"Oooootra alerta sobre el inminente Día del Juicio Final o 'fin del mundo'"
FIFA
21 de mayo
Oooootra alerta sobre el inminente Día del Juicio Final o "fin del mundo". Esta vez el día preciso es el próximo sábado 21 de mayo, obtenido de la Biblia según las muy respetables reglas mafufas de costumbre. Muchas ciudades de EU están tapizadas de avisos públicos alusivos. Por cierto, mi primer matrimonio fue un 21 de mayo (1972). ¿Será por eso lo de fecha "apocalíptica"?
Más sobre Estíbalis
Me dice el paisano Jesús Villamar Calderón: "Soy un maestro jubilado que vive en Culiacán desde hace 22 años. Llegué soltero y aquí me casé. Leo tu columna BUHEDERA todos los días en el Noroeste y estos últimos días me ha llamado la atención que dediques tu tiempo a la lucha de la jovencita Estíbalis por asistir a una fiesta de príncipes en Inglaterra. A propósito de valores de la juventud te cuento una anécdota personal. Yo tenía 16 años (1965), vivía en una vecindad del barrio de Santa Julia en el DF y tenía dos hermanos menores que yo, una niña de 10 y un niño de 7 años a los que siempre he querido e intentado proteger por ser mayor.
"En aquel entonces se adquirió en casa la primera televisión en blanco y negro. Fue todo un acontecimiento que despertó expectativas en todos los miembros de la familia. Mi desilusión vino cuando mi santa madre (que en paz descanse) empezó a adquirir la costumbre de ver las telenovelas de la tarde-noche y previo a ello mis hermanitos iban adquiriendo la costumbre de sentarse a ver las caricaturas. Mi enojo creció porque ya no jugaban como antes en el patio de la vecindad, ya no platicábamos y para colmo se dedicaban, con mi madre, a ver dramas de adultos en las telenovelas que llegaban directo al centro de la casa.
"Como protector de mis hermanitos expresé mi enojo y anuncié a mi familia que me pondría en huelga de hambre hasta en tanto no se dejaran de ver las telenovelas y que mis hermanos dejaran de estar frente a la TV tanto tiempo. Cumplí mi promesa y dejé de comer y de beber absolutamente todo. Yo creía que derrotaría esa nefasta costumbre que se implantaba en mi casa. Pasaron tres días y yo temblaba de hambre y sed. Veía cómo mis hermanos y mis padres desayunaban comían, cenaban y bebían delante de mí, pero la fuerza de mi voluntad me mantenía firme.
"Tan drástica fue mi huelga de hambre que al cuarto día me sentía desmayar. Yo no había dejado de hacer mi vida normal al ir a la escuela y ayudar en casa a mi padre y a mi madre. Al cuarto día llegó la hora de la comida y mi madre, con su voz de compasión tranquilizadora y con actitud cariñosa, me invitó a comer y a que abandonara mi actitud.
"Habían servido la comida que se acostumbraba los domingos: caldo de pollo y arroz rojo. No resistí y, rompiendo a llorar me acerqué tembloroso a la mesa y probé mi primera cucharada de aquel líquido salado que me supo a lágrimas y al mismo tiempo a la gloria de poder comer. Sentí la derrota en mi alma y me resigné a tragarme mi enojo por lo que estaba pasando en mi casa con la entrada de la tele. ¡Cómo han cambiado los valores de los jóvenes! Todos somos capaces de luchar en esas edades, aunque la salud nos vaya en ello. Lo que ha cambiado radicalmente son los valores de algunos jóvenes. ¿Luchan por los valores externos o por los internos? ¿Luchan por los valores efímeros o por los trascendentes?".
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Dos sin zacate
Un paisano me aclara que la expresión implica cosas diferentes según la edad: "Me eché dos sin zacate, es un alarde sexual muy común entre jóvenes. Entre los viejos como yo, quiere decir que nos echamos dos periódicos al día: uno en la mañana y otro en la noche".
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