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"Estrictamente personal"

"Oceanografía: los pecados de Amado"

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13/06/2014 00:00

    Claudia Beltrán/Marcos Vizcarra

     Amado Yáñez Osuna es un empresario con bue­na suerte porque tiene buenos amigos coloca­dos en buenos lugares. Accionista mayoritario de Oceanografía, la gran empresa petrolera y proveedora es­tratégica de Pemex, que bajo su ba­tuta defraudó a Banamex por más de 5 mil millones de pesos, está siendo muy bien cuidado por la PGR que hasta el momento lo tiene exonera­do del quebranto multimillonario, y le fincó delitos no graves por los que alcanzó una fianza por 80 millones de pesos para defenderse en liber­tad de un desvío de recursos para financiar a Los Gallos de Querétaro, nóminas de equipos de futbol, com­prar de aviones, yates, joyas, auto­móviles de lujo, y pagos por más de 39 millones de pesos al portero ex mundialista Jorge Campos.
    Yáñez Osuna desvió más de mil millones de pesos de recursos otor­gados por Banamex, para dar sol­vencia económica a Oceanografía a fin que pudiera cumplir con los servicios contractuales con Petró­leo Exploración y Producción, la principal división generadora de recursos de Pemex, y cubrir sus gastos operativos. Pero la PGR úni­camente lo acusó por desviar 55 mi­llones de pesos. En la consignación de la orden de aprehensión, la PGR dejó de imputarle el resto de los des­víos que financiaron su vida de lujo, y contra de la recomendación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, le formuló cargos que le permitirán acercarse a su reivindi­cación jurídica y la libertad plena.
    De acuerdo con la investigación, la PGR estableció que el principal destinatario del desvío de los 55 millones fue AMRH International Soccer S.A. de C.V., que hasta antes de la intervención del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes a mediados de febrero, era propietaria del equipo de futbol de la Primera División, Los Gallos. Yáñez Osuna, según probó la Uni­dad de Inteligencia Financiera de Hacienda, hizo 61 retiros ilegales de la cuenta número 144296633 de Oceanografía en Banamex durante un año, entre el 2 de agosto de 2012 y el 22 de agosto del año pasado. Por los otros desvíos por 947 millones de pesos, y por 84 millones de dó­lares que le detectaron en 2013, no hubo acción penal en su contra.
    La relación de dónde fueron a parar estos desvíos que no le impu­taron, incluyen compras de aviones por más de 12 millones de dólares, yates por más de 2 millones de pe­sos, automóviles de lujo Rolls Roy­ce y Mercedes Benz- y deportivos por más de 16 millones de pesos, joyas y relojes de Berger por más de 230 mil dólares, gastos de casi un millón de dólares en la boutique de Audemars Piguet, obras de arte, y propiedades en Miami. Destaca también el pago no aclarado al ex portero mundialista Jorge Campos, y el financiamiento a una empre­sa de otro ex mundialista, Claudio Suárez.
    Al igual que la PGR omitió aña­dir ese desvío multimillonario co­mo una prueba de delito pese a ser idéntico el método al utilizado con Los Gallos-, también es inexistente en la consignación de la orden de aprehensión un dictamen oficial sobre el quebranto a Banamex, lo que significa que no hay un monto determinado en el que se establezca el total del fraude. La PGR explicó que no pudo dictaminar porque no tenía suficiente información. Pero aún así, consignó.
    Los pecados de Yáñez Osuna no fueron considerado lo suficiente­mente importantes para la PGR, que contra la recomendación de la CNBV de acusarlo de acuerdo a la fracción 1ª del numeral 112 de la Ley de Instituciones de Crédito, lo consignó por la fracción 5ª. La dife­rencia es fundamental: de haberle hecho caso a la institución técnica, el delito habría sido considerado grave y sin derecho a fianza; al ha­cerlo por la otra fracción, el delito no fue grave y le abrió la puerta de la libertad definitiva a un delincuente confeso.
    Yáñez Osuna reconoció el frau­de en sus declaraciones ante el Ministerio Público Federal, cuando se deslindó, responsabilizando a su socio minoritario Martín Díaz Álvarez de todas las negociaciones financieras con Banamex y Pemex que llevaron a la inhabilitación de su empresa del quebranto al ban­co. "Problemas de índole personal, concretamente con mi esposa, me alejaron de la administración finan­ciera de la empresa pues no tenía cabeza para ello, inculpándome de las cuestiones técnicas operativas de la empresa, y en los dos equipos profesionales del futbol mexicano, que era lo que me distraía de mis problemas conyugales", dijo.
    La PGR parece estar protegién­dolo por la forma como lo consig­naron y el delito que le imputan. Es crucial que explique: 1) porqué ante dos delitos idénticos, sólo de uno fue acusado; 2) en qué se basó para soslayar la recomendación de la CNBV sobre la gravedad del de­lito mediante una reclasificación que le permitió alcanzar fianza; y 3) sobre qué base lo exculpa del fraude a Banamex. La PGR está más que obligada a responder las inconsis­tencias en el caso, para evitar malos entendidos y suposiciones por el he­cho que su abogado, Sergio Viveros, fue hace unos años jefe de Mariana Benítez, la subprocuradora Jurídica y de Asuntos Internacionales, y de Jorge Hugo Ruiz, jefe de la Unidad Especializada en Investigaciones de Procedencia ilícita en la SEIDO, quienes dentro de la PGR, hay que recordar, llevan el caso de Ocea­nografía.
    rrivapalacio@ejecentral.com.mxtwitter: @rivapa