"Roberto Madrazo ultraja la tumba del Maquío pretendiendo darle aire a la campaña del gris candidato del PRI"
Héctor Tomás Jiménez
Prácticamente todas las encuestas que se han realizado en la entidad para indagar sobre las intenciones de voto de los ciudadanos sinaloenses tienen un sesgo manipulador. Lo cual confirmaría una vez más, sobre todo en México, que tales instrumentos de medición de conducta política, se han convertido en recursos propagandísticos. No obstante, hay indicadores de carácter cualitativo que, sabiéndolos interpretar, nos orientan para percibir qué encuestas serían más objetivas. Probablemente no haya criterio más contundente en el proceso electoral que experimenta Sinaloa, para saber por dónde caminan las preferencias electorales, que las constantes visitas que ha realizado Roberto Madrazo para apoyar a sus candidatos. En efecto, las constantes giras del tabasqueño no son una exhibición de eficacia o profesionalismo político sino de evidente preocupación. En su más reciente estancia en la entidad, el presidente del PRI mostró el nivel de su preocupación cuando, para detener la escalada de Heriberto Félix, después de la torpeza política de Saúl Rubio y Will Véliz a la cual el ex Secretario de Desarrollo Económico aunque con cierto retardo supo responder con prestancia, sacó del arcón de las calumnias políticas la acusación de que el viejo Maquío tuvo vínculos con el narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo. Efectivamente, en los setenta, y sobre todo desde el momento en que Manuel Clouthier del Rincón, primero a través de las páginas del diario Excélsior y después como abanderado del PAN, el PRI y no pocos columnistas locales y de la Ciudad de México distribuyeron la especie de que el impulsivo y desafiante empresario sinaloense se había prestado como rentista de los narcos. Hasta donde se recuerde nunca se inició ninguna averiguación judicial, ni denuncia oficial; todo era un recurso político para enfrentar a quien se perfilaba como uno de los más osados, sistemáticos y severos críticos del sistema priista desde el campo de la derecha democrática. Como candidato a la Gubernatura de Sinaloa y después a la Presidencia de la República, Manuel de Jesús Clouthier no fue invalidado como tal porque no había denuncia oficial alguna. De haber habido pruebas de tal delito el PRI no habría perdido la incomparable oportunidad de denunciarlo, enjuiciarlo y dejarlo fuera de la contienda. Después de la muerte del Maquío, claro que por razones de conveniencia política, el PRI ha aceptado que el Congreso de la Unión y otros organismo de Estado le rindieran homenajes oficiales al hombre que le dio un enorme jalón histórico al PAN. Y bien se podría apostar, haciendo una simple pesquisa hemerográfica, que el mismo Madrazo se habría sumado, por oportunismo o necesidad de maniobra política, a esos reconocimientos al Maquío; pero resulta que ahora, en medio del remolino electoral sinaloense y una urgencia política, Roberto Madrazo, perverso por naturaleza y también por formación partidaria, declara que "la familia del hoy candidato de Acción Nacional rentaba bodegas a un narcotraficante no tan famoso entonces, pero que ahora todos conocemos como ´Don Neto´ () Son hechos que vienen desde hace más de 25 años, vinculando a la familia del candidato del Gobierno del estado con el narcotráfico". La cínica declaración del dirigente tricolor intenta atacar dos flancos: uno) buscar desprestigiar a Heriberto Félix Guerra y detener lo que parece un seguro ascenso electoral y dos) proteger al Gobierno de Juan S. Millán, a Aguilar Padilla y al PRI sinaloense de las cada vez más consistentes denuncias de su relación con el narco, buscando revertirlas hacia Félix Guerra. Como el caso de Saúl Rubio y Will Véliz no pudo asociarse a Heriberto, entonces el dirigente nacional del PRI recurre de manera absurda a la vieja calumnia al viejo Clouthier para detener al candidato panista. Roberto Madrazo es un zorro de la política y como tal