César Peña Sánchez/ APRO
Así fue, el 30 de abril del año en curso, a las 5:05 horas dejó de existir don Alfredo Careaga Cebreros, rodeado de todos sus seres queridos, en lo que fue su última morada, en la calle Benito Juárez, 466 Poniente, colonia Centro, de esta ciudad de Culiacán.
Nuestro llorado amigo ya no alcanzó a ver la claridad del "Día del Niño". Lamentable deceso, aunque por esperado como todos los decesos de las personas, no dejó de provocar un vacío en todos aquellos que lo conocimos, lleno de vida y con gran vigor; pero sobretodo, con mucha atención y trato excelente para sus amigos y conocidos.
Don Alfredo Careaga Cebreros, nació un 26 de agosto de 1924; en sus años mozos, cursó la carrera de Comercio, para luego entregarse a la noble tarea de cultivar la tierra; labor que lo indujo a la organización adecuada de los grupos de las gentes de campo. Buscar la evolución de los cultivos agrícolas fue su designio, a la vez que conseguía las más serias simpatías que suelen acompañar a la gente de bien y de mejor intención.
"Pepeyo", como cariñosamente lo llamaron sus amigos y conocidos, fue su nombre de batalla en las organizaciones agrícolas y nadie como él para ser apreciado entre los agricultores de su época; hasta hace algunos años que dejó de ir al campo y estar frente a sus tierras, las cuales desde ahora dejan de sentir el calor de sus manos, las palabras, sus pensamientos e ideas.
Los padres de nuestro idolatrado amigo fueron Martín Careaga y doña Balbanera Cebreros, razón por la cual "Pepeyo" le dio el nombre de Santa Balbanera a sus terrenos que cultivó frente a lo se conoce con el nombre de "Caoma", ubicados por la carretera Culiacán-Eldorado, Frente a la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Un 21 de mayo de 1949, don Alfredo Careaga Cebreros, contrajo nupcias con la que sería su compañera de toda la vida, la virtuosa señorita Rafaela Angulo Gaxiola, matrimonio del cual nacieron: Balbanera, Lucila, Ana Rosa, Alfredo, Martín Juan, Carlos Javier, Elsa Dorotea, Rafael, Nora, Cecilia, Clara María y David Ernesto. Por cierto, este último, ahijado de otro gran agricultor de sus tiempos, el ingeniero Ernesto Ortegón; David, de profesión licenciado sigue dentro de las organizaciones agrícolas prestando sus valiosos servicios.
Ocupó diversos cargos en las organizaciones agrícolas y siempre, empujado por sus conocidos aparecía dentro de los comités agrícolas desempeñando, atinadamente, distintos cargos de los cuales nunca fue indiferentes, sino asiduo y responsable representante con los encargos conferidos. Desempeñó exitosamente la Presidencia de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, en el periodo de 1962 a 1964, durante el cual consiguió el beneficio de significativos programas para la Organización.
Recuerdo entonces, que durante los escarceos de cuál agricultor debía dirigir los destinos de la Asociación, durante aquel periodo, en uno de los discursos más breves de otro gran líder agrícola, como lo fue Atilano Bon Bustamante, dijo: Para qué discutimos si entre las filas de nuestro organización agrícolas existe un hombre que une y organiza y cuenta con el apoyo de la mayoría de nosotros. Efectivamente, Bon Bustamante se estaba refiriendo a "Pepeyo", quien ganó aquellas elecciones muy holgadamente.
En la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa, corría el periodo 1965-1967, siendo presidente de la mencionada CAADES, el guasavense don Miguel Leyson Pérez, en esos momentos, el Presidente de la organización Agrícola es designado presidente del PRI y posteriormente Diputado local; de manera que no pudo seguir como dirigente de las organizaciones agrícolas. Al Aceptar el Consejo Directivo de CAADES, la renuncia de don Miguel Leyson, el mismo Consejo Directivo, nombra como presidente sustituto a "Pepeyo Careaga, quien desde antes ya tenía muy arraigado la estima y el aprecio de los agricultores.
Por otra parte, el Consejo Directivo de CAADES, también nombró como tesorero al señor Jaime Zevada Ochoa, en sustitución de don Alfredo Careaga y al señor Luis Rivera Michel en sustitución del Consejero Leyson. Por esta razón la asamblea ordinaria de fecha 15 de agosto de 1966 fue ya presidida por don Alfredo Careaga, a la que asistieron el Gobernador Leopoldo Sánchez Celis y el Tesorero General del estado, Licenciado Alfredo Valdés Montoya.
En la Asamblea Extraordinaria de Delegaciones, verificada el día 19 de diciembre de 1966, presidida por don Alfredo Careaga, se aprobó el proyectos de Ley de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa, que a la postre se convirtió en la quinta Ley que derogó a la Ley de 1954. Como un reconocimiento y homenaje a los distinguidos agricultores que integraban las delegaciones que aprobaron este importante proyecto de Ley, sucedió lo siguiente:
Por su valioso trabajo realizado al frente de de CAADES, "Pepeyo" Careaga, fue electo Presidente de la Unión Nacional de Productores de Hortalizas, UNPH, para el periodo 1967-1969, en la VI Asamblea, celebrada en la ciudad de Hermosillo, Sonora, donde recibió la estafeta de mano del licenciado Adolfo "El Briano" Clouthier, presidente saliente de la Unión Nacional de Productores de Hortalizas.
Quizás una de las citas más honrosas de que se tenga recuerdo es el hecho de que durante los preparativos de la inauguración de la Presa Adolfo López Mateos, y estando ya en el lugar indicado para la inauguración, el Presidente de la República le pide que sea él, Pepeyo, quien devele la cortina para descubrir la plaquita que da nombre y fecha a la maravillosa obra hidráulica de la Presa del Río Humaya.
Así pasó la vida de un verdadero agricultor, no en virtud de la superficie de terreno que cultivó que dicho sea de paso, siempre fue poca, sino que siempre tuvo la preocupación por todos los de su gremio, con quien contribuyó con su consejo sano y certero y su desempeño de verdadero consejero de los organismos agrícolas del estado de Sinaloa, en donde practicó con acierto todos los cultivos legalmente aceptados,
Tengo algunas remembranzas de don Alfredo Careaga, porque él en la intensa búsqueda de practicar los escasos cultivos que entonces existían en el Valle de Culiacán, incursionó en algunas épocas en el cultivo de la caña de azúcar, constituyéndose en aportador de la materia prima para la fábrica de azúcar del Ingenio Antonio Rosales de Costa Rica, donde yo presté mis servicios en el campo cañero.
De don Alfredo Careaga, habremos de recordarlo, como siempre por su rectitud, su empeño en la construcción de las cosas positivas y llevamos el recuerdo bien grabado de sus virtudes que siempre le fueron fieles al gran agricultor, en el suelo y en la organización que han dado apoyo la más sería de las tareas humanas: la de cultivar la tierra con ahínco y entusiasmo para producir más y mejor.
Los restos del "Gran Hombre" de la tierra fueron velados por sus familiares y amigos en una de las capillas ardientes de conocida funeraria de esta ciudad de Culiacán, que un día lo viera nacer y desenvolverse como hombre honrado, y de bien. ¡Descanse en Paz! Don Alfredo Careaga y que toda su familia consiga la cristiana resignación del amigo que nos dejó, después de cumplir fielmente con su apostolado.