Cristina Zambrano
El título puede interpretarse como una falta de respeto al avance democrático que el País tuvo en materia electoral en las últimas 2 décadas.
No es México, en cuanto a democracia electoral, ni remotamente parecido a lo que era en la elección de Carlos Salinas de Gortari de 1988, cuando a Manuel Bartlett se le "cayó el sistema de cómputo" en agravio de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Manuel J. Clouthier Del Rincón.
Hoy, 21 años después de aquella lamentable trampa, un segmento importante del electorado ha expresado su repudio al poder totalitario y dictatorial de los partidos que son dueños absolutos de los procesos electorales, con poder salvaje e inconmensurable que condiciona, limita, aprueba o desaprueba qué mexicano o mexicana puede aspirar a ser Presidente de la República, Diputado, Senador, Presidente Municipal o Regidor de cualquier pueblo por ramplón que sea, atropellando el derecho constitucional de los ciudadanos de "votar y ser votado para todos los cargos de elección popular".
Durante las últimas semanas he tratado de definir el sentido de mi voto. Escuché y analicé la postura serena de los "anulistas" que provocó reacción desmesurada de los partidos que ven amenazado el negocio, pues la cantidad de votos es directamente proporcional al presupuesto que se les asigna y al riesgo de perder el registro.
Analicé con cuidado historia y plataforma política de los partidos que compiten por el Distrito 8 que me corresponde.
Ninguno incluye legalizar las drogas, propuesta que sugiero en este espacio con bastante énfasis y necedad, pues sostengo, como muchos otros mexicanos y extranjeros, que es la vía pacífica e inmediata para sacar la violencia de las calles y menoscabar el poderío corruptor del crimen organizado.
Tampoco aclaran si sus candidatos irán al Congreso a apoyar la pena de muerte a secuestradores y criminales devastadores; a proponer una verdadera reforma fiscal que elimine impuestos ocultos que al final todos pagamos, como el IVA a medicinas y alimentos, y a gestionar que cualquier mujer decida si aborta o no, sin más trámite que su voluntad.
Dejan muchas dudas, por describir el desasosiego de alguna manera, sobre la reforma electoral que reduzca a 300 el número de diputados y en 32 el de senadores; permita que cualquier ciudadano opine libremente sobre partidos o candidatos en medios de comunicación; y que un hijo de vecino sea elegible para cualquier puesto de elección popular sin necesidad de jurar la omertá en el PANAL de la profe Gordillo, en el Verde de la familia González Torres, en el PT del profe Alberto Anaya o en cualquiera de los Cárteles mayores.
¿Por qué alguien decente y sin más ánimo que el de servir a su patria íntima debe inscribirse o arrimarse forzosamente a un partido que no responde a sus ideales?
El mejor Presidente Municipal de la historia contemporánea de Mazatlán fue Poncho Tirado que compitió por el "Partido de Poncho Tirado", antes "Partido Socialista de Mazatlán", y arrolló al candidato oficial del PNR Joaquín "el Chaca" Escobar.
Un ciudadano común, querido y respetado como hay muchos, se enfrentó y venció a la maquinaria del Gobierno.
¿Por qué no puede ocurrir lo mismo con "El Molacho", aun tartamudo y dueño de jerga florida, o con cualquier otro ciudadano igualmente distinguido, que esté al corriente del predial, las cuotas de agua y demuestre honesto modo de vivir?
Finalmente revisé al detalle la propuesta de los "anulistas" que están decididos a utilizar su voto como pancarta para manifestar lo harto que nos tienen partidos y candidatos que en campaña son más humildes que la madre Teresa de Calcuta y soberbios sin límite al apoltronarse en curules y escaños de uso y beneficio particular.
Escuché también a quienes desde los partidos consideran esta opción "un retroceso a la democracia", cuando el verdadero retroceso debe atribuirse a los partidos políticos que en realidad son negocios familiares, camarillas de mafiosos o asilos para gente sin escrúpulos.
