La visita del Gabinete federal de seguridad a Sinaloa ha sido reprogramada para el domingo 20 de julio. No se canceló, se pospuso. Y ese matiz no es menor: significa que la reunión sigue siendo prioritaria, o al menos eso se espera.
Las cifras de homicidios en la entidad no dan tregua, y aunque el Gobernador Rubén Rocha Moya asegura que hay presencia de elementos de distintas corporaciones, el hecho de que se convoque a las más altas autoridades en materia de seguridad deja ver que se trata de un momento crítico.
Por eso, el cambio de fecha no debe interpretarse con ligereza, ni por parte del Gobierno estatal ni del federal. Lo que está en juego no es una simple agenda, sino la expectativa de una estrategia contundente frente al repunte de la violencia.
Sinaloa no necesita más diagnósticos, necesita respuestas. Y la presencia del Gabinete de seguridad no debería ser una visita simbólica ni un acto de protocolo. La ciudadanía espera resultados reales, compromisos verificables y, sobre todo, una señal clara de que no se ha normalizado el horror.
Que la reprogramación sirva, al menos, para afinar detalles y llegar con algo más que discursos.
ni para la del Puebla
Una vez dijimos que nunca fallaban en cada cierre de año las gorditas de nata en el centro de Culiacán, la Verbena de Culiacán y la Universidad Autónoma de Sinaloa aquejando insuficiencia presupuestal para pagarle a sus trabajadores.
Pues este 2025 a los trabajadores de la Universidad les cayó la Navidad adelantada, y no precisamente por los regalos, sino porque en pleno mes de julio ya se tienen problemas para cubrir las prestaciones estipuladas entre la casa de estudios y sus colaboradores.
Resulta que el desbigotado Rector Jesús Madueña Molina anunció a la distancia a todo el Consejo Universitario que sólo podrán pagar el 40 por ciento de la prima dominical, y únicamente a los trabajadores activos de la Casa Rosalina, porque es para lo que hay.
La ausencia del Rector en el máximo órgano de Gobierno de la UAS se debió a que viajó a la Ciudad de México para gestionar los problemas financieros de la institución, o en otras palabras, a pedirle más feria a la Federación porque el Gobierno de Sinaloa hace rato se desmarcó de seguir dándoles recursos extraordinarios.
Uno pensaría que a estas alturas, habiendo resuelto sus problemas judiciales y políticos de una manera casi impune, el Rector Madueña se abriría a verdaderamente empezar a trabajar para cambiar la realidad económica de la UAS, que todos sabemos lo lastimada que ha sido por el cacicazgo impuesto por el ex Rector Héctor Melesio Cuén Ojeda, el amigo personal de Él Mayo Zambada.
Para eso, tiene que ver el elefante en la habitación que son las nóminas, y particularmente todos aquellos empleados de confianza que pocos saben a qué se dedican muchos de ellos. Es más, a muchos ni se les conoce en los pasillos de la Universidad.
Lo triste es que ni siquiera viéndose con el agua hasta el cuello, el Rector prefiere centrarse en otros temas, que chance y sí puedan ser un motivo de la crisis financiera que la UAS lleva décadas arrastrando, pero es difícil pensar que es la solución definitiva: como es el caso de la jubilación dinámica.
No lo decimos a la ligera, sino que los propios estados financieros de la institución reflejan un incremento descomunal de su nómina anualmente, pues de 2014 a 2024 su gasto en nóminas ascendió un 82 por ciento.
Y esto tampoco se corresponde a que de repente la matrícula estudiantil se disparó y necesitan al doble de personal para atender su función académica, pues en esa misma década tan sólo creció un 19 por ciento el número de estudiantes.
A partir de cifras tan directas como esas, que seguramente el Rector tiene a la mano y es consciente de ellas, es que la Universidad debe trabajar para salir de a poquito del déficit presupuestal.
