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"Siete puntos"

"Resilencia y ecofilia"

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27/06/2007 00:00

    1. Leo habitualmente la columna semanal que Leonardo Boff, conocido teólogo de la liberación, publica en el sitio de Internet Koinonía.
    Interesado durante los últimos años en temas ecológicos, el pensador brasileño nos invita a cobrar conciencia sobre los efectos del calentamiento global y sobre la peligrosidad que entrañan los cambios climáticos. En uno de sus últimos artículos habla sobre un término nuevo para mí: la resilencia.
    2. La palabra, sin embargo, ya ha sido utilizada en la metalurgia y la medicina. En el primer caso, indica la capacidad que tienen los metales de recuperar, sin deformarse, su estado original, después de haber sufrido fuertes presiones.
    En el segundo, y específicamente en el área de la osteología, significa la aptitud que poseen los huesos de crecer correctamente, después de haber sufrido una fractura grave.
    3. La resilencia, continúa Boff, tiene dos componentes fundamentales: resistencia frente a las adversidades, es decir, la capacidad que tiene un sistema determinado para mantenerse entero cuando se es sometido a grandes presiones y exigencias, y la habilidad para aprender de los errores, y convertir las dificultades en oportunidades, transformando los aspectos negativos en ventajas favorables.
    4. El término puede aplicarse también a los terrenos de la ecología, y han surgido numerosos especialistas en el medio ambiente que trabajan estudiando la resilencia del planeta Tierra.
    Además de lanzar voces de alarma por el tan comentado calentamiento global, la escasez de agua, la desaparición paulatina de muchas especies, los severos ataques a la biodiversidad y la contaminación creciente, llegan a una conclusión: ...
    5. ...para ser resilente, la Tierra necesita que establezcamos vínculos afectivos con ella, es decir, cuidarla con comprensión y amor, aliviar sus dolores mediante el uso racional y moderado de sus recursos, renunciar a toda violencia contra sus ecosistemas, colaborar con ella en su permanente desarrollo.
    Esta actitud hará que la resilencia se preocupe menos por resistir a nuestros ataques y más por fortalecerse interiormente.
    6. Hace años propuse que, en vez de preocuparnos solamente por estudiar la naturaleza, debíamos establecer con ella una relación de amor. No sólo ecología, sino también ecofilia.
    Si la resilencia necesita de ese afecto para fortalecer su sistema, una actitud ecofílica podrá ayudar, y mucho, a cambiar la perspectiva humana de relación con el medio ambiente: ni violencia hacia él ni sólo estudio del mismo. Amor.
    7. Francisco de Asís es el patrono de los ecologistas. Su mensaje, lejos de ser un discurso romántico y dulzón, nos recuerda la necesidad del desprendimiento de las riquezas, de la austeridad como virtud humana, no sólo cristiana, y de la permanente lucha contra el consumismo.
    No es posible hablar de la liberación de nuestros pueblos, si no atendemos a las implicaciones que esa liberación tiene en el medio ambiente.
    papacomeister@gmail.com