MALECÓN
02/09/2025 04:00
    Malecón es columna institucional de esta casa editorial. / malecon@noroeste.com
    Pero el desgarriate inició cuando los diputados dieron su posicionamiento, tal como lo marca el protocolo legislativo, y ahí aprovechó el líder del PRI, Alejandro Moreno, Alito, para extender el encontronazo con la bancada oficialista de Morena.
    Un día político
    al máximo

    Ayer, aunque para el grueso de la población tal vez lo más destacado fue el regreso a clases o un lunes más, en la política nacional se vivió una jornada maratónica e intensa en la capital del País.

    Inició con el Primer Informe de la Presidenta Claudia Sheinbaum, para el que se realizó un evento casi casi petit comité en Palacio Nacional, pero con la crema y nata de la política mexicana. Menos de 400 invitados.

    Interesante ver a algunos poderosos sentados hasta la cuarta o quinta fila, y hablamos de personajes como Ricardo Monreal o Adán Augusto López.

    ¿Se acuerda de aquella foto de hace unos meses donde varios le dieron la espalda a la Presidenta durante el evento en el Zócalo?... guiño, guiño.

    En fin, la Mandataria dio un mensaje de poco más de una hora y fue interrumpida por los aplausos en 32 ocasiones.

    Aunque incomodó a los propios morenistas al abordar el tema de las reformas que busca para eliminar el nepotismo y la reelección en la sucesión inmediata de cargos de elección popular.

    Otro dato interesante es que los que sí estuvieron en primera fila fue el Gabinete de Seguridad.

    Y pues ya en la tarde empezó el zangoloteo en la Cámara de Diputados, donde se realizó la primera sesión del segundo año legislativo y donde se recibió el documento del Informe enviado por la Presidenta, tal como lo marca la ley.

    La encargada de llevarlo fue la Secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez.

    Hasta ahí todo bien, porque cabe destacar que Rosa Icela no se aventó un “speech” como lo hizo el año pasado Luisa María Alcalde, que como titular de Segob le tocó entregar el último Informe de AMLO, y ahí en la máxima tribuna del País se aventó el famoso “es un honor estar con Obrador”.

    Pero el desgarriate inició cuando los diputados dieron su posicionamiento, tal como lo marca el protocolo legislativo, y ahí aprovechó el líder del PRI, Alejandro Moreno, Alito, para extender el encontronazo con la bancada oficialista de Morena.

    Le gritó de todo y hasta los acusó de ser “una bola de narcopolíticos y corruptos”... oiloooo, dirían las redes.

    Claro que todo el relajo que después se armó hizo que todo se fuera retrasando, y la última parte de la jornada político de ayer, que fue precisamente la toma de protesta del nuevo Poder Judicial, inició con casi dos horas de retraso.

    La sesión en el Senado y la posterior ceremonia protocolaria en la Suprema Corte de Justicia de la Nación andaban aún en desarrollo a altas horas de la noche.

    Ya era casi medianoche cuando entonaban el Himno Nacional el nuevo Presidente de la SCJN, Hugo Aguilar Ortiz, acompañado por la Presidenta Claudia Sheinbaum y los representantes de la Cámara de Diputados y la de Senadores, para cerrar el evento.

    Por supuesto que la jornada tuvo la presencia sinaloense, con el Gobernador Rubén Rocha Moya tanto en el Informe en Palacio Nacional como en la toma de posesión en la Suprema Corte.

    Así cerró una sui géneris jornada de nuestra política nacional, donde hasta las deidades indígenas como Quetzalcóatl tuvieron su incursión al celebrar algunos de los nuevos magistrados de la Corte la ceremonia alterna de la entrega del bastón de mano indígena, con ritual de purificación y todo.

    Homicidios a la baja, vulnerabilidad a la alza

    El mes de agosto concluyó con 118 homicidios y 13 hallazgos de restos en fosas clandestinas, según la base de datos que construimos en Noroeste. Esos datos representan 28 por ciento menos muertes dolosas que el mes de julio, para sumar dos meses consecutivos a la baja después de haber tenido el mes más violento de la historia en junio.

    El problema es que, a pesar de que la reducción es relevante, los ataques en hospitales del fin de semana, especialmente el de Hospital Civil donde murió gente inocente que no hacía más que esperar noticias de sus seres queridos, hacen que la percepción de una mejora en la seguridad no se sienta.

    La muerte de un padre de familia y un abuelo inocentes acribillados por los criminales y luego el remate de un par de hombres en ataques dentro de otros dos hospitales, generan la sensación de que a pesar del enorme operativo militar y policial, los criminales siguen encontrando como hacerse la guerra y burlando a las autoridades. Peor aún, en su búsqueda de hacer daño a los enemigos, se llevan entre las patas a gente que no “andaba metida” y que no tenía nada que temer.

    Hoy, tras el ataque en el Hospital Civil, todos en Culiacán nos sentimos más vulnerables que antes.

    De modo que lo menos que esperamos es que las autoridades asuman el tamaño del dolor que se generó este fin de semana en los deudos y ofrezcan acompañamiento sí, pero sobre todo justicia.

    Misa pública por síndico

    La desaparición del síndico de Aguaruto, José Ramiro García Oceguera, derivó en una misa en plena plazuela de la sindicatura. No fue un acto privado, sino una ceremonia abierta, organizada en la cancha de futbol y acompañada por cientos de habitantes.

    La escena no es menor: la exigencia de justicia y la búsqueda de un servidor público terminaron expuestas en un espacio común, frente a todos.

    Que la comunidad haya tenido que recurrir a un acto religioso público evidencia dos cosas: por un lado, la desconfianza hacia la efectividad de los operativos anunciados por el Ayuntamiento; por otro, la normalización de la desaparición forzada en la vida política de Culiacán.

    En vez de ser las autoridades quienes dieran una muestra visible de acción y cercanía, fue la ciudadanía la que ocupó un lugar simbólico del pueblo para reclamar lo que no se resuelve en comunicados.

    La misa en Aguaruto no fue sólo un acto de fe, fue un recordatorio público de que la seguridad y la justicia siguen ausentes, incluso para quienes forman parte de la estructura gubernamental.