¿Regular la contratación de personal de confianza? ¿Comprar insumos a precio de mercado y mediante procedimientos legales? ¿Ajustar sueldos exorbitantes de funcionarios de la administración central? Nada de eso, para el Rector Madueña es más urgente culpar a los jubilados, subir cuotas de inscripción aunque viole la Ley Orgánica y viajar a la Ciudad de México para tratar de bajar más recurso, qué tiene que le jalen la oreja desde la Presidencia.
Dos hechos contrastantes en lo turístico vivió ayer Mazatlán. Y los hacemos notar porque se entrelazan de cierto modo, pero al mismo tiempo contrastan entre lo que queremos del puerto y lo que no debería existir.
Primero, muy tempranito, tronó lo que ya se veía venir: se tuvo que cerrar por unas horas la pista de aterrizaje y despegue del Aeropuerto Rafael Buelna por ¡¡¡baches!!!
Así como lo oye. Y lo peor no es que hayan salido baches en la pista de un aeropuerto internacional de uno de los puertos turísticos más importantes de México, sino que, como decimos, ya se veía venir.
Es más, ya lo habíamos alertado en nuestras páginas luego de que desde dentro del aeropuerto nos hicieron llegar hace unos días unas fotografías de tales baches.
Pues ayer tuvimos a bien enterarnos de que las operaciones aéreas se trastocaron porque los aviones nada más ya no pudieron salir ni entrar.
Así las cosas en nuestro querido puerto.
Pero bueno, llega por lo menos lo positivo, y que contrasta con lo anterior, pues anoche se inauguró un nuevo hotel de la cadena Pueblo Bonito y fue precisamente en el corazón del Centro Histórico de Mazatlán.
El antiguo y emblemático Hotel Melville fue rehabilitado por los empresarios Neto Coppel y Gabo García Coppel y lo convirtieron en una nueva joya turística ahora bajo el nombre de Vantage.
Empresarios y personalidades se dieron cita en el nuevo hotel, que pone a Mazatlán a la altura de las Grandes Ligas.
Ojalá todo lo demás se le redondee al puerto, y que no volvamos a caer en un bache como los del aeropuerto.
La visita del Gabinete federal de seguridad a Sinaloa ha sido reprogramada para el domingo 20 de julio. No se canceló, se pospuso. Y ese matiz no es menor: significa que la reunión sigue siendo prioritaria, o al menos eso se espera.
Las cifras de homicidios en la entidad no dan tregua, y aunque el Gobernador Rubén Rocha Moya asegura que hay presencia de elementos de distintas corporaciones, el hecho de que se convoque a las más altas autoridades en materia de seguridad deja ver que se trata de un momento crítico.
Por eso, el cambio de fecha no debe interpretarse con ligereza, ni por parte del Gobierno estatal ni del federal. Lo que está en juego no es una simple agenda, sino la expectativa de una estrategia contundente frente al repunte de la violencia.
Sinaloa no necesita más diagnósticos, necesita respuestas. Y la presencia del Gabinete de seguridad no debería ser una visita simbólica ni un acto de protocolo. La ciudadanía espera resultados reales, compromisos verificables y, sobre todo, una señal clara de que no se ha normalizado el horror.
Que la reprogramación sirva, al menos, para afinar detalles y llegar con algo más que discursos.
ni para la del Puebla
Una vez dijimos que nunca fallaban en cada cierre de año las gorditas de nata en el centro de Culiacán, la Verbena de Culiacán y la Universidad Autónoma de Sinaloa aquejando insuficiencia presupuestal para pagarle a sus trabajadores.
Pues este 2025 a los trabajadores de la Universidad les cayó la Navidad adelantada, y no precisamente por los regalos, sino porque en pleno mes de julio ya se tienen problemas para cubrir las prestaciones estipuladas entre la casa de estudios y sus colaboradores.
Resulta que el desbigotado Rector Jesús Madueña Molina anunció a la distancia a todo el Consejo Universitario que sólo podrán pagar el 40 por ciento de la prima dominical, y únicamente a los trabajadores activos de la Casa Rosalina, porque es para lo que hay.
