El Gobernador Rubén Rocha Moya hizo público que se han localizado amenazas a su integridad física, y discursos que considera como amenaza que se desprenden de una campaña donde se asegura tiene enfermedades terminales.
El Mandatario estatal dijo que su equipo le ha informado que las amenazas circulan, y no especificó en dónde, pero imaginamos que en redes sociales, pues mencionó que él no lee este tipo de contenidos.
En sus comentarios el Gobernador no atribuyó este tipo de amenazas recibidas por parte de grupos criminales, sino más bien a grupos políticos o de intereses contrarios al de su gobierno.
Señaló que él acepta su responsabilidad en lo que tenga que aceptarla, pero que hacer estas amenazas es una actitud completamente irresponsable.
Y es que hace unos días las páginas web del Colegio de Bachilleres de Sinaloa y del Servicio de Atención Tributaria del estado sufrieron un hackeo en el que fue colocado un mensaje de amenaza contra el Gobernador. Y esto es sumamente delicado, pues se corrompió la seguridad de instituciones públicas y se amedrentó al Gobernador con amenazas de muerte.
De este caso no existirá ninguna investigación o algún culpable, pues el gobierno de Rocha Moya no se ha apurado por cumplir con la creación de una Policía Cibernética encargada de investigar este tipo de delitos, convirtiendo a Sinaloa en uno de los únicos tres estados que no la tienen.
El Gobernador, en su discurso, la verdad se ve más preocupado en otros temas que estas amenazas en su contra, y cómo no, todo el tema de seguridad, educativo y económico que la ciudadanía necesita que solucione él y su Gabinete lo ha de tener ocupado.
del desespero uaseño
Tenemos que reconocerle a la pandilla que opera en la Universidad Autónoma de Sinaloa su gran creatividad para encontrar formas cada vez más vulgares y denigrantes de trastocar la imagen de la institución a la que según defienden.
Mire que en todo este tiempo, en el que se ha procesado penalmente a autoridades de la UAS por actos de corrupción, y se ha evidenciado la cancerígena intromisión del PAS; la cúpula de los Madueña y Robespierre han organizado movilizaciones que no son propias de la estirpe de una casa de estudios.
Sin embargo, lo que ocurrió ayer en las instalaciones del Congreso del Estado es difícil de explicar, porque sí se han visto protestas como esas, pero se vieron en décadas atrás, y estamos en pleno 2024, cuando se supone que el diálogo, serenidad y pulcritud deben dominar en la resolución de conflictos.
No es posible que una persona que porte un uniforme con el escudo de la UAS, se comporte de una manera tan nefasta, retrógrada y lamentable, como un compa que saltó desde la planta alta del salón de sesiones, comenzó a correr entre los pasillos, empujando a propios y extraños, y bajó hasta la primera fila para demostrar su limitado raciocinio.
La escena de este energúmeno recorriendo el Congreso cual porrista de futbol llanero, fue todavía más vergonzosa cuando arrancó una de las esferas que decoran la barda que divide las curules, e hizo ademanes en contra de cualquier Legislador que estuviera a menos de 10 metros de él.
Nadie duda que la UAS es la casa de estudios insignia de Sinaloa, porque es una institución que da mucho más que educación, y precisamente por ese prestigio y arraigo que tiene con el estado, es que no puede permitirse que personas como las que ayer se manifestaron, la representen.
La reforma a la Ley Orgánica de la UAS es inminente, necesaria y justa, por y para todos aquellos maestros y alumnos disidentes en contra del “cuenato”, contra el sistema PAS-UAS, contra “el proyecto” de El Maestro, y todas las injusticias y atropellos que eso ha generado.
Esos abusones que se oponen a cambiar la vida interna de la Universidad justifican que hay riesgos en los cambios que se proponen hacer en la institución, y sí, los hay, como en cualquier cambio que se hace en la vida.
En 2006, cuando Héctor Melesio Cuén Ojeda reformó la Ley Orgánica a su conveniencia, muchos dijeron que “institucionalizó” y dio orden a la UAS, puede que sea cierto, pero también forjó un cacicazgo sin precedentes en Sinaloa.
Ese cacicazgo caerá próximamente y la UAS volverá a ser libre, realmente autónoma, incluso si Robespierre Lizárraga Otero y Jesús Madueña Molina van a llorar juntos al Congreso del Estado.