"Sinaloa no es de los estados con mayor índice de pobreza, sin embargo, en la misma ciudad de Culiacán existen focos de miseria humana, me refiero a 'La Zona de Tolerancia'"
Geovanni Osuna
Es indesmentible, así como vergonzosa la pobreza en nuestro país. De cuerdo con estimaciones oficiales recientes, la pobreza afecta a 40 millones de mexicanos, 27 de los cuales sobrevive en condiciones de pobreza extrema; otros datos indican que el número de pobres pasó de 61.7 millones en 1994 a 72.2 millones en 1996, lo que representa 3.3 veces el crecimiento poblacional.
Si bien las estimaciones y la cuantificación de la pobreza varían de un país a otro, de acuerdo con la metodología que apliquen tanto los investigadores como las oficinas gubernamentales, es claro que el rasgo distintivo de la situación social del país a finales de siglo que acaba de terminar, está en las condiciones de pobreza y de desigualdad social.
Es importante señalar que Sinaloa no es de los estados con mayor índice de pobreza, sin embargo, en la misma ciudad de Culiacán existen focos de miseria humana, me refiero a "La Zona de Tolerancia", que ahora es una zona de marginación, con siete familias sobreviviendo junto a drogadictos y delincuentes.
Para poder comprender lo que hubo, lo que significa y significó, debemos imaginar que muchos hombres terminaban su día ahí o bien los jóvenes, que entraban a los bares dándole 20 ó 30 pesos para un café al vigilante, se daban su primera borrachera o incluso enterraban su castidad.
Nombres suenan como: El Nuevo Siboney o en el Egipto Dancing Club, el Bar Mi Preferida, Luna Azul o El Afro. Ahora ya no hay alcohol o sexo por dinero. Se acabaron las 400 prostitutas vendiendo felicidad.
Entonces, lo que queda, es sólo la herrumbre; los miserables, que nada tienen que envidiar, señalando la tragedia del ser humano desde lo profundo del alma... a los personajes de la novela de Víctor Hugo.
Al algunas instituciones altruistas han mostrado la iniciativa de combatir esta situación denigrante, por ejemplo, La Junta de Asistencia Privada se comprometió a buscar ayuda para las familias que aquí sobreviven, no obstante, el DIF municipal condicionó la ayuda a un estudio socioeconómico.
Para dar fe de que la pobreza se vuelve un estigma, en una visita médica reciente, Basilio, uno de los seres humanos de este lugar, ante la presencia del doctor, dejó que le pusieran la campana del estetoscopio en su espalda y le revisaran el ritmo cardiaco. E inmediatamente preguntó: -¿Traen algo de comida?
Josefina es vecina de Basilio y dice que ha visto a éste toser y pedir agua y una moneda cada vez que ve una posibilidad. Quizás por eso no se resistió a la ayuda gubernamental. Por su parte, Josefina aceptó que le revisaran un brazo lesionado, y tras el chequeo, se alegró con la noticia que le dio el doctor:
"Vamos a canalizarla el lunes al Hospital General para que le tomen las radiografías de su brazo y vamos a ver cómo están los músculos, los tendones, y de acuerdo a las placas vamos a ver si se pueden a poner unos clavos para que los huesos vuelvan a recuperar su lugar".
Sé que este no es necesariamente el factor o foco de pobreza más aberrante del país, pero me parece importante destacar que no estamos libres de estos estados infrahumanos, que nos desacredita como seres humanos.
Una reciente publicación de Noroeste mostró también el cómo viven los indígenas en Zacatecas que van a laborar en los campos:
Al llegar generalmente en grupos numerosos, hay falta de casas, improvisando viviendas en los túneles de las plantas secadoras de chile, en bodegas y en fincas en obra negra, donde carecen de baños, agua y luz. Las grandes fincas están divididas sólo por plásticos negros, donde los jornaleros duermen en petates en el suelo, y la renta que deben pagar es de 50 pesos semanales por cada adulto, los niños son "gratis".
El agua, cuando hay, se paga por separado, a razón de 20 pesos al mes por persona, cuando las autoridades cobran mensualmente 20 pesos, pero por vivienda.
La luz eléctrica, es un lujo, y si se tiene, el cobro alcanza los 100 pesos por cada foco al mes y deben compartir el pago entre todos los habitantes del inmueble.
Amigos, por esto y otros datos, sostengo que la realidad es manejada más no sensibilizada. Estadísticamente, la polarización y pauperización de la sociedad mexicana se expresa en una estructura social de no pobres, pobres moderados y pobres extremos. Para que vean lo que se esconde en el fondo:
A 1994 la estructura mostraba cierto equilibrio entre estos tres grupos: 28 millones eran no pobres, 25 millones eran pobres moderados y 36 millones pobres extremos. Para 1996 se incrementa de forma alarmante a 51 millones la pobreza extrema, y se reducen a 22 millones los no pobres y a 21 millones los pobres moderados. ¡Cifras alarmantes!
La situación de pobreza en la que viven grupos enteros de mexicanos debiera ser un tema prioritario de la agenda nacional, pero no es así.
Mientras la sociedad en su conjunto no esté clara a qué sacrificios está dispuesta, y qué los diversos actores políticos no asuman la necesidad de acuerdos nacionales que tengan como centro la redistribución de la riqueza nacional, que permita generar empleos productivos para los millones de mexicanos que, hoy como ayer, han estado excluidos del cauce general de los cambios de la Nación mexicana, la pobreza seguirá estando sujeto a medidas y políticas paliativas, parches, que poco o nada, inciden en las causas y la reproducción de la misma.