Apenas ayer por la mañana les contábamos que era inminente una reunión entre el Gobernador Quirino Ordaz Coppel y el Gobernador electo Rubén Rocha Moya cuando nos enteramos que unas horas después se reunieron.

La visita de Rocha Moya a la oficina de Ordaz Coppel estaba cantada porque de alguna manera era el evento necesario para marcar el inicio formal del proceso de entrega recepción, por más que los preparativos iniciaron tiempo atrás.

Obsesionado con los detalles administrativos, Ordaz Coppel lleva meses preparando su salida del Gobierno estatal, su gente cercana describe la presión que exige sobre los números, las estadísticas, los resultados.

En pláticas con su círculo cercano, el mazatleco siempre dejó claro su animadversión por los descuidos administrativos de su antecesor, el ex Gobernador Mario López Valdez, que le costaron millones de pesos a los sinaloenses y permitieron el desaseo en prácticamente todas las áreas de su administración.

Rocha Moya encontrará una administración operando al 100 por ciento, una ventaja que no todos los gobernadores pueden presumir y que le servirá para iniciar con el pie derecho, y con la ayuda del Gobierno federal de su lado, podría traer cosas interesantes para estas tierras.

Su desventaja será que lo que haga o deje de hacer va a ser comparado con la actual administración, un paquete que puede convertirse en una pesada carga.

Sin embargo, Rocha Moya lo tiene todo, llega legitimado por una mayoría abrumadora, el apoyo de Morena a nivel nacional y la cercanía con el Presidente, ¿qué más se puede pedir?

Lo primero que necesita un Gobernador que está listo para iniciar su administración es un buen discurso y Rubén Rocha Moya comienza a construirlo.

Cuando menos ya está hablando como Mandatario estatal y lo hizo de la mejor manera, mandando un mensaje claro a los empresarios, tratando de generar ya una relación de confianza.

El Gobernador electo prometió que abrirá la cartera de inversión, señalando las grandes potencialidades que tiene nuestro estado.

Y sin tapujos señaló cómo se tiene una visión de la relación entre inversionistas y gobiernos emanados de Morena.

“Algunos concluyen erráticamente que somos adversarios de los empresarios, eso no es cierto. Yo les he dicho muy claramente, yo los quiero convocar, trabajar de la mano con ellos para que se animen a invertir y mi gobierno va a proteger su inversión, es la tarea del gobierno”, dijo el ganador de la elección para Gobernador.

Y luego hizo una lista de lo que quiere para el estado, el buffet de inversiones y lo sectores a los que va a dirigirse, incluye todo, desde poner énfasis en conseguir que el estado aproveche su potencial por su ubicación estratégica para los mercados de Asia y a Norteamérica, como también mejorar las oportunidades en el sector educativo.

Ya sabemos que a nivel federal, el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador lleva una relación no precisamente de beso y cachetada con el sector empresarial, sino a veces de pura cachetada, esperamos que en Sinaloa no sea igual y aquí de veras se privilegia la inversión y el desarrollo.

No sabemos qué está peor, si el hecho de que Mario Zamora Gastélum impugnara el resultado de las elecciones, que su partido en Sinaloa lo dejara solo para que lo arropara el nacional o que sea el Partido Sinaloense y no Morena quien haya intercedido por el triunfo de Rubén Rocha Moya.

Si bien, no se puede alegar que el margen de puntos entre Rocha Moya y Zamora Gastélum fue suficiente para que se entienda que la ciudadanía decidió y que se tienen que respetar los sufragios, por otra parte están las formas y los fondos, una jornada reprobable, lo que el priista apela.

Además, el Partido Sinaloense tiene que recoger del suelo la poca credibilidad que le queda para andar peleando, cuando lo que consiguió lo consiguió por Morena, la gente no votó por personas, sino por ver el logo del partido en las boletas.

Lo que hay que dejar en claro de ese día es que fue una jornada de violencia con robo de urnas, amedrentación, levantamiento de personas y demás acciones que Morena a través de su Delegado en Sinaloa, Américo Villarreal Anaya, se atrevió a salir a negar ante los medios de comunicación, en fin, hoy fue un día soleado, dijo Jacobo Zabludovsky.

Por lo pronto, el Partido Sinaloense, se puso como tercer interesado y presentó ante el Consejo Estatal del Instituto Estatal Electoral del Estado de Sinaloa un recurso para que se deseche la demanda presentada por el Partido Revolucionario Institucional donde solicitan la nulidad del proceso electoral del 6 de junio pasado.

El problema más grave de la pandemia es que no se ha ido.

La mayoría de los sinaloenses nos seguimos comportando como si la pandemia fuera solo un recuerdo, como si ya estuviéramos vacunados contra el Covid-19 o como si fuéramos inmunes.

Las calles de todas las ciudades sinaloenses rebosan de gente que no entiende que la pandemia continúa afectando a miles de personas en México y Sinaloa no es la excepción.

Una de las ciudades que está sufriendo por el número de fallecimientos es Mazatlán, irónicamente una de las zonas que mejor había enfrentado al virus, a pesar de ser un puerto expuesto a la llegada de miles de turistas.

Sin embargo la suerte que acompañó a los mazatlecos parece haberse acabado y el número de fallecimientos continúa a la alza.

Urge que continúe el programa de vacunación, algo que se detuvo inmediatamente después del día de la elección, un tema muy polémico.

El Partido Revolucionario Institucional que controló a México durante 70 años se desmorona paulatinamente.

La lectura de los resultados del proceso electoral la sitúa como la tercera fuerza a nivel nacional y con apenas cuatro Gubernaturas, una mala forma de decir adiós.