La transición entre un gobierno y otro siempre es difícil, todavía más cuando los gobernantes provienen de diferentes partidos políticos, pero en Sinaloa todo apunta a que la entrega-recepción del Gobierno del Estado se relizará sin problema alguno.

En el pasado, los gobernantes ni siquiera se veían las caras, era muy común que el que salía se llevaba todo, hasta los lápices y los escritores, dejando detrás de él una especie de tierra quemada, donde se hacía muy difícil comenzar de nuevo.

Para evitar esos descalabros que costaban mucho en recursos y en parálisis administrativa, en los últimos años se han desarrollado procesos que permiten que los gobiernos ya no sufran tanto durante los cambios de estafeta.

En Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, Gobernador actual, y Rubén Rocha Moya, Gobernador electo, se conocen bien, mantienen un trato cordial y se espera que en cualquier momento se reúnan de manera privada, para iniciar formalmente el proceso de entrega de la silla grande.

Sabemos que han mantenido una comunicación permanente vía telefónica, así que reunirse de manera privada debe de ser el siguiente paso, para después pasar a una reunión pública, que marcaría el inicio del fin de la administración quirinista y el comienzo de la administración de Rocha Moya.

Los señalamientos entre el Congreso de Sinaloa y el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción pueden cesar, pues el amparo promovido por integrantes de este órgano de transparencia no procedió.

El amparo al que nos referimos es el que interpusieron en relación a la Ley de Obras Públicas, por las responsabilidades que se les daban para formar los comités de obras de las instituciones, sin embargo, desde el CPC se señaló en reiteradas ocasiones que estas atribuciones no estaban contempladas en la Ley de la que se deriva su creación y actuar.

El amparo se sobreseyó por un Juez y ahora será el Comité de participación ciudadana quien realice estas acciones que desde las reformas a la Ley de Obras Públicas se le adjudicaron, pero al ampararse lo único que hicieron fue prolongar el tiempo de creación de estos comités de obras.

Buena se la echó Mario Zamora Gastélum al anunciar que impugnó la elección a la Gubernatura del Estado, a pesar de la tunda que le pegaron en las urnas por la diferencia de votos y de que ya Rubén Rocha Moya sólo se encuentra a la espera de rendir protesta como sucesor de Quirino Ordaz Coppel al tener ya la constancia de mayoría.

El ex candidato de la alianza Va por Sinaloa anda buscando hacer más ruido, según él por que se debe dejar consignado la violencia que dice que imperó en el proceso electoral en el estado y no porque sea un mal perdedor.

Dice que la impugnación es para que no se quiera borrar lo que pasó el 6 de junio, o sea que no se olvide los actos de violentos que se vivieron en la jornada, aunque muchos cuestionan sus denuncias.

Y dijo algo que resultó en comicidad involuntaria, dada la seriedad del tema: comparó su impugnación con el caso de las mujeres golpeadas en sus casas, “que no porque no denuncian no existen los golpes”.

Como que se le hizo bolas el engrudo.

Mario Zamora Gastélum seguirá con denuncias, entrevistas y todo lo que quiera hacer, pero el PRI ya se deslindó, asegurando que ellos ya quieren darle vuelta a la página, quieren olvidar el proceso electoral y ponerse a trabajar.

Ya la dirigente estatal del tricolor, Cinthia Valenzuela, aclaró que ellos buscan desde el pasado 07 de junio darle la vuelta a la página y el único trabajo jurídico que realizan es una lucha contra los espacios de diputaciones de representación proporcional.

Así que en eso de andar impugnando la elección a la Gubernatura Zamora va solo, a menos que las 10 personas que han de conformar el Partido Acción Nacional en el estado lo apoyen.

Ah, y uno o dos perredistas que debe haber y que quizás también lo apoyen.

También lo que podría hacer Mario Zamora es iniciar una serie de huelgas de hambre casa por casa, quedándose a dormir en cada, una como lo hizo en la campaña.

Es interesante lo que va a pasar con el PRI después de que Quirino Ordaz Coppel finalice su administración, quizá como uno de los ex Gobernadores con más presencia en el partido en su historia sinaloense, el problema es que el partido será tan pequeño que difícilmente podrá sostener su estructura pasada.

Además, una vez que se entrega el poder, a un ex Gobernador solo le queda aspirar a un cargo nacional, en el estado ya no cabe, ya consiguió todo a lo que podía aspirar.

En política no se puede ser ingenuo, así que seguramente todos entendemos que muchos de los priistas que han medrado bajo el paraguas del poder ahora simplemente desaparecerán.

Y como muestra ya tenemos a todos los que salieron corriendo durante el proceso electoral, esos difícilmente encontrarán cabida en ningún lado, salvo que se aferren a los clavos ardientes que son los nuevos partidos que los utilizaron para intentar conseguir algunos votos.

El caso más emblemático es el de Sergio “El Cholo” Torres, un político que salió del PRI haciendo un escándalo y aspirando a una Gubernatura cuando no tenía ninguna posibilidad, y en su salida mordió todas las manos que le daban de comer, solo para conseguir un pequeño porcenaje de votos que no le sirve para conseguir nada.

Así como Torres, miles de priistas sinaloenses ya no encontrarán cobijo en un partido reducido al mínimo, donde veremos nuevos liderazgos que tendrán que ir haciendo su propio camino.

Por ahí apunta Ricardo Madrid Pérez, el futuro líder de la bancada priista, y uno de los favorecidos con la debacle de una generación de priistas que murió políticamente, sepultados por dos “tsunamis” morenistas consecutivos.

Partido como el PAN ya iniciaron ese camino desde hace unos años, el de la penuria y la soledad, les toca aguantar a la llegada de mejores tiempos.