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"Buhedera"

"Silencio en la noche"

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08/08/2014 00:00

    FIFA

    Un matrimonio es­taba en términos silencioso (es de­cir, no se habla­ban). El esposo recordó que al día siguiente debía tomar un avión a primera hora y, co­mo no quería ser el primero en romper el silencio, le de­jó en la almohada esta nota a su mujer: "Por favor des­piértame a las 5". A la mañana siguiente se despertó como todos los días a las 7. ¡Había perdido el vuelo! Furioso, le­vantó la cabeza y encontró esta nota en el buró: "Son las 5. Levántate". Eso demuestra que los hombres no estamos capacitados para este tipo de batallas.

    Scandal
    Es otra serie televisiva de Netflix que nos tiene hipnotizados, además de la más comentada House of Cards. Nos muestra que la ciudad de Washington es el más hermoso lodazal del planeta: una espléndida ar­quitectura y urbanismo, con un ámbito moral espantoso donde no se salva nadie de la corrupción, el abuso, la traición, la mentira e inclu­so el asesinato. Dentro de ese entorno, los argumen­tos, actuaciones, diálogos, son estupendos y no pocas veces hilarantes y descar­nados.
    Por ejemplo, de pronto el Presidente (Republicano) de EU le dice con coraje a su amante mujer (a estas altu­ras hay que aclarar el punto; por ejemplo el Chief of Staff es gay y está casado con un periodista): "Que no pueda controlar mis erecciones contigo, no quiere decir que te desee". No el menor de los méritos de la serie es poner en la conciencia del públi­co gringo que hay (o puede haber; después de todo se trata de una obra de ficción) grupos paramilitares encar­gados de perseguir, secues­trar y matar gringos en suelo gringo sin previo dictamen judicial y sin consecuencia alguna.
    La serie describe al grupo B-613 que oficialmente no existe ni responde ante nin­guna autoridad gringa legal (ni Presidente ni Congreso ni jueces), muestra calabo­zos de tortura en los sótanos del Pentágono, espionaje a todos y cada uno de los ciu­dadanos por supuesto en sus comunicaciones y aun den­tro de sus casa, etc.

    ¿Niños o adultos?
    Ludwig Erhard fue Can­ciller de Alemania de 1963 a 1966, pero antes fue ministro de economía tras la guerra. Como tal, y convencido de las efectividad de su "eco­nomía social de mercado", en julio de 1948 abolió por sus pistolas los controles de precios y el sistema de racionamiento, medidas keynesianas que quería im­poner el gobierno gringo de ocupación. El general gringo Lucius Clay, dizque admi­nistrador, lo cuestionó: "He­rr Erhard, mis asesores me dicen que su decisión es un grave error". "Herr General, no les preste atención. Mis asesores me dicen lo mis­mo".
    Luego, un coronel gringo le espetó: "¿Cómo se atre­ve usted a relajar nuestro sistema de racionamiento, cuando hay tanta carencia de alimentos?" "Pero, mi coronel, no lo estoy relajan­do; lo estoy aboliendo. En adelante, la única tarjeta de racionamiento que vamos a necesitar los alemanes será el marco alemán. Y nuestro pueblo va a trabajar duro para conseguirlo; ya lo verá usted".
    Lo mismo pasó con el di­nero del Plan Marshall para la recuperación. Los gringos querían que el gobierno ale­mán lo usara para comprar leche para la población, pero éste lo usó para reconstruir su capacidad productiva, fa­bril y agropecuaria. Por su­puesto, en los tres casos Er­hard demostró tener razón. Siempre ocurre así cuando los gobiernos tratan a sus po­blaciones como adultos res­ponsables y no como niños necesitados de políticas "tu­telares". Pero esos gobiernos no son negocio.

    Oooooommmmmm
    Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.

    Hueconomía
    Hoy viernes a las 2 de la tarde pasa por canal 40 mi capsulita de brujería apan­tallatarugos, errrrrrrr, macroeconomía científica. Quizá quieras verla; a veces se me escapan ideas más o menos útiles, ciertamente exóticas para la absurda con­cepción económica al uso, y tan simples que las puede entender cualquiera menos doctorados en economía de Yale o Harvard (ese refugio político disfrazado de ins­titución académica) como Janet Yellen, Larry Sum­mers, Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Thomas Picketty y despistados conexos.
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