"Si lo que tratan es de confundir a los mexicanos, pierden su tiempo; desde hace mucho que a los manipuladores y mentirosos se les cayeron sus caretas y pronto verán en las urnas cuál es la respuesta de los votantes."
SUGEY ESTRADA / JESÚS LÓPEZ / HUGO GÓMEZ
Bombas y anzuelos
Tanto la información oficial como las declaraciones que han hecho algunos políticos acerca de los actos terroristas supuestamente cometidos por el Ejército Popular Revolucionario, están más enredadas que un costal anzuelos después de meterlos a una mezcladora de concreto.
En efecto, con todo cuanto se había dicho hasta ayer respecto a la considerada, por el EPR, "campaña de hostigamiento contra los intereses de la oligarquía y de este Gobierno ilegítimo", lo único que estaba en claro era que, como sucede con los malos cazadores que le disparan a todo y no le apuntan a nada, hubo algunos políticos que ni siquiera sabían qué había pasado en Guanajuato, pero hasta se resbalaron por hacer declaraciones radiofónicas y televisivas.
Simultáneamente, otros políticos exigían que rigurosamente sucediera lo que ellos querían que ocurriera; mientras que el ciudadano promedio se sentía timado por las manipulaciones tejidas con la ayuda de los medios electrónicos.
Lo mismo ha sucedido con las cuatro mentiras oficiosas dichas en torno a los 205 millones de dólares del sedicente empresario chino nacionalizado mexicano, Zhen Li Ye Gon; de este dinero se aseguró que se había entregado al Bank of América, pero el viernes la Secretaría de Hacienda hizo saber que la misma millonada se halla depositada en el Banco de México.
Explosiva madrugada
Esto de los atentados del EPR comenzó la madrugada del jueves 5 cuando, según la información publicada en Noroeste, se tuvo la explosión, sucesiva, de tres ductos de gas natural de Petróleos Mexicanos en los municipios de Salamanca, Valle de Santiago y Celaya, Guanajuato, por lo cual tres mil 500 habitantes de la zona fueron evacuados de esa localidades.
Las estallidos, que provocaron llamaradas de más de 100 metros de altura, fueron atribuidos por las autoridades guanajuatenses, en principio, a la antigüedad de los gasoductos de Petróleos Mexicanos; después el personal de protección ciudadana y de la paraestatal culparon a los ordeñadores de ductos, como si el gas fuera gasolina y pudiera extraerse de las tuberías para llevárselo a cubetazos.
Ante las especulaciones generadas sobre el particular, algunos funcionarios menores descartaron que los estallidos fueran actos terroristas; luego ya no se dijo nada porque, dijeron las autoridades y directivos de Pemex, se estaban investigando las causas de las explosiones que casi dejaron sin gas al Bajío.
Paran las industrias
Cinco días después de los siniestros referidos, martes 10, cuando más insistían en que pusiéramos nuestra atención en que ya se habían controlado los siniestros de Guanajuato, como lo dio a conocer Noroeste, hubo una cuarta detonación, pero ahora en Querétaro, la cual obligó a suspender las actividades en unas mil 500 plantas industriales de esa entidad, así como de Jalisco, Guanajuato y Aguascalientes, por la falta de combustible.
Entre las plantas afectadas, desde el pasado martes, estuvieron empresas automotrices como Honda de Guadalajara, Nissan y su filial Jatco en Aguascalientes y General Motors en Silao: tan sólo la planta de componentes y estampado de Nissan da ocupación a más de 5 mil trabajadores.
También tuvieron problemas algunas productoras de alimentos industrializados, como Kelloggs y Hershey, y algunas embotelladoras, como la cervecera del Grupo Modelo, que es una de las más grandes de México.
Asimismo, Pémex reportó que el ducto de 91 centímetros de diámetro, en el tramo localizado entre la Ciudad de México y Guadalajara, que alimenta cuatro estados industriales en el área, estaría completamente en funciones este sábado, aunque en algunos medios se afirmó que las reparaciones de las tuberías dañadas durarían seis meses.
Con saludos del EPR
La novedad en la explosión queretana fue que, ante la incredulidad de algunos analistas y expertos en organizaciones subversivas, el grupo guerrillero autodenominado Ejército Popular Revolucionario se adjudicó la supuesta autoría de dicho atentado y también de los tres anteriores ocurridos en municipios de la entidad guanajuatense.
Acerca del EPR, en círculos oficiales recordaron que esta agrupación se dio a conocer el 28 de junio de 1996, en el primer aniversario de la muerte de 17 campesinos causada por disparos policíacos en Aguas Blancas, sus acciones han sido esporádicas y se restringían a Guerrero y Oaxaca.
Debido a la autoinculpación pública del EPR, o tal vez como resultado de las primeras averiguaciones, la cuestión es que el Gobierno federal reconoció sin dilación, mediante un comunicado de la Secretaría de Gobernación, que las explosiones en Pémex habían sido producto de un ataque y condenó los actos de violencia.