La ausencia del Rector en el máximo órgano de Gobierno de la UAS se debió a que viajó a la Ciudad de México para gestionar los problemas financieros de la institución, o en otras palabras, a pedirle más feria a la Federación porque el Gobierno de Sinaloa hace rato se desmarcó de seguir dándoles recursos extraordinarios.
Uno pensaría que a estas alturas, habiendo resuelto sus problemas judiciales y políticos de una manera casi impune, el Rector Madueña se abriría a verdaderamente empezar a trabajar para cambiar la realidad económica de la UAS, que todos sabemos lo lastimada que ha sido por el cacicazgo impuesto por el ex Rector Héctor Melesio Cuén Ojeda, el amigo personal de Él Mayo Zambada.
Para eso, tiene que ver el elefante en la habitación que son las nóminas, y particularmente todos aquellos empleados de confianza que pocos saben a qué se dedican muchos de ellos. Es más, a muchos ni se les conoce en los pasillos de la Universidad.
Lo triste es que ni siquiera viéndose con el agua hasta el cuello, el Rector prefiere centrarse en otros temas, que chance y sí puedan ser un motivo de la crisis financiera que la UAS lleva décadas arrastrando, pero es difícil pensar que es la solución definitiva: como es el caso de la jubilación dinámica.
No lo decimos a la ligera, sino que los propios estados financieros de la institución reflejan un incremento descomunal de su nómina anualmente, pues de 2014 a 2024 su gasto en nóminas ascendió un 82 por ciento.
Y esto tampoco se corresponde a que de repente la matrícula estudiantil se disparó y necesitan al doble de personal para atender su función académica, pues en esa misma década tan sólo creció un 19 por ciento el número de estudiantes.
A partir de cifras tan directas como esas, que seguramente el Rector tiene a la mano y es consciente de ellas, es que la Universidad debe trabajar para salir de a poquito del déficit presupuestal.
¿Regular la contratación de personal de confianza? ¿Comprar insumos a precio de mercado y mediante procedimientos legales? ¿Ajustar sueldos exorbitantes de funcionarios de la administración central? Nada de eso, para el Rector Madueña es más urgente culpar a los jubilados, subir cuotas de inscripción aunque viole la Ley Orgánica y viajar a la Ciudad de México para tratar de bajar más recurso, qué tiene que le jalen la oreja desde la Presidencia.
Dos hechos contrastantes en lo turístico vivió ayer Mazatlán. Y los hacemos notar porque se entrelazan de cierto modo, pero al mismo tiempo contrastan entre lo que queremos del puerto y lo que no debería existir.
Primero, muy tempranito, tronó lo que ya se veía venir: se tuvo que cerrar por unas horas la pista de aterrizaje y despegue del Aeropuerto Rafael Buelna por ¡¡¡baches!!!
Así como lo oye. Y lo peor no es que hayan salido baches en la pista de un aeropuerto internacional de uno de los puertos turísticos más importantes de México, sino que, como decimos, ya se veía venir.
Es más, ya lo habíamos alertado en nuestras páginas luego de que desde dentro del aeropuerto nos hicieron llegar hace unos días unas fotografías de tales baches.
Pues ayer tuvimos a bien enterarnos de que las operaciones aéreas se trastocaron porque los aviones nada más ya no pudieron salir ni entrar.
Así las cosas en nuestro querido puerto.
Pero bueno, llega por lo menos lo positivo, y que contrasta con lo anterior, pues anoche se inauguró un nuevo hotel de la cadena Pueblo Bonito y fue precisamente en el corazón del Centro Histórico de Mazatlán.
El antiguo y emblemático Hotel Melville fue rehabilitado por los empresarios Neto Coppel y Gabo García Coppel y lo convirtieron en una nueva joya turística ahora bajo el nombre de Vantage.
Empresarios y personalidades se dieron cita en el nuevo hotel, que pone a Mazatlán a la altura de las Grandes Ligas.
Ojalá todo lo demás se le redondee al puerto, y que no volvamos a caer en un bache como los del aeropuerto.






