"Un documental falso"
Los humanos somos animales racionales según la definición tradicional que conocemos, pero desde luego debemos reconocer que también somos animales graciosos, hacemos cosas realmente chuscas. Solemos dar cabida a las más alocadas teorías al mismo tiempo que rechazamos las más sólidas evidencias. Cuenta un amigo que en cierta ocasión conversaba con alguien que sostenía seriamente que todo el desembarco en la luna había sido un teatro y que nada era cierto de las naves espaciales, como los transbordadores. Al preguntarle acerca de las transmisiones por satélite y si creía que existían esos aparatos, esa persona aseveró que no creía que nada, absolutamente nada, de eso era cierto. Sin embargo, creía en la gran probabilidad de visitas extraterrestres en tiempos de los mayas. Suena hilarante, y hasta es causa de burlas, pero no todo es tan claro. Otro amigo de todas mis confianzas vio la cinta "Super size me". Es la película que ha ganado un premio en el Sundance Film Festival y tuvo una nominación al Óscar. Se le ha calificado de ser un documental y eso es lo que la hace una cinta insólita... porque no es un documental en el sentido tradicional del término. Una travesura tal vez. No la he visto, pero entre lo que mi amigo me comentó e información adicional, le ofrezco lo siguiente. Usted decide. El autor es Morgan Spurlocky y el argumento es la dieta que sigue él comiendo comida rápida para verlo aumentar de peso, algo para lo que no se necesita hacer una película. Se sabe de antemano. Hace 90 comidas en el mismo restaurante de hamburguesas, una situación escasamente realista en un ser pensante. Morgan Spurlock tuvo antes un programa de televisión en MTV y que no duró mucho. Se llamaba "Apuesto que lo haces" y se basaba en la idea de que la gente haría cosas tontas si se le daba suficiente dinero. Y allí se vieron escenas tan memorables como la de un hombre comiendo excremento de perro por dinero. La duda surge, ¿es capaz esta persona de hacer algo serio? Algunos piensan que sí. Yo lo dudo ampliamente. El documental plantea la situación de alguien que tiene hábitos tontos de comida y sobre eso logra utilidades de un público que por algún motivo cree que es un documental. Puede que lo sea al final, un documental sobre la estulticia de su director y personaje principal. Coma usted durante un mes entero hamburguesas tres veces diarias, o tacos mexicanos de mole poblano, o cosas por el estilo y sucederá lo obvio. No hay necesidad de hacer una película al respecto. Pero, debo decir, que la cinta tiene una virtud importante, pues muestra que la decisión de comer mal, con malos hábitos, es una decisión voluntaria e intencional. De allí que las demandas frívolas que se han dado, sea eso y nada más, demandas que ilustran la ignorancia y la mala intención de los demandantes y sus abogados. Por el lado malo, según me han reportado, la película no hace mención de cuestiones de nutrición y hábitos personales, los que tienen un impacto muy importante en el resultado final, coma usted hamburguesas o no. En otras palabras, no es evidencia médica, no tiene valor científico y es solamente una variación de los programas de MTV en los que una serie de jóvenes hacen cosas arriesgadas con la idea de hacer reír a la audiencia. Decía un profesor hace tiempo que las películas, bajo el disfraz de la diversión, realizan una labor educativa dando elementos que parecen verdades. Con esa cualidad, en personas que no tienen otra fuente de información, se da un fenómeno de profundización de la ignorancia. No es ya la ignorancia del que no sabe y reconoce que no sabe. Es la ignorancia del tipo que cree que lo que sabe es cierto e incuestionable, a pesar de que hay mil evidencias que lo contradigan. Es la ignorancia convertida en necedad y muy personificada en alguien que seriamente dio cierta vez una cátedra sobre la política exterior de los EU hablando sin miedo a equivocarse y teniendo como fuente exclusiva la película Farenheit 9/11. Al final, lo malo no está en las películas, sino en nosotros los seres humanos que hacemos cosas graciosas y chistosas, como darle preferencia a las teorías más alocadas y desechar las evidencias más sólidas. eggaspar@contrapeso.info