calcula con precisión sus pasos y declaraciones, pero en esta ocasión lo asesoraron mal, pensó peor y se precipitó en su afán de encontrar un recurso para defender a sus candidatos y debilitar a su principal oponente. Aventarse contra el Maquío no le va ayudar en nada a Aguilar Padilla y al PRI y, por el contrario, lo más seguro es que los perjudique aún más porque el viejo Clouthier se ganó, aun entre sus críticos ideológicos y sus contrincantes políticos del mismo PRI y de la izquierda, como Cuauhtémoc Cárdenas, así como en los análisis académicos más serios, un respeto que reconoce sus aportes a la democratización política del país. Pero, todavía más importante que eso, está el incuestionable hecho de que el Maquío es ya un ícono de la sociedad sinaloense y no se le puede calumniar sin consecuencia para quien lo haga. Madrazo , Millán y Aguilar Padilla pueden apostar que tal ofensiva les va a costar muchos votos. El cinismo, éste el concepto que mejor define a Roberto Madrazo, del dirigente priista es tal que a unas cuantas semanas de haber traído a Jorge Hank Rhon a Sinaloa, un personaje siniestro y señalado innumerables ocasiones por sus ligas con lavado de dinero, contrabando, asesinatos y los peores giros de la economía negra, se atreve a acusar a quien ya es un personaje histórico de la transición democrática mexicana de asociarse con "Don Neto", para obstaculizar a Heriberto Félix , casado con una hija del viejo Maquío. Madrazo ultraja la tumba de Manuel Clouthier, como el peor de los delincuentes y profanos, pretendiendo darle aire a la campaña del gris candidato de su instituto político. Clouthier se defiende con el juicio de la historia, que le ha resultado favorable, pero Madrazo lo ataca con cobardía, porque acusa a quien su partido mismo ha reconocido como uno de los constructores de la transición democrática mexicana. Aun sin haber emprendido una campaña deslumbrante y con la entrega que tuvo el propio Maquío, Heriberto Félix Guerra ha llegado a la recta final en condiciones de ganar. Sin restarle méritos propios a Félix Guerra, este escenario de competencia intensa por la titularidad del Ejecutivo estatal revela que desde el año 2000, prácticamente todos los escenarios electorales del país son altamente competidos, y aunque el PRI haya recuperado varios estados, la división electoral es mayor que nunca antes. En Sinaloa, el PRI, aun siendo uno de los estados más identificados con sus siglas y prácticas políticas, se observa un claro desgaste de su estilo de gobierno, el cual fue agravado por los constantes deslices y excesos de Juan S. Millán y su grupo de interés. El Gobernador ha sido exitoso en impedir que se sepa en el resto de la República que en Sinaloa hay una intensa competencia electoral y que Heriberto Félix Guerra se ha ubicado en un sitio de altas probabilidades de triunfo. El Gobernador ha protegido en exceso a su candidato, prohibiéndole debatir en la radio y la televisión en numerosas ocasiones, porque sabe que lo expone a pérdidas mayores. Pero, a pesar de este blindaje, Aguilar Padilla se ha resquebrajado a tal grado que las alarmas sonaron en las oficinas centrales del PRI nacional y por eso Roberto Madrazo insiste en visitar Sinaloa para, según él, reforzar la campaña de su partido. Juan S. Millán, en su obcecación y pasión por inmiscuirse en casi todas las esferas políticas del estado, fue perdiendo las dimensiones de la realidad porque se extravió sin darse cuenta, al grado de que los errores de su gobierno y el candidato que impuso han provocado la competencia electoral más intensa en la historia de Sinaloa, y ha abierto las condiciones para perderla frente a Heriberto Félix que, a pesar de tener poca experiencia política, está en condiciones de triunfar. La ciudadanía más crítica y atenta del estado por el simple hecho de la contrastación y el sentido común percibe que el candidato que puede detener la continuidad de un grupo que ha hecho mucho daño a la sociedad sinaloense es Heriberto Félix Guerra.