"Ricardo Espinosa de los Monteros Zazueta. Hablando en plata"
Se defiende titular de la Sedena en caso Tlatlaya
Perfidia e impudicia electoral Este viernes en su periódico Noroeste, apareció una carta en la sección de El Lector, suscrita por el priista de viejo cuño, Don Aurelio González Meza, en donde recrimina y reconviene al candidato del PAN a la Alcaldía de Culiacán, Eduardo Leyson, por ensuciar las campañas políticas con infundios y diatribas dirigidas al candidato tricolor Aarón Irízar López, a quien ha acusado de forma temeraria y sin prueba alguna de haber estado vinculado al lavado de dinero sucio. González Meza también le recuerda al Tano Leyson, que su padre, Miguel Leyson Pérez, estaría avergonzado de los dislates en los que ha incurrido en su desesperación por ganar la simpatía ciudadana. Arrojando basura a diestra y siniestra por todas las estaciones de radio de Culiacán, el Tano, de un hombre serio y formal, ha devenido en el energúmeno de la temporada. Del PRI, el partido de su familia, ha dicho que es el causante de la violencia en Culiacán, también, con increíble desparpajo mental, el guasavense ha sostenido que el PRI es el partido político que ha hecho de la política un negocio. El Tano ha lanzado un boomerang que al cabo de las semanas le atizará en la nuca. Al señalar al PRI de corrupto, violento y mercantilista, está elaborando una autobiografía familiar. La genética política y la filiación política de los Leyson es originalmente tricolor. El padre de los tres perversos, militó en el otrora invencible durante toda su vida. Durante su larga vida política y empresarial, fue presidente estatal del PRI. En el sexenio de Leopoldo Sánchez Celis, fue uno de los allegados más íntimos al político cosalteco. En los 60, en el PRI regían las reglas del verticalismo y de los cacicazgos políticos. La democracia en ese partido era letra muerta y sólo servía como carne de discurso. Desde esos años la familia Leyson construyó en Guasave un feudo político, que ha sido dinamitado por la elección de Domingo Ramírez, como abanderado del tricolor a esa Alcaldía. Aniquilado el cacicazgo de la familia, los mercaderes de la cosa pública han enloquecido, en virtud de que saben que sus días en política están contados. Poco acostumbrados al trabajo fecundo (sobre todo los ideólogos José Luis y Arnoldo), quienes acostumbrados a vivir de sus rentas y al trabajo de sus respetables esposas, se han dedicado en fecha reciente a formular exigencias monetarias por presuntos salarios caídos. Así en su loco desvarío le han pasado la cuenta al Gobernador del Estado, por haberle presuntamente dejado la plaza de Guasave. Según la especie que corre en las ondas hertzianas, los temibles demócratas hicieron circular una tarjeta en donde le reclaman al Ejecutivo estatal la friolera de 7.2 millones de pesos, por batirse en retirada de la plaza y no hacerla de tos. La truculencia no es algo nuevo en la familia. La manipulación clientelar y los negocios en lo oscurito, parece que son de larga data. Formados bajo la sombra del extinto guamuchilense, Eleazar Cota Izaguirre, quien en el cenit de su carrera política llegó a la Subsecretaría de Agricultura, refrescó y robusteció la carrera política y empresarial de los ideólogos. La paraestatal, Servicios Egidales SA, proveyó a la familia de sustanciosos negocios. La utilización ilegal de maquinaria pesada adscrita a esa paraestatal, por parte de los Leyson, fue denunciado por ejidatarios de Guasave, y retomado el expediente por un importante medio de comunicación impreso. Según la fuente, maquinaria pesada fue fotografiada en las afueras de los domicilios particulares de los integrantes de la familia. Al tiempo Cota Izaguirre sería defenestrado políticamente. La Secretaría de la Contraloría, lo inhabilitaría para ejercer cualquier cargo público federal, en virtud de diversas anomalías encontradas durante su gestión en la Secretaría de Agricultura. Eduardo Leyson tampoco cantan mal las rancheras. Hace dos semanas, queriendo vacunarse, retomó un expediente escandaloso en que se vio inodado. Casado con la señora Malena Stamos, hija de un prominente agricultor de origen griego, inició con pie derecho su meteórica carrera de horticultor, especializándose en las berenjenas, cuya mermelada hoy le presume con zalamería a la señora del Presidente Fox. El escándalo del Tano sobre un eventual fraude, abuso de confianza, falsificación de firmas, en contra de su señora suegra, documentado por la prensa local, es un tema que el guasavense tiene que explicarle a la sociedad de Culiacán, para que la ciudadanía se entere de boca propia de la realidad de ese expediente, ya que el susodicho presume voz en cuello ser un individuo honesto e incorruptible. Eso lo debe de hacer a la brevedad posible ante la multitud de ciudadanos que dice convocar todos los días. La participación del Tano en el barzón de los ricos y la obtención de beneficios económicos con apoyo en el Fobaproa, todo ello con cargo a los bolsillos de los mexicanos en general y los sinaloenses en particular, es una asignatura pendiente del candidato blanquiazul, todo ello con el objeto de conocer los verdaderos niveles de probidad y honestidad con los que se ha desempeñado en su vida empresarial y política. El Tano, fue el que prendió el abanico y lanzó la primera cubeta de estiércol. Para tener autoridad moral en esta campaña política, el candidato ciudadano, deberá explicarles a los culiacanenses los oscuros expedientes antes mencionados, si no lo hace, seguramente la sociedad el 14 de noviembre le cobrará la factura, repudiando para siempre su participación en política.