FIFA
Un muy buen amigo que es bastante más joven que yo, suele ir a contracorriente y me pide no divulgar su nombre, me dice: "¿Qué pasó con Estibalis Georgina? Ahí les va. Lo sé porque me cayó bien desde el principio; me gustó su osadía y su idealismo (o su inconsciencia, muy propia de la juventud), de querer 'cumplir su sueño' a toda costa. Y además porque me divirtió mucho la posición incómoda en la que puso a la Embajada inglesa. Así que fui a conocerla mientras estaba en su 'huelga', y desde entonces la apoyo en lo posible.
"Lo que pasó: el viernes recibió una carta del Palacio de St. James, de parte del secretario privado del príncipe William, diciendo que muchas gracias por su interés, pero que no podían invitarla a la boda; y que el príncipe tampoco podía recibir el retrato que quería regalarles - le sugirieron donarlo a una obra de caridad. La misma embajadora salió a entregarle la carta. Y mientras la embajadora le decía esto, se acercaron los taxistas y la gente de los puestos de fritangas de alrededor, que hasta entonces la habían apoyado, pero que a partir de ahí comenzaron a burlarse. Fue entonces cuando decidió retirarse; y la misma embajada le pagó el taxi a su casa.
"¿Por qué lo hiciste? 'Porque ha sido mi sueño desde niña, conocer al Príncipe William. Y creo que todos deberíamos luchar por nuestros sueños' esa es su postura, que te dice con mucha convicción, sin grandes aspavientos. Es seria, amable y educada, muy apegada a su familia; trabaja en una papelería de su prima; no tiene novio, no es fiestera y sus intereses son la realeza inglesa y el arte. Vive en Atizapán, en la punta de un cerro, literalmente, y conocí su casa, que consiste en solamente dos habitaciones: en una duerme su tía y al mismo tiempo es la cocina; y en la otra duerme ella; todo está repleto de trastes amontonados, muebles desvencijados y cubetas para las goteras.
"Vaya, el ambiente menos propicio para que surja arte, y sin embargo... Me mostró tres cuadernos deshilachados con dibujos a lápiz, principalmente retratos, muy buenos: de la princesa Diana y sus hijos, de Coco Chanel y de Grace Kelly; también unos pocos cuadros al óleo, y una escultura pequeña de la princesa Diana, elaborada en algo así como plastilina, realmente extraordinaria. Su papá es muy amable, y vive a la vuelta de su casa, con su segunda esposa; trabaja como seguridad en una empresa, en turnos de 24 horas, y por eso la visitaba poco en la embajada, aunque está muy cercano a ella, se nota el cariño muy profundo que se tienen, y siempre la ha apoyado en todo. Y su tía, con quien ella vive, trabaja como obrera en una maquiladora; cuando inició la huelga de hambre, le tiró sus 'dos' revistas del Hola, porque dijo que eran las causantes de que se hubiera chiflado. Un periodista le preguntó, con ironía: ¿y por qué mejor no trabajas en la maquiladora, como tu tía?
"Le respondió: 'Pues porque ese no es mi sueño'. Es callada, sencilla y humilde, aunque obstinada. Y se toma con humor las críticas que le hizo la gente: acepta que su imagen en los periódicos, con la célebre gorrita como de ratero, no fue la mejor: 'parecía como si hubiera acabado de salir del manicomio o de la basura' dice riéndose y apenada. Además, sin la gorra y la chamarra, que no se quitó mientras estuvo ahí, se ve una muchacha de apariencia normal y hasta con cierta gracia, lejos de como apareció en los periódicos.
"No sabe todavía bien cómo, pero ahora piensa 'subastar' sus pinturas para conseguir dinero y llegar a Londres el día de la boda (una persona que se acercó a ella mientras estaba en la huelga, le dijo que la podía ayudar a eso). Y luego quiere convertirse en pintora. Así que ahí les aviso cuando sea la 'subasta'. (¿O acaso ustedes creen que Estíbalis mejor debe regresarse a su cueva, o trabajar en la maquiladora?)".
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