"Othón Salazar dirigió a los maestros de educación básica de la Sección 9 del SNTE, en el DF, en 1958"
Geovanni Osuna
Al cumplirse 50 años de la gran rebelión de los trabajadores de la educación, muere Othón Salazar Ramírez, sin embargo, él vivirá en nuestra memoria, porque el líder se distinguió, junto con los dirigentes obreros Valentín Campa y Demetrio Vallejo, los tres más importantes del Siglo 20, por la entereza de sus convicciones y la humildad que rodeó su vida entera.
Othón Salazar dirigió a los maestros de educación básica de la Sección 9 del SNTE, en el DF, en 1958, en la jornadas más trascendente que se hayan realizado por los maestros en el país, por primera vez toman el edificio de la Secretaría de Educación Pública, hasta lograr importantes demandas que beneficio a todo el magisterio nacional.
La formación magisterial para Othón Salazar comenzó en la normal de Oaxtepec en 1942, donde los maestros aún veían los últimos relámpagos de La Revolución. Cursó sólo el primer año en Oaxtepec, el segundo lo hizo en Ayotzinapa, en la normal de Lucio Cabañas, y el tercero en la Escuela Nacional de Maestros. Después ingresó a la Normal Superior, donde estudió cuatro años, especializándose en ciencias sociales para la enseñanza del civismo.
En 1954, ya mostraba su liderazgo y sería en esa fecha, un importante dirigente de la primera huelga de la Normal Superior. Luego, en 1956, los líderes oficiales del SNTE negociaron un incremento salarial que no llegaba ni a la mitad de la demanda inicial, Othón decidió convocar a un mitin de protesta, cambiando el curso de esa historia.
Poco después, una asamblea independiente lo eligió representante, formando las bases para el Movimiento Revolucionario del Magisterio que se constituiría a finales de 1957 y cuya presencia en las escuelas primarias del Distrito Federal se iría expandiendo como un reguero de pólvora por todo el país.
En el siguiente año, el MRM estaría al frente de una de las luchas magisteriales más importantes conducidos por Othón Salazar. Las movilizaciones a las que convocó este prócer del sindicalismo eran atendidas por un amplio sector social, y el gobierno, al reprimirlas, como hizo con la marcha del 12 de abril de 1958, fomentaba un descontento social que llevaba años gestándose.
Ese mismo año, las movilizaciones de los telegrafistas, petroleros y ferrocarrileros conmovieron al país. Las luchas tenían sus orígenes en demandas económicas, pero su aspiración por la democracia sindical tenía implicaciones mucho más amplias, que sacudirían las estructuras mismas del régimen priista.
Salazar Ramírez continuaría su lucha en el magisterio y en 1960 participaría en otra huelga en la Escuela Nacional de Maestros. Pero esta toma de la Normal por la corriente democrática de la sección 9 del SNTE fue reprimida y en represalia Othón fue cesado de su plaza de maestro por orden del Presidente Adolfo López Mateos, medida represiva ejercida en su contra, que mantuvieron todos los Presidentes sucesivos.
Desde entonces, vivió una situación económica precaria. Sin embargo, siguió regresando a Alcozauca, su natal pueblo en Guerrero, y recorrió la región de la Montaña escuchando y asesorando a los que allí se organizaban.
Desde muy joven, Othón cultivó su habilidad como orador. Sólo, se ponía a practicar en el campo. "Yo me fijaba que no hubiera nadie", relataba, "pero una vez estaba un campesino escondido y escuchó el discurso y cuando yo terminé salió y me dijo: 'le sale bien, Othón'", comentaba entre risas.
Hijo de padre panadero y madre campesina, tuvo que trabajar desde muy chico, razón que me une más aún a esta figura histórica. De niño, salía a cortar leña a las tres de la madrugada. En la oscuridad le era difícil distinguir entre las ramas secas y las verdes, pero para el amanecer tenía que llegar a su casa con un tercio de leña.
De allí que Othón Salazar reflexionara tan vívidamente desde muy joven. Cito sus palabras: "Quizás por eso la escuela fue para mí algo que sin que nadie me dijera nada yo sentía la necesidad de aprovechar cuanto se pudiera", reflexionaba.
La madera con que se formó este dirigente, este luchador social genuino, se está extinguiendo, es por eso que en la actualidad el movimiento obrero se encuentra huérfano de líderes que den la cara por sus intereses de clase, al contrario, lo más común entre los trabajadores, es encontrar al dirigente corrupto que vende al patrón a sus representados sin el menor escrúpulo.
El movimiento del magisterio democrático, con la desaparición física de Othón Salazar pierde al paradigma de su representante nato, y la sociedad el ejemplo vivo del luchador por cambiar el estado de cosas que prevalece por lo que él combatió con tanto ahínco.
Sabía de la importancia que tiene la educación para crear conciencia, pues, aunado al reparto agrario, los derechos laborales, y la afirmación que las riquezas del subsuelo eran propiedad de la nación, el proyecto educativo fue uno de los más trascendentales legados de la Revolución, según lo expresaba.
Educar, organizar a los desposeídos para que pudieran hacer valer sus derechos, y crear la formación política más poderosa fue la misión revolucionaria a la que dedico su vida Othón Salazar. "La izquierda no es nada si no es capaz de expresar una propuesta de futuro, si hace de la política un fin en sí mismo y convierte a las ideas en una máscara que no deja ver su verdadero rostro", repetía el dirigente.
Othón Salazar es un símbolo y su ejemplo un caso de dignidad revolucionaria que, por más que los gobernantes trataron de ignorar o reprimir, seguirá recorriendo el alma de los desamparados por todo el territorio mexicano.
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