David Martín Barajas
Felicitaciones a las autoridades de Transito y Transportes; han dado un gran paso en nuestra ciudad al combatir la discriminación. Ahora los que padezcan una incapacidad motora, visual o auditiva, no tendrán problema para decidir cuando pueden o no atravesar una calle.
Con la nueva tecnología de la señalización de los semáforos con focos LED para el control de la circulación vial, agregando desde hace tiempo unas figuras humanas y números luminosos, añadiéndole un sonido (piar de un ave),que señalan al peatón cuando puede y debe cruzar una calle por las esquinas, sin riesgo.
Solo resta solucionar el problema de los discapacitados mentales principalmente los que conducen los autobuses urbanos, y muchos particulares, para que lleguen todos a entender y respetar algún día las señales de un semáforo.
En 1868, en el exterior del parlamento británico de Westminster, el Ing. J.P. Knight instaló el primer semáforo con luces alimentadas por gas, explotando y muriendo un policía. No fue hasta 1923 en que un afroamericano, Garret Morgan, inventó el sistema automático eléctrico de señales de tránsito y lo instaló en la Calle 9 y Euclide Ohio, EU, vendiendo después sus derechos a la corporación General Electric por 40 mil dólares.
Morgan también inventó aditamentos para perfeccionar las máquinas de cocer y la primera máscara de gas en 1912, que la aceptaron cuando gracias a ella se salvaron vidas de mineros atrapados en un derrumbe, por la que obtuvo una patente del Gobierno norteamericano, cuando sus clientes descubrían que era negro lo discriminaban y las ventas empezaban a disminuir.
La discriminación entre los humanos siempre ha existido, independientemente del motivo. Ha sido una lucha constante, el convencimiento de que todos tenemos los mismos derechos, como lo señala La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, por lo que es necesario que todas las autoridades lo acepten, principalmente en nuestra ciudad las de Obras Públicas en donde dan el visto bueno para construir sin cumplir con los reglamentos, desde construcciones oficiales, hasta la iniciativa privada que no corrigen su retrógrado nivel cultural y siguen construyendo barreras arquitectónicas para personas con discapacidades físicas.
¿Y los que estacionan sus vehículos obstruyendo las rampas para discapacitados?
guillermo.washington@gmail.com