"El Gobierno mexicano, se dijo, condena categóricamente los ataques contra las instalaciones de Pémex. Esta conducta criminal pretende debilitar las instituciones democráticas, el patrimonio de los mexicanos y la seguridad de sus familias".
"Los mexicanos repudiamos el uso de la violencia, que a todos daña y a nadie beneficia. Las demandas políticas deben ser resueltas por los cauces institucionales y en pleno apego a la legalidad".
Se agregó que el Gobierno federal estaba aplicando las medidas necesarias para incrementar la seguridad de las instalaciones estratégicas del país, así como para que los responsables de los ataques enfrenten la justicia; en Sinaloa, se reforzó la seguridad de las instalaciones de Pémex, vías de comunicación, presas y todas aquellas instalaciones que son estratégicas para el desarrollo de la entidad. (Noroeste, 12 de julio)
Contra la oligarquía
De lo dicho por el EPR en su comunicado del martes 10, publicado por este periódico, destacó su advertencia respecto a que había sido puesta en marcha la orden de iniciar con la campaña nacional de hostigamiento contra los intereses de la oligarquía y de este gobierno ilegítimo.
Asimismo, los guerrilleros aseguraron que los actos hostiles no pararán hasta que el Gobierno de Felipe Calderón y el de Ulises Ruiz presenten con vida a Edmundo Reyes Amaya y Raymundo Rivera Bravo o Gabriel Alberto Cruz Sánchez, detenidos-desaparecidos desde el 25 de mayo en Oaxaca.
Para darle verosimilitud a sus dichos, anotaron que "tres pelotones mixtos conformados por unidades urbanas y rurales pertenecientes al destacamento "Francisco Javier Mina" y contando con el apoyo de milicias populares de todo el estado (de Guanajuato) han realizado acciones quirúrgicas de hostigamiento, poniendo 8 cargas explosivas en los ductos de Pemex ubicados en Celaya, Salamanca, Valle de Santiago Guanajuato y en la válvula de seccionamiento de Coroneo, activadas simultáneamente a la 1:00 horas de los días 5 y 10 de julio".
Para rematar, informaron a su Comité Central y a la Comandancia General "que todas las unidades que dependen de esta jefatura siguen concentradas en su puesto de combate y están en máxima alerta dispuestas a esperar órdenes ¡Esperamos órdenes!"
Muy largo para huevo
Si los eperristas manifestaron estar en espera de órdenes, quienes no esperaron instrucciones de nadie para hacerle una disección a lo dicho por los funcionarios públicos sobre las citadas detonaciones y al escueto comunicado de los guerrilleros fueron los analistas políticos y los estudiosos de los movimientos subversivos, a quienes esto de los bombazos les pareció muy redondo para aguacate y muy largo para huevo, debido a las contradicciones, vacíos informativos y hasta ocultamiento de la verdad.
Lo anterior se vio el jueves 5, cuando la Secretaría de Gobernación emitió un comunicado informando que "el siniestro se debió a una disminución de la presión en los ductos provocando un ´efecto implosivo´ que colapsó puntos débiles de las líneas de conducción de gas, seguidos de fuego".
Según los observadores, lo anterior era mentira porque la disminución de la presión no provocó la explosión; al contrario, los estallidos disminuyeron la presión, que es el aviso de fugas para los centros de monitoreo.
Igualmente, en la conferencia de prensa ofrecida ese mismo jueves por la coordinadora de Protección Civil de Gobernación, Laura Gurza, reforzó lo asentado en el boletín de Segob, pues subrayó que la versión oficial de Pémex "es que se bajó la presión y se generó un efecto implosivo en los ductos, y eso provocó las detonaciones".
O sea, destacaron los analistas, para explicar a las mismas explosiones, se daban dos versiones oficiales distintas; la de Petróleos Mexicanos, que era la técnica, diciendo que las estallidos causaron la baja de presión; y la de Segob, para sostener lo contrario, es decir, que la baja en la presión provocó la explosión; encima, nadie hablaba de actos provocados intencionalmente.
Decir lo que se callaba
Todo esto acabó por descomponerse el martes 10, debido a las explosiones en los gasoductos de Querétaro, cuando el EPR reivindicó los hechos y el gobierno se vio obligado a decir lo que se había callado, que eran "actos criminales provocados", con lo cual, recalcan los comentaristas, no sólo se vieron mal las autoridades, sino que incurrieron en irregularidades que llevan a suponer que, por lo menos en este caso, no se informa con veracidad a los ciudadanos y esto va en contra del derecho a la información.
Pero el problema no se queda en la formalidad jurídica, que de todos modos es mucho, sino que también tiene implicaciones de carácter político con alcances preocupantes, anotan los analistas, porque lo que se hace manifiesto es que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa estaría a punto de verse limitado para cubrir los varios frentes delictivos y políticos, en los que se han prendido luces amarillas a punto de volverse rojas.
