FIFA
Un matrimonio estaba en términos silencioso (es decir, no se hablaban). El esposo recordó que al día siguiente debía tomar un avión a primera hora y, como no quería ser el primero en romper el silencio, le dejó en la almohada esta nota a su mujer: "Por favor despiértame a las 5". A la mañana siguiente se despertó como todos los días a las 7. ¡Había perdido el vuelo! Furioso, levantó la cabeza y encontró esta nota en el buró: "Son las 5. Levántate". Eso demuestra que los hombres no estamos capacitados para este tipo de batallas.
Scandal
Es otra serie televisiva de Netflix que nos tiene hipnotizados, además de la más comentada House of Cards. Nos muestra que la ciudad de Washington es el más hermoso lodazal del planeta: una espléndida arquitectura y urbanismo, con un ámbito moral espantoso donde no se salva nadie de la corrupción, el abuso, la traición, la mentira e incluso el asesinato. Dentro de ese entorno, los argumentos, actuaciones, diálogos, son estupendos y no pocas veces hilarantes y descarnados.
Por ejemplo, de pronto el Presidente (Republicano) de EU le dice con coraje a su amante mujer (a estas alturas hay que aclarar el punto; por ejemplo el Chief of Staff es gay y está casado con un periodista): "Que no pueda controlar mis erecciones contigo, no quiere decir que te desee". No el menor de los méritos de la serie es poner en la conciencia del público gringo que hay (o puede haber; después de todo se trata de una obra de ficción) grupos paramilitares encargados de perseguir, secuestrar y matar gringos en suelo gringo sin previo dictamen judicial y sin consecuencia alguna.
La serie describe al grupo B-613 que oficialmente no existe ni responde ante ninguna autoridad gringa legal (ni Presidente ni Congreso ni jueces), muestra calabozos de tortura en los sótanos del Pentágono, espionaje a todos y cada uno de los ciudadanos por supuesto en sus comunicaciones y aun dentro de sus casa, etc.
¿Niños o adultos?
Ludwig Erhard fue Canciller de Alemania de 1963 a 1966, pero antes fue ministro de economía tras la guerra. Como tal, y convencido de las efectividad de su "economía social de mercado", en julio de 1948 abolió por sus pistolas los controles de precios y el sistema de racionamiento, medidas keynesianas que quería imponer el gobierno gringo de ocupación. El general gringo Lucius Clay, dizque administrador, lo cuestionó: "Herr Erhard, mis asesores me dicen que su decisión es un grave error". "Herr General, no les preste atención. Mis asesores me dicen lo mismo".
Luego, un coronel gringo le espetó: "¿Cómo se atreve usted a relajar nuestro sistema de racionamiento, cuando hay tanta carencia de alimentos?" "Pero, mi coronel, no lo estoy relajando; lo estoy aboliendo. En adelante, la única tarjeta de racionamiento que vamos a necesitar los alemanes será el marco alemán. Y nuestro pueblo va a trabajar duro para conseguirlo; ya lo verá usted".
Lo mismo pasó con el dinero del Plan Marshall para la recuperación. Los gringos querían que el gobierno alemán lo usara para comprar leche para la población, pero éste lo usó para reconstruir su capacidad productiva, fabril y agropecuaria. Por supuesto, en los tres casos Erhard demostró tener razón. Siempre ocurre así cuando los gobiernos tratan a sus poblaciones como adultos responsables y no como niños necesitados de políticas "tutelares". Pero esos gobiernos no son negocio.
Oooooommmmmm
Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.
Hueconomía
Hoy viernes a las 2 de la tarde pasa por canal 40 mi capsulita de brujería apantallatarugos, errrrrrrr, macroeconomía científica. Quizá quieras verla; a veces se me escapan ideas más o menos útiles, ciertamente exóticas para la absurda concepción económica al uso, y tan simples que las puede entender cualquiera menos doctorados en economía de Yale o Harvard (ese refugio político disfrazado de institución académica) como Janet Yellen, Larry Summers, Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Thomas Picketty y despistados conexos.
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