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"De las declaraciones como salvavidas"

"Luego del idioma ahogado, es casi imposible ubicar el pozo. El problema no es el laberinto donde se extravían para siempre los sujetos y los verbos, los complementos no consiguieron boleto de entrada, sino el contexto"

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16/10/2005 00:00

    Carlos Aldeco

    Roberto Zamarripa, en Reforma, examina con agudeza las palabras de Vicente Fox al anunciar su estrategia ante los problemas causados por el huracán "Stan". Anuncia el Presidente:
    "Quizá yo sé que ya está la organización funcionando, pero un organigrama no nos caería mal, simple y sencillamente para que cada quien esté en lo suyo y, precisamente, tendría que ver por ejemplo, con la apertura bien planeada de metas, de los temas que se requiere para todo este campo de la evaluación y del conocimiento de los impactos".
    Luego del idioma ahogado, es casi imposible ubicar el pozo. El problema no es el laberinto donde se extravían para siempre los sujetos y los verbos, los complementos no consiguieron boleto de entrada, sino el contexto: 2 millones de personas afectadas violentamente en sus vidas y en sus, más bien escasas, posesiones; la evidencia de los ecocidios que, con modestia o sin ella, tanto colaboran, las pruebas trágicas de la corrupción de los regímenes priistas; la falta de una mucho mayor solidaridad nacional.
    Ante esto, la demanda presidencial de un organigrama equivale a convocar un concurso que premie el conjunto escultórico (de una sola persona desde luego), un homenaje a quien, ante las devastaciones, pensó en beneficiar con largueza a esa eterna damnificada: la burocracia.
    No en balde agregó el Presidente: "El organigrama nos puede ir llevando muy ordenadamente al uso óptimo de los recursos".

    Reforma. 9 de octubre de 2005, nota de Abel Barajas: Unos militares se oponen a que pase un grupo con un ataúd: "Aquí no se permiten manifestaciones", le señala un oficial a los deudos. Le contestan: "No es ninguna manifestación, vamos por una señora que se murió".

    Palabras del Presidente Fox en el velorio de un grupo de sus colaboradores (Septiembre de 2005): "Desde aquí le doy mi más sentido pésame a los familiares de los deudos".

    Una prueba de cómo el rencor social lleva a los pobres al egoísmo y la falta de solidaridad con los ricos.
    En Veracruz, los vecinos exigen "atención sin clases ni preferencias", y un vecino, Martín Hernández, protesta: "No es posible que mientras el gobernador Fidel Herrera y los alcaldes pagan cuartos de hotel y dan prioridad a la gente acomodada de los fraccionamientos, nosotros sigamos en la inmundicia" (Nota de Andrés Timoteo Morales, La Jornada, 10 de octubre de 2005).
    ¿Entonces para qué les mandó Dios la resignación?

    La mejor ocurrencia del más formidable ocurrente. En Oaxaca, Fox ve a un recién nacido llamado Johny de Jesús.
    El Presidente le sugiere a la madre: "¿Qué te parece si de apodo le ponemos al bebé Stan?" (La Jornada, 9 de octubre de 2005, nota de Fabiola Martínez).
    ¿Por qué de apodo, Señor, de nombre?  Lo amerita la ocasión y su proverbial sentido del humor y, quien quita, la buena suerte que el nombre traiga consigo.

    En el municipio de Huixtla, Chiapas, el Presidente Fox hace un recorrido.
    Un grupo de señoras grita exigiendo alimentos, ya que los disponibles se venden carísimos: "¡Qué vamos a hacer si no tenemos dinero, ya no nos admiten en los albergues! ¡Cómo vamos a darles de comer a nuestros hijos si el huevo está a 50 pesos el kilo!"
    Fox, con la veracidad que lo distingue, asegura: "En Oaxaca se superó la emergencia: estamos ya en la reconstrucción".
    Y ante las demandas de la gente, se muestra severo: "La gente se pone nerviosa, cree que no vamos a cumplir. Que nadie se engañe, que nadie exagere, que nadie le eche crema a sus tacos. No podemos malgastar el dinero de los contribuyentes" (La Jornada, 9 de octubre de 2005).
    "No podemos malgastar el dinero de los contribuyentes". ¿Quién es aquí el ahorrativo: el Secretario de Hacienda Gil Díaz, Fox o el alcalde Serooge antes de la visita navideña de los tres espectros? ¿Cómo es posible que en la emergencia que afecta a dos millones de personas, el Presidente de la República cuide con tesón "el dinero de los contribuyentes".
    José Luis Herrera, de Huehuetán, Chiapas, busca ayuda en Tapachula porque su familia se halla incomunicada, sin alimentos ni medicinas.
    "No hemos recibido nada, tenemos niños enfermos de diarrea, con problemas respiratorios; afortunadamente no ha habido decesos, salvo una niña de nueve meses que fue arrancada de los brazos de su madre cuando cruzaban el río".
    ¿Qué quiere decir Fox cuando ante las demandas urgentes exige  "que nadie le eche crema a sus tacos"? Vaya que al pagarle a la alta burocracia se malgasta el dinero de los contribuyentes.

    El que da y quita con su credo se desquita. Fox, el 7 de octubre, promete: además de los recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales, Chiapas, Oaxaca, para enfrentar los estragos del ciclón Stan.
    Poco más tarde, se corrige de seguro para no malgastar el dinero de los contribuyentes: el apoyo será entre mil 500 y 2 mil millones de pesos.
    Nadie se toma la molestia de indicarle que su promesa no es tal, sino la parte proporcional que por excedentes les corresponden a esos estados, y que la suma a entregar es un adelanto.
    Por su parte, el Subsecretario de Hacienda, Alonso García Tamez, explica: "No se han creado partidos o programas especiales para enfrentar los efectos del huracán".
    Desde su perspectiva, Fox no miente. Lanza conjuros para ver si le resultan y así instala a bajo costo una cadena de repartición de milagros.

    El 5 de octubre la Secretaría de Desarrollo Social Josefina Vázquez Mota se propone igualar la repartición de bienes verbales del Pronasol de Carlos Salinas: "El abasto de víveres para los damnificados es suficiente".
    Eso con tal de que reduzcan hasta lo último su definición de suficiente.