"Sobre la agresividad de los entrenamientos para-militares a las policías especializadas en la guerra contra el narco, esta nota circula por el mundo..."

CÉSAR LÓPEZ

De maltratado a maltratador 

Sobre la agresividad de los entrenamientos para-militares a las policías especializadas en la guerra contra el narco, esta nota circula por el mundo:
"En uno de los videos, que fueron inicialmente divulgados por el diario Heraldo de León, un hombre con uniforme policial es sostenido por sus compañeros, mientras se le aplica agua gaseosa en la nariz.
"Posteriormente, le meten la cabeza en un hoyo que, según se escucha en el video, está lleno de excrementos y ratas.
"En el segundo video otro agente es obligado a arrastrarse dos veces sobre su propio vómito en una sesión de entrenamiento dirigida por una persona que habla inglés.
"El jefe de policía de León, Carlos Tornero, le dijo a la agencia de noticias AP que el instructor trabaja con una empresa privada de seguridad de EU, y aseguró que las imágenes no son lo que parecen.
"'Son situaciones en donde se hacen simulacros que llamamos 'de expresión real', de alto estrés, en donde a las personas en un momento dado se les sujeta a condiciones en un juego de entre 'bueno y malo', de cómo actúan algunas organizaciones o algunos sujetos. No es que se esté capacitando a la gente para que ponga en práctica este tipo de medidas', aseguró.
"Las imágenes han generado controversia dentro y fuera del país, especialmente porque México pronto recibirá millones de dólares de Washington como parte de la llamada iniciativa Mérida para combatir el narcotráfico con la condición de mejorar su respeto a los derechos humanos.
"Aunque se abrió una investigación, el alcalde de León, Vicente Guerrero, sostiene que la policía necesita métodos agresivos para hacer frente a los cárteles de la droga, y aclara que ese método se usa en otras partes del mundo (o sea en EU) aunque parezca inhumano." (BBC Mundo, 2008-07-02)
La verdad es que para lo único que sirven estos métodos es para dejar fuera de los operativos a los elementos que no desarrollen el grado de agresividad letal que necesitan para enfrentar al "enemigo".
Estas humillaciones sufridas fabrican esa agresividad; exactamente igual que un niño que sufre maltrato, desarrolla internamente una agresividad reprimida que lo convertirá en un maltratador cuando sea adulto.
La sicología de la agresión es impecable. Si sufres de una agresión pasivamente, tu respuesta será la agresión activa; podrá ser ahora mismo como en el caso de un tigre al que le pisan la cola, o podrá ser después como es en el caso de un niño maltratado a diario por alguno de sus padres; la respuesta agresiva estará ahí esperando la oportunidad de dispararse como mecanismo de liberación innato, en cuanto haya un estímulo apropiado.
Se puede entender que no todos los seres humanos que han sufrido de una agresión infantil serán agresores como adultos; si así fuera, ya se hubiera extinguido la raza humana. Pero si usted investiga la historia de cualquier abusador infantil, sin duda encontrará evidencia de abuso cometido en su contra cuando era niño.
La violencia que estos policías sufren bajo sujeción para-militar detectará, bajo la agresividad pasiva disciplinada, la violencia que el grupo necesita que brote de sus miembros sin piedad alguna contra "el enemigo". Y, por supuesto, sin contemplaciones con los civiles que se atraviesen.
O sea, es un método policíaco-militar para enseñar a matar, punto. Y ellos serán los felices aprobados al final del "entrenamiento". Happy ending.
Pensándolo bien.... "¿Y los derechos humanos, apá?"

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