En este sentido sobresale el hecho de que a varios estudiosos de la guerrilla, así como también lo plantean los legisladores y dirigentes de la oposición, incluso, ex guerrilleros, no les resulta verosímil el referido comunicado del EPR metido a destructor de ductos y adoptando la terminología de Andrés Manuel López Obrador y seguidores.
Éste es el caso de José Luis Alonso Vargas, 62 años, quien fue miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo, la organización subversiva que el 4 de mayo de 1973 secuestró al cónsul de Estados Unidos en Guadalajara, Terrance G. Leonhardy.
Usan otros lenguajes
Para este guerrillero retirado no es creíble el comunicado del EPR en el que se adjudica los atentados contra Petróleos Mexicanos, entre otros porque el lenguaje aplicado en este documento no es el usado por los eperristas, además de que los atentados supuestamente utilizados para exigir la liberación de dos compañeros no son un elemento negociador utilizado por la guerrilla.
Tampoco sería veraz, agregó, que tengan gente en Guanajuato; las guerrillas nacen, crecen y se desarrollan en lugares donde hay motivos, donde la población no tiene otro recurso más que el uso de las armas, como sería el caso de Oaxaca y Guerrero y Chiapas; en Guanajuato, prosiguió, hace rato que ni siquiera ha podido florecer un movimiento de izquierda, y en Querétaro menos, dado que ahí la sociedad "es más reaccionaria".
Antes de concluir, Alonso Vargas dio su dictamen sobre el particular y manifiesta que se trata de "un autoatentado del gobierno, una cortina de humo para tapar, entre otras cosas, el escándalo del chino Zhenli", en el que se ha querido involucrar al PAN y al Secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón.
Con argumentos parecidos la Unión Nacional de Trabajadores de Francisco Hernández Juárez acusó al gobierno de Felipe Calderón de "autosabotaje" y planear los atentados contra infraestructura de Pémex en el Bajío con la finalidad de desviar la atención sobre el caso del chino Zhenli Ye Gon.
Benito Bahena, Vicepresidente de la UNT, consideró absurdo atribuir a grupos guerrilleros caducos, como el EPR, la autoría de los supuestos actos terroristas, cuando es conocido por todos que las instalaciones petroleras se encuentran en pésimas condiciones; "siempre que hay un problema político el gobierno federal trata de suplirlo con otro; para mí no hay duda de que lo sucedido en Pémex fue orquestado por el gobierno", y dio a entender que se trata de una cortina de humo.
Precisiones perredistas
Respecto a los perredistas, éstos no aceptan que los guerrilleros del EPR sean los autores de los bombazos, acusan al gobierno federal de prefabricar el sabotaje y mantienen la tesis de la "cortina de humo" para ocultar los problemas que tiene la administración de Felipe Calderón.
Según declaraciones publicadas, el Senador perredista Graco Ramírez sostuvo que en las filas del panismo enfocan ya las baterías contra el PRD y Andrés Manuel López Obrador, para señalarlos como promotores de las acciones reivindicadas por el EPR, por lo cual consideró que los integrantes del PAN están jugando con fuego, de la manera más irresponsable, al mezclar estas acciones, de carácter militar, con la posición abierta, pública y siempre pacífica del partido del sol azteca y Andrés López Obrador.
Al mismo tiempo, hizo la advertencia de que "el PAN está actuando bajo una postura derechista que llevará a una polarización de peores consecuencias para el país; están asomando su rostro autoritario y represivo, cuando lo que existe verdaderamente son servicios de inteligencia en entredicho".
Como para desmentir esta posición, el reconocido escritor y autorizado estudioso de los movimientos guerrilleros, Carlos Montemayor, con las evidencias disponibles, consideró que el EPR sí fue el autor de los bombazos, e indicó que este grupo es congruente con lo que anticipa o declara.
Quien retomó la idea de que se trataba de un autoatentado fue AMLO; en Oaxaca dijo que las explosiones fueron orquestadas por el Gobierno federal para desviar la atención del caso de corrupción que tiene que ver con Ye Gon.
Pero lo que en realidad preocupa es que cuando de un lado y otro se hacen imputaciones acerca de quienes fueron los autores y las intenciones de los actos terroristas, funcionarios de la PGR hayan dicho que hasta el momento la indagatoria no ha determinado que las acciones hayan sido obra de algún grupo en particular.
Y si los encargados de la investigar estos hechos aun no concluyen nada, cómo es que en algunos medios noticiosos abundan acusaciones acerca de quienes son los autores intelectuales de los atentados.
Si lo que tratan es de confundir a los mexicanos, pierden su tiempo; desde hace mucho que a los manipuladores y mentirosos se les cayeron sus caretas y pronto verán en las urnas cuál es la respuesta de los votantes.