FIFA
Me dice un queridolector: "Hace 99 años del desastre del 'insumergible' Titanic. Pero yo digo que el Titanic era parcialmente sumergible, como todo barco, que puede flotar porque una parte se sumerge en el agua. Se sumerge un submarino como me sumerjo yo en una alberca, pero si me sumerjo es por parte de mi propósito de nadar, o el propósito del submarino de sumergirse para poder después emerger del agua. Es absurdo decir que el Titanic era "insumergible" porque no estaba en su naturaleza hacer eso, sino flotar. Se decía que era 'unsinkable', ciertamente no 'unsubmersible'.
"Eso siempre me ha parecido incorrecto pero ahora veo que para la Madre Academia no existe 'inhundible' a pesar de que aparece 'hundible'. La gente que quiere hablar 'correctamente' (es decir, conforme a los dictados de la Real Madre) dice que el Titanic era insumergible, vocablo que aparece tan claramente en el diccionario como sumergible. ¡Grave incongruencia! Que prohija errores como eso de hablar de un barco sumergible". Y yo recuerdo que una de las pasajeras sobrevivientes de ese desastre fue una famosa socialité gringa que fue conocida desde entonces como la Unsinkable Molly Brown (hay una película de 1964 de ese título, con Debbie Reynolds).
Vexilología
Como decimos los nahuatlatos castizos: what??? "La vexilología es el estudio de las banderas en su más amplio sentido. Es una disciplina auxiliar de la historia, aunque hoy día se entiende también su relevancia como parte de la semiótica. A la persona dedicada a esta actividad se la denomina vexilólogo. La palabra 'vexilología' viene del latín 'vexillium', bandera, y el griego 'logos', conocimiento." (Por cierto, ¿sabes qué es la semiótica? Es la ciencia que estudia la incontinencia urinaria.)
El olor del dinero
Mi amigo Luis González O'Donnell acaba de publicar en Planeta esta su segunda novela. La ficha publicitaria dice: "Una novela que une el poder de la Iglesia, el narcotráfico y los intereses internacionales. Tras las elecciones de 2012, el país anhela que la presidenta electa consiga controlar la violencia que en los últimos años ha desangrado a México. Después del encarcelamiento de empresarios dedicados a lavar dinero, el asesinato del secretario de la Defensa, atentados en el Congreso y el descubrimiento de la infiltración del narco en el gobierno y la Suprema Corte, la tarea de pacificación no es fácil y todo parece complicarse cuando la futura mandataria se somete a una cirugía urgente.
"La población se paraliza mientras los grupos de poder se mantienen expectantes y se preguntan si será capaz de tomar el poder el 1 de diciembre. Cuando el enviado del Vaticano coincide con un avezado periodista retirado, ninguno imagina que se verán envueltos en una conspiración internacional plagada de engaño, crimen y alta traición que compromete a la Iglesia en el esfuerzo por rescatar a México del abismo".
El título viene, claro, de la famosísima frase del emperador romano. "Cuenta Suetonio cómo el emperador romano Vespasiano, en su afán recaudatorio para edificar el Coliseo, tuvo escasos reparos y estableció un impuesto sobre la orina. Se trataba de gravar la recogida de orina en las letrinas públicas (lo cual, generaba un doble beneficio, pues se reciclaba con múltiples utilidades). Sin embargo, hubo a quienes no le pareció muy digno semejante impuesto. Por ejemplo a Tito, el hijo de Vespasiano.
Este acercó unas monedas a su rostro y le preguntó si le molestaba su olor. Y como Tito respondiera que no, Vespasiano zanjó el asunto con la frase que ha pasado a la historia: El dinero no huele." Bueno, pues la afirmación es falsa. Leo: "El gobierno de EU utiliza ahora perros olfateadores de billetes en los aeropuertos internacionales. Si te pescan con más de diez mil dólares en efectivo, sin declarar, el dinero te será confiscado. Gracias a esos perros detectores de cash, la aduana gringa detectó $3.2 millones en el aeropuerto Logan de Boston el año pasado".
Río
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