la Escala de Beufort. Velocidad y dirección medidas por los aparatos mencionados, tienen sensores cuyos datos son enviados, para su registro, a los anemógrafos.
    Así las mediciones son comparadas con las mediciones efectuadas en otros lugares del planeta, las torres con los sensores de velocidad y dirección deben obedecer a normativas estrictas dictadas por la OMM, Organización Meteorológica Mundial.