JANNETH ALDECOA /JOSÉ ALFREDO BELTRÁN
Los destinos turísticos procuran sacar el mejor provecho de todos sus recursos, como lo son los atractivos que la naturaleza les ha regalado; de las obras materiales logradas por el hombre, como es el caso de los centros históricos, teatros, edificaciones monumentales y todo lo que el talento humano puede crear.
A ello también se adicionan aspectos religiosos, culturales y un largo etcétera, en el que se incluye el legado y el nombre artístico de sus hijos e hijas notables.
Muchas ciudades turísticas, cuando son lideradas por autoridades y empresarios con visión de largo alcance, como competencia distintiva, agregan a sus campañas promocionales el nombre de sus artistas.
Muestras de ello hay muchas, y así, de bote pronto, recuerdo algunos casos. Como por ejemplo, la ciudad de Dolores, Hidalgo, que a su gran catálogo histórico adiciona el nombre de José Alfredo Jiménez, el genial compositor de música ranchera, un ícono de dicho género y cuya obra musical es interpretada por famosos cantantes mexicanos y extranjeros.
La histórica ciudad guanajuatense le dedica a José Alfredo un museo y un festival anual, al cual acuden grupos musicales y cantantes populares famosos. Bajo su marco, se desarrollan diversas actividades en torno al recuerdo y figura del considerado como el compositor de música ranchera mexicana más célebre de todos los tiempos.
Del otro lado de la frontera norte, en Memphis, ciudad ubicada en el estado de Tennesse, conocida también como "La ciudad del Rey", anualmente recibe a miles de seguidores del cantante Elvis Presley, especialmente en su aniversario luctuoso, para gusto de la economía local, principalmente del negocio turístico de dicha ciudad estadounidense.
El encanto de Elvis ha logrado que en su ciudad natal, Tupelo, Mississippi, entre el 6 y 9 de junio de cada año, se lleve a cabo un alegre festival, con desfiles de carros alegóricos, presentaciones musicales de imitadores de Elvis, en fin, todo un carnaval. Por supuesto la adoración por "El Rey" también se extiende hacia otras entidades de las barras y las estrellas.
Por los rumbos de las pampas sudamericanas, Argentina nos presume a Carlos Gardel, el llamado Rey del Tango, quien al igual que nuestro Pedro Infante, murió en un accidente aéreo.
Tanto para los argentinos, como para los uruguayos y colombianos, desde el año 2005, el día 24 de junio se le dedica al recuerdo del Rey del Tango y se organizan festivales con decenas de solistas y grupos musicales.
José Alfredo, Carlos Gardel y Elvis Presley representan un orgullo para sus ciudades de origen, pero a la vez, también se han convertido en un buen producto turístico para cada una de ellas.
El caso de Mazatlán, podemos decir que es único, ya que agregado a sus bellezas naturales se cuenta con una circunstancia que no hemos sabido aprovechar a plenitud.
Amén de que podemos decir que de alguna forma somos la meca de las bandas de música regional, pues aquí radican las bandas más populares de México y algunos cantantes de dicho género; que don José Ángel Espinosa Ferrusquilla escogió estas tierras como puerto de amarre y que inspirados como José Alfredo y Gabriel Ruiz han plasmado en sus letras el embrujo del puerto, los astros se alinearon para que tres íconos de la música popular mexicana estén ligados al puerto mazatleco.
De entrada, somos el municipio sinaloense donde nació el fundador de la tambora más famosa de todos los tiempos; por supuesto, me refiero a Don Cruz Lizárraga director de la llamada Madre de todas las bandas, la de El Recodo.
El nombre y la figura de Don Cruz y su banda continúa vigente en todo el País así como entre los paisanos que radican en otros lares.
En lo personal, me impresiona ver cómo los turistas nacionales van y se fotografían al lado de la estatua del hijo predilecto de El Recodo.
Lo curioso es que no se nos ha ocurrido organizar un festival anual de la banda en torno a la figura de Don Cruz.
Las incidentes de la vida le dieron a la tierra de venados la oportunidad de servir de cuna de nacimiento de Pedro Infante, el cantante y actor que a 56 años de su muerte continúa vendiendo discos, y sus películas se mantienen en la programación de las televisoras nacionales.
El nombre de Pedro Infante sigue fresco entre sus miles de seguidores e irónicamente, no hace mella en su tierra natal. Tampoco hemos pensado en honrar a Pedro, ni tan siquiera por el interés comercial.
Por otro lado, Mazatlán fue, vamos a decir, la andadera de la que por antonomasia representa a las cantantes del género ranchero, Lola Beltrán, Lola la Grande, como la bautizara su gran amiga Chabuca Granda.
Con su singular estilo y la belleza de su voz, la rosarense no sólo conquistó a las masas. También se ganó el respeto y la admiración de grande intelectuales como Carlos Monsiváis, Gabriel García Márquez, Salvador Novo, Octavio Paz y Carlos Fuentes.
Es decir, que propios y extraños reverenciaban a la gran Lola, lo cual es visto con indiferencia por el pueblo que la vio nacer y por el que atestiguó su arranque artístico.
En fin. Los nombres de Lola, Pedro y Cruz, ahí están; mal aprovechados turísticamente y a la espera de que se les brinde el honor que se merecen.
Por su atención, muchas gracias. Nos vemos en la próxima, si es que ustedes así lo deciden.
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