"Ricardo Espinosa de los Monteros Zazueta: Todos sabemos que ganó Jesús"

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BUHEDERA
27/11/2004 00:00

    En la mayoría de los sistemas jurídicos del mundo, incluido México desde luego, prevalece el principio general de derecho consistente "en que el que afirma está obligado a probar". El proceso electoral que recién concluyó ha sido impugnado por los panistas ante el Tribunal Estatal Electoral. El Consejo Estatal Electoral de naturaleza ciudadana, en primera instancia calificó de legales las elecciones para Gobernador, diputados y presidentes municipales. El TEE acaba de emitir su sentencia validando el triunfo de Aarón Irízar a la Alcaldía de Culiacán, en virtud de que los abogados del PAN no ofrecieron ninguna prueba pertinente que acreditara anomalía alguna para decretar la nulidad de esos comicios, que el priista ganó por amplio margen. Me parece que el panismo está en todo su derecho de interponer los recursos legales para combatir las resoluciones del Consejo Electoral que no les favorezcan. Pero me parece que es antidemocrático cuestionar una elección ejemplar en términos de civilidad y de monitoreo ciudadano, cuando el resultado no les es favorable. El panismo con su discurso antijurídico se coloca en los extremos del mesianismo democrático que llevó al defenestrado ex Presidente de Perú Alberto Fugimori, a dinamitar buena parte del andamiaje jurídico constitucional de ese andino país, lo que a la postre derivaría en una dictadura populista, con las funestas consecuencias que ello implicó. Felipe Calderón, precandidato a la presidencia de la República, se detuvo en Sinaloa para decir estupideces. El michoacano miembro de la "familia feliz" del panismo (Luis María, su hermana, es senadora; Margarita Sabalo, su esposa, es Diputada federal; un hermano de él también lo ha sido y su cuñado es o era el vocero del panismo nacional), con forzada ironía sostuvo que Aguilar Padilla si bien había ganado la contienda política, la constancia de mayoría entregada al candidato priista tenía menos valor que un certificado matrimonial de una kermés. Curioso que nadie le preguntara si en Tlaxcala en donde ganaron por 800 votos, con el ex priista Héctor Ortiz Ortiz, también la constancia de mayoría de ese tránsfuga del tricolor es un certificado de kermés. O acaso también el triunfo obtenido por el PAN en Querétaro por menos de 9 mil votos obedeció a la entrega de una "constancia de kermés". Sin duda que el chilanguito de Calderón (para mí, después de la Concha todos son chilangos) quiso quedar bien con su gracejada con los dolientes del PAN. Anécdota aparte, la campaña poselectoral iniciada por el PAN denominada "Yo sé que ganó Heriberto" es una burla al sentido común y al estado de derecho que como piedra de toque debe de sostener el andamiaje político institucional de nuestro sistema democrático. De forma inaudita este grupo encabezado por Raúl Ibáñez Márquez pretende burlar el sentido de la ley. Ha declarado que van a demostrar políticamente que ganaron las elecciones; dicha declaración es un monumento a lo absurdo. Las demostraciones políticas se dan en las urnas. La política no debe de sustituir los causes jurídicos. Esa monstruosidad política ha sido el falaz argumento de dictadores y sátrapas para destruir las instituciones políticas como lo demuestra la historia universal. Hitler quien con engaños democráticos llegó a controlar Alemania es el ejemplo más acabado de aquella perversión. Sé que es en vano pedirle a Heriberto que actúe cercano a la conducta adoptada por el candidato perdedor a la presidencia de EU, John Kerry (proporciones guardadas desde luego),  para que se comporte como un hombre de estado y reconozca por el bien de su futuro político que los votos no le alcanzaron para ganar esta contienda electoral. Kerry, cercano vencedor en la contienda política gringa, rebasado por escasísimo margen decidió por salud pública declararse perdedor a sabiendas que su contumacia podría derivar en una lucha fratricida y sobre todo confió en los resultados que emanaron de los organismos electorales de aquel país. Observadores norteamericanos en esta elección destacaron que nuestro sistema político electoral es más eficaz y con mayores controles que el norteamericano. La mentira y la insidia han tomado carta de naturalización en el ambiente político y lo que es más lamentable en los medios. Al final de la contienda electoral se seguía hablando con ingenuidad o perversidad de un empate técnico entre Jesús y Heriberto. Un empate técnico sólo se da en las encuestas en virtud de los márgenes de error en las mismas. La mentira disfrazada de verdad se ha espetado de manera consistente para confundir a la colectividad. Las elecciones se deben definir jurídicamente y no de forma política. Es un deber ser ineludible para nuestra democracia. La victoria de Aguilar precaria o definitiva la decidirán los tribunales previamente establecidos para ello. Me parece una invitación a la incivilidad política insistir en los medios el haber obtenido una victoria electoral cuando la evidencia más palpable es en sentido contrario, aunque la diferencia en los comicios haya sido por 11 mil y tantos votos. Se puede mentir una vez y otra, pero no se puede mentir permanentemente. La agitación antidemocrática que se está gestando puede ser la chispa que incendie las pasiones partidarias. Rafael Morgan, el coordinador de la campaña de Heriberto, tiene experiencia en ello. La turbamulta que le acompañó a propósito de conflictos electorales en ocasión de una candidatura perdida provocó el incendio del Palacio Municipal en Culiacán con la lamentable pérdida de una vida humana. Por eso y por otras cosas el panismo debe de ceñirse a las resultas de las sentencias que emitan los tribunales electorales, de no ser así, corremos el riesgo de presenciar la bestialidad acontecida en la delegación de Tláhuac, DF. EL PRI NO TIENE QUIÉN LO DEFIENDA, NI QUIÉN LE ESCRIBA El tricolor en la presente campaña política perdió la guerra mediática y la sigue perdiendo en las controversias poselectorales. En ese partido se ha confundido lamentablemente la publicidad, con la comunicación política. Han sido incapaces de enhebrar un discurso que explique los recientes eventos políticos. A su militancia y desde luego a los más conspicuos personajes se les ha ofendido de manera grosera e indiscriminada. Los 428 mil votantes del PRI no tiene quién los defienda. Se ha permitido que el panfletismo se imponga por sobre la verdad política. La campaña de descrédito en contra del PRI es directamente proporcional a su indigencia discursiva y comunicacional. Les han dado hasta con la cubeta y ni se inmutan. Es por ello que la campaña por la incivilidad y la antidemocracia ha prendido en el ánimo de cierta parte de la población. "El que calla otorga" y el PRI está otorgando una ventaja comunicacional, que está orientada a extorsionar y descalificar al Tribunal Estatal Electoral que resolverá la legalidad de la presente elección. El PRI al hacer mutis, no sólo ofende a sus partidarios y voto duro, sino que lastima el entendimiento y las racionalidades del público, que está siendo objeto de una campaña de desinformación con el objeto de enrarecer el ambiente político para crispar los nervios del electorado, con el claro fin de suscitar un conflicto poselectoral que posibilite la nulidad del proceso electoral a través de una concertación en la presidencia de la República. Sin duda que uno de los aspectos que brillaron por su ausencia en la campaña de Aguilar Padilla, fue la pésima comunicación política con el grueso de la población. Un venezolano de apellido Rendón coordinó los esfuerzos mercadotécnicos y comunicacionales de Jesús Aguilar. El fracaso del caribeño es más que evidente. Experto en vender imágenes, la primera imagen que vendió es la de sí mismo, lo demás fueron choros y letanías que muy bien pudieron ser contratadas con Víctor Gordoa o con Gaby Vargas.