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"Editorial"

"Sinaloa, hacia el desierto"

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06/08/2013 00:00

     Las presas de Sinaloa se encuentran al 21 por ciento de su capacidad de conservación, almacenaje de agua similar al del año pasado en la misma fecha, pero muy inferior al de los anteriores cinco años cuando se tenía entre el 30.9 y el 61 por ciento.
    Hay una tendencia cada vez más marcada a disminuir la captación de agua, producto de las bajas precipitaciones, la desertificación, la sequía y el mal uso del recurso.
    Lo peor de todo es que en muchos casos el vital líquido no alcanza ni para el consumo humano a tal grado de que comunidades enteras, sobre todo de la parte serrana, se quedan sin agua.
    Un estudio de la Semarnat destaca que los problemas de sequía han afectado a 128 millones de hectáreas en el País y a 58 millones de habitantes.
    Esta escasez es considerada como un problema grave que ha ido aumentando.
    La Estrategia Nacional del Cambio Climático prevé que la sequía se incremente, sobre todo en el norte del País.
    Además, proyecta que México experimente un incremento generalizado del 6 por ciento en las temperaturas respecto a la media histórica, lo que repercutirá en mayores problemas climáticos y baja rentabilidad en el campo.
    Sinaloa es uno de los estados que tiende a la desertificación, extendiendo la sequía por falta de lluvias, degradando sus suelos y disminuyendo paulatinamente su potencial productivo.
    Pero pareciera que las autoridades y el sector agropecuario no quieren darse cuenta de la gravedad del problema, pues la mayor parte del agua que se almacena se desperdicia.
    Sinaloa tiene 12 presas, de las cuales 11 tienen sistemas de canales para regar aproximadamente 800 mil hectáreas.
    Sin embargo, cerca del 60 por ciento del agua, si no es que más, se desperdicia en la conducción y en el riego a nivel de las parcelas, debido al obsoleto sistema hidroagrícola que se tiene.
    A principios de año, los organismos de productores y las autoridades estatales del área propusieron al Gobierno de la República proyectos por más de 40 mil millones de pesos para invertirlos en entubado de canales, revestimiento, tecnificación y nuevos sistemas que lleven al ahorro del agua, pero estos recursos aún no se ven en el campo.
    De evitarse el desperdicio de agua, podría duplicarse la superficie de riego en Sinaloa y por qué no guardar el líquido para posibles contingencias climáticas.
    Es urgente que las autoridades y la población en general tomen consciencia del calentamiento global, que ya está presente en Sinaloa, e inicien acciones para mitigar, prevenir y adaptarse a esta circunstancia.