JANNETH ALDECOA/ JOSÉ ALFREDO BELTRÁN
Sin duda, la hoy ciudad de Navolato es una de las más interesantes del Noroeste de la República, con mayores atributos históricos, a partir del pasado siglo 20. Su pujante industria azucarera, su variada industria pesquera y turística, le dan un tinte de realce sobresaliente.
El guapango "El Sinaloense", creado por el brillante compositor tamaulipeco Severiano Briceño, integrante del trío del mismo nombre, le dio presencia musical casi en todo el orbe; sus alegres notas musicales, son indispensables en toda fiesta y la viveza de su bailable emociona hasta el más quieto del público. Por eso, "El Sinaloense" es parte indispensable del folclor regional que alegra a propios y extraños.
La canción nació allá por el año de 1946, del siglo pasado y desde entonces se erigió en una especie de himno, con especial arraigo en el sentimiento de la gente de Sinaloa.
El novel 18 municipio, del estado de los Once Ríos, alcanzo su independencia administrativa y política, hace pocos años pero en su arranque como entidad municipal libre y soberana, sufrió ciertos problemas debido al atavismo ancestral que unido a las disyuntivas políticas actuales han transformado su imagen en lo negativo y la opacidad más que cuando fue sindicatura del municipio de Culiacán, en donde se nombraba al síndico y a las principales las autoridades para constituir el cabildo navolatense, no sin el visto bueno del gobernador del estado en turno.
En lo histórico, sólo una muestra: la construcción del ingenio azucarero, que luego llamaron "La Primavera". Cobraron importancia las playas de "El Tambor", cuando se supo que en esos lugares se cocinó la sucesión presidencial a favor del General Lázaro Cárdenas del Río, entonces fiel y callado asistente del General Plutarco Elías Calles.
En igual forma, se cita como anécdota que el Presidente Miguel Alemán Valdés, una mañana, estando de visita en Culiacán, se escapa de sus "custodios" y se va, solo a Navolato a charlar con el ya entonces popular Belém Torres.
La pareja Jorge Almada y Alicia Calles dejan mucho en lo económico para aquel rincón que en contra del rencor del General Lázaro Cárdenas hacia la familia Almada expropia todo lo que significaba riqueza, propiedad de la familia Almada, especialmente grandes extensiones de excelente tierra de cultivo a favor de ejidatarios, muchos de ellos venidos precisamente de Michoacán y otros lugares del país.
Sin embargo, los Almada nunca se dieron por vencidos y entre otras referencias de su tenacidad se cuenta el cultivo del henequén en aquel previo de Monte Largo; el puente sobre el Rió Culiacán que lleva su nombre y el Motel Tres Ríos, por citar sólo algunos cuantos.
Antes, Navolato conoció de las bondades de varios de sus hijos que hicieron historia por su valía, su seriedad, su apego al trabajo y su don de gentes; me refiero a Antonio Bonifant y Wulfrano García, hombres francos, muy estimados dentro y fuera de Navolato.
Parece que la emancipación de Navolato al alcanzar su mayoría de edad y convertirse en municipio, no le asentó muy bien, porque se acabaron sus gentes probas, educadas y atentas de antes que poblaron esa región, pero permanecieron sus problemas ancestrales de siempre y a estos se les unieron los vicios actuales.
Por ejemplo, no ha mejorado nada en su urbanización. Hay colonias, sobre todo las del centro, que siguen siendo bicicleteras o del tiempo de las aurigas, por aquello de las calles estrechas y con quiebres repentinos. Su mercado municipal, no ha mejorado en nada.
Es verdad, el "Palacio" Municipal está recién construido, pero es completamente antifuncional en donde sus oficinas están "apeñuscadas", mostrando un desdén para quienes tienen que acudir al Ayuntamiento para el arreglo de sus asuntos. El servicio urbano, sobre todo el de la limpieza, no es de lo que puedan ufanarse los navolatenses, pues como ciudad deja mucho que desear.
En lo político, quienes encabezan las autoridades de aquel lugar, administrativas o legislativas una vez que llegaron al puesto se dedican a sus movimientos propios para disputar su hegemonía, es decir, forman una toma y data entre quienes se creen merecedores del honor de representar al novel municipio. Hasta hoy los partidos políticos que han gobernado a ese municipio han sido el PRI y el PAN, pero no han sido capaz de crear una estructura ciudadana que vea por su municipio.
Aun con sus agradísimas playas de Altata, El Tambor, El Tetúan y demás maravillas, como la productividad agrícola, su variada pesca, su industria pujante y lo amable de su gente, para Navolato no todo es miel sobre hojuelas. Su administración pública ha dejado de un lado estas virtudes que la naturaleza les concedió como suyas y no las han sabido explotar económicamente.
En cambio, si han existido hechos bochornosos para la población y más para las autoridades que lo gobiernan. Recordemos los repetidos casos de El Guamuchilito y el asesinato por demás atroz y sanguinario del luchador social licenciado Jorge Aguirre Meza, hecho este ultimo que aún no se esclarece.
Por otro lado, la autoridad que hace mutis cuando la ciudadanía acude a ella no es nada recomendable porque establece un vacío de comunicación. Tal vez al doctor Marentes le estén fallando sus colaboradores más cercanos.
Otra raya más que se le agrega al tigre, es que tal vez el doctor Marentes, presidente municipal, desconozca el trato que su policía de tránsito da a quienes tienen el placer o la necesidad de transitar por sus carreteras. Los disgustos del turista y no turista son lamentables.
Si transitan por esos rumbos, son personas que de alguna manera, van dejar algún gasto en aquellas tierras, pero la policía de tránsito, apostada en cualquier lugar, semiocultos dejan que pase su víctima para enseguida perseguirlas e incarles el diente.
Si usted no aporta lo suficiente extralegalmente le aplican la consabida infracción que desde luego es exagerada y difícil de sufragarla para que usted pueda rescatar sus documentos, sobre todo si usted es vecino de un municipio diferente; la perdida de tiempo y los gastos de traslado son exagerados, así que es preferible el soborno.
La policía de transito de Navolato parece que está alimentando un fideicomiso para ellos cuyo aportador es el público que desea visitar los lugares turísticos. No es el caso de una policía de tránsito orientadora y auxiliar de las personas cuando sufren un asalto o un accidente. Por el contrario la policía de tránsito de Navolato sólo piensa en arrancarles unos cuantos pesos al conductor, perfilándose así como un cuerpo policiaco de los más corruptos del Noroeste.