Iluminación divina
Aun entre la incertidumbre personal, dos acontecimientos prendieron la luz al final del túnel.
1. Escuché una entrevista de Jaime Sánchez Susarrey a Diego Valadés, jurista distinguido, apéndice de una notable familia mazatleca, amigo personal, quien el 5 de julio acudirá a la casilla y anulará su voto, al sufragar por un querido maestro suyo.
2. La reacción furibunda y descompuesta de Andrés Manuel López Obrador, quien criticó furioso a los "anulistas" que, dice en un spot de televisión, estarían haciendo el juego a los partidos grandes, cuando él mismo con su traición al PRD es quien abona al triunfo del PRI o PAN.
Es cierto, la corriente "anulista" afecta en primera instancia a los partidos pequeños que no conseguirían el 2 por ciento para mantener el registro, entre ellos el PT de López Obrador, suceso que de ocurrir llenaría de gozo a millones de mexicanos que están hartos de mantener a una burocracia electoral que nos costará este año 12 mil 880.7 millones de pesos, equivalentes a 2 mil 600 escuelas de 5 millones cada una.
Anular el voto tendría el mismo efecto que la falta de público en algún espectáculo: habría que cerrar el negocio.
Y eso, definitivamente, no conviene a quienes han hecho de la política su modus vivendi.
No se trata de liquidar a la clase política, pero sí de que entienda que los mexicanos ya no estamos dispuestos a pagar por el indigno espectáculo que presentan, con actores improvisados, voraces y chambistas.
No se pierda por motivo ninguno la columna "¿Voto Por El Molacho? (II)", en la que fundamentaré la orientación de mi voto a partir del perfil, vida, obra, trayectoria y virtudes de los "candidatos oficiales".
La palabra de hoy: jerga
Este vocablo llegó a nuestra lengua con el significado de 'lenguaje especial, difícil de comprender', según la primera edición del Diccionario de la Academia, 1734, y hoy se la define como 'lenguaje especial y familiar que usan entre sí los individuos de ciertas profesiones y oficios, como los toreros, los estudiantes, etcétera'.
La palabra jerga proviene del provenzal antiguo gergon, que a su vez procedía del francés antiguo jargon o jergon, que en la Edad Media aludía al 'gorjeo de los pájaros'.
Es cierto que existe en castellano otra palabra jerga de etimología desconocida, que significa 'tela gruesa o tosca' o 'colchón de paja o de pasto'. A partir de esta última se forma su aumentativo jergón.
Vox populi, vox dei
De Fernando Flores Camacho.
Sr. Martini. Desde hace algunos meses compró el Noroeste para leer sus columnas de los viernes y domingo que me parecen muy interesantes, aunque no esté de acuerdo en algunos de sus planteamientos, como en las drogas.
Esta vez quiero decirle que no creo que estemos listos para la reelección municipal porque está probado que los gobernantes corruptos que tenemos utilizarían, como lo hacen en cada elección, los recursos humanos y económicos de una Presidencia para reelegirse.
¿Usted cree que Jorge Abel ganaría una reelección limpiamente? Es conocido que usaría los fondos municipales para ganar y así como aquí lo tenemos, la mayoría de los municipios de México también tienen a su Jorge Abel.
Tres años son pocos para un buen presidente, pero muchos para uno pésimo y de éstos últimos nos han tocado a morir. Muchas gracias por sus atenciones.
Breve respuesta: Evidentemente hemos avanzado en democracia electoral y ahora tenemos candados para evitar que ocurra lo que usted menciona.
No creo por supuesto que un mal Presidente Municipal pueda reelegirse y, en cambio, uno bueno seguro tendría el refrendo del pueblo.
En tres años se trabaja para el proyecto político personal y no para el beneficio de la ciudad.
Observaciones ciudadanas: mmartinirivera@gmail.com