Reunión ‘ultrasecreta’ en Mazatlán
El Gobernador Rubén Rocha Moya arribó ayer por la mañana en helicóptero a la Tercera Región Militar en Mazatlán, procedente de Culiacán, y así se retiró, por lo que no pudo ser cuestionado sobre la ola de violencia que sigue afectando al puerto.
Tal vez no quiso dar explicaciones a medios locales de la jornada sangrienta que no dejó dormir a la población mazatleca, mucho menos a los empresarios que convocó para decirles que anda positivo de que está haciendo las cosas bien y que pronto mejorarán las cosas en todo Sinaloa.
A la reunión Rocha Moya llegó acompañado por el General de Brigada, Briseño Lobera, Comandante de la Tercera Región Militar, con sede en Mazatlán; y la Alcaldesa Estrella Palacios.
Sin más novedades en su mensaje, de que va a enfocarse a recuperar el tejido social, les pidió ayuda para que adopten las áreas verdes y espacios libres para niños y jóvenes, como el Parque Central.
La reunión pretendió ser ultrasecreta, tanto que les pidieron a los empresarios invitados no tomar fotos ni filtrar información de lo que ahí ocurrió y se dijo.
Esta petición no es congruente con lo positivo que dijo que estaban haciendo, ya que por un lado se reúnen para enfocarse en la recuperación del tejido social y por otro, les piden que no hablen.
Al final, y luego de más de dos horas de reunión, los empresarios salieron de las instalaciones militares en sus vehículos, mientras el Gobernador de Sinaloa regresó a Culiacán también en helicóptero.
Esta reunión en Mazatlán se da luego de que Rocha Moya informó durante su Conferencia Semanera en Culiacán, apenas el lunes, sobre dos reuniones que sostuvo con los representantes de los diversos organismos empresariales de Culiacán, una en Palacio de Gobierno y la segunda en el cuartel de la Novena Zona Militar, siendo acompañado en ambas por los mandos del Ejército Mexicano y Guardia Nacional, con quienes abordó las estrategias de seguridad.
Los tiempos electorales... ¿O los de Rocha?
El viento con aroma a renovación de Gubernatura cobra fuerza en Sinaloa, pero el operador principal de Morena y actual Gobernador, Rubén Rocha Moya, apenas le está agarrando sabor al puesto.
“No los he visto y no los quiero ver”, soltó Rocha Moya al ser cuestionado sobre los aspirantes a su silla que, de forma muy sutil, o no tanto, ya andan recorriendo cabinas, estudios y agendas mediáticas.
Aunque diga que no los ve, bien que sabe que están ahí. Más bien pinta a que en realidad dice que no quiere verlos porque no le cayó muy bien que Juan de Dios Gámez Mendívil, Alcalde de Culiacán, y el Senador Enrique Inzunza Cázarez ya anden queriendo ocupar su asiento cuando ni lo ha calentado, siendo de su gente y sin su permiso.
Y en medio de esta ola de adelantados también anda moviéndose Imelda Castro Castro, que se enfila como el brazo disidente al rochismo dentro de Morena en el estado, que por cierto hay encuestas que la tienen como la favorita por el partido de la 4T.
Que Morena lidere las preferencias no es novedad; lo que sí llama la atención es que el Mandatario se escude en los “valores éticos” del partido para pedir mesura... en un país donde el reloj electoral nunca deja de sonar.
Rocha dice que en Morena hay normas, tiempos, y una ética aprobada por su Consejo Nacional. Pero si algo ha enseñado la historia reciente del partido en el poder, es que la disciplina muchas veces termina siendo selectiva.
El discurso de “no adelantarse” suena más a un llamado de orden hacia los suyos, para que esperen la señal del jefe político, léase Rocha, antes de empezar oficialmente la danza de los cabildeos. Porque en política, como en las obras públicas, los tiempos no se respetan: se negocian.
Y mientras el Gobernador cierra los ojos para no ver a quienes ya se autopromueven, los partidos de Oposición hacen lo suyo. Lo que queda claro es que la sucesión ya arrancó. A veces en entrevistas, a veces en posteos, a veces en silencios estratégicos.
El comal le dijo a la olla
Arrancó filoso la semana el Diputado del Partido Verde, Rodolfo Valenzuela Sánchez, quien a decir verdad no se ha caracterizado por ser una figura pública que se conduzca bajo unos estrictos cánones de la diplomacia.
En estos 10 meses y cachito que tiene como representante popular en la 65 Legislatura, ha demostrado ser algo así como un Serapio Vargas 2.0, pero sin llegar a niveles como para grabarse desnudo en una playa. Total, que el día de ayer mientras el Diputado Valenzuela se disponía a opinar sobre los operativos de seguridad pública, sin nadie preguntarle, el compa empezó a lanzar a rajatabla hacia funcionarios que, bajo su consideración, están enfocados en amarrar un cargo público en 2027 y no en sus funciones actuales.
“Están con otra narrativa, pues, no están enfocados a los temas reales que estamos pasando en este momento, están suponiendo que la aprobación que tiene la Cuarta Transformación los va arrastrar hacia ganar otra vez en el 27, pero no, a mí se me hace que se tienen que poner a chambear”, dijo.
Y aunque luego suene muy valiente y autocrítico el comentario del Diputado, de volada reculó al darse cuenta que igual podía tener algún desliz.
En otro símil con el Diputado Serapio Vargas, Valenzuela prácticamente sin avisar ni dar atisbos de algún roce político, llegó al Congreso del Estado con ganas de agitar las aguas y tirarle a propios y extraños. Así de extraño era el enemigo.
Y para ser francos, sí está muy gacho y decepcionante ver que en medio de una crisis que abarca todos los ámbitos, agravada por la situación de inseguridad, veamos a funcionarios más preocupados por sacarse la foto en colonia que en atender y hacer gestiones para resolver los problemas.
Vale que no todos pueden intervenir directamente en las tareas de seguridad pública, pero en cada cargo hay maneras de ayudar a que la raza no la pase tan feo como la ha pasado durante casi un año.
Y no, una de esas formas no es pavimentando calles ni saturando las colonias con canchas de pasto sintético, como otros conocidos. Hablamos de estrategias y acciones reales para atender las complicaciones en materia de empleo, cierre de negocios, el rezago educativo provocado por suspensión de clases, etcétera.
En ese sentido sí puede uno coincidir con el reclamo del Diputado Valenzuela, quien tampoco queda exento de señalamientos como este. Bueno, no podemos tener la memoria tan corta como para olvidar que él mismo fue de los que estuvo impulsando una idea tan burda como cambiarle el nombre al municipio de Eldorado por “Andrés Manuel López Obrador”, precisamente cuando ese municipio era de los principales focos de violencia.
Ahora sólo queda ver si estos arrancones no le cuestan un jalón de oreja al Diputado Rodolfo Valenzuela, que parece estar disputándose los primeros planos del Partido Verde en Sinaloa desde el ámbito local.