El que de plano no aguanta críticas es el Diputado morenista Pedro Villegas Lobo, que tras ser cuestionado en una publicación en sus redes sociales públicas por su carente actividad legislativa se puso a borrar comentarios y a bloquear perfiles de usuarios.
En la publicación en cuestión el Diputado señalaba que tiene entre manos una iniciativa para que los estacionamientos en plazas comerciales sean gratuitos. Esta iniciativa la ha tenido el Legislador en su agenda desde 2018, cuando asumió por primera vez su administración, y es hora que no la trabaja, no la presenta y nomás no avanza.
No es raro que la descongele y dé entrevista sobre el tema cada vez que da el aromita de carreras electorales dentro de los partidos, y en Morena se ha movido el tema en las últimas semanas, así que seguramente ya le entró el miedo y se propuso pelear por un hueso.
Imagínese, Pedro Lobo culminará la actual administración con 12 años consecutivos como Legislador local y sin haber logrado un cambio sólido o tener proyectos insignias relevantes en solitario.
El caso es que cuando fue cuestionado por este tema y su falta de seriedad en temas legislativos se puso a borrar comentarios y bloquear a ciudadanos. Se le olvida que él decidió ser parte del Poder Legislativo y cobrar del dinero público, por lo que es perfectamente válido que sus decisiones laborales sean cuestionadas por la población que dice representar, lo que resulta violatorio al momento de vetar gente de su canales que promueven su labor.
Qué delgado tiene el cuero, a pesar de tener 10 años como Legislador.
Esperemos que cuando Morena reparta el queso no le toque ni una tajada, pues sólo acarrea desencuentros y decepciones para el partido.
Es irónico, y hasta incómodo, que mientras se intenta vender a Culiacán como un destino turístico para las vacaciones de verano, justo en ese momento sobrevuelen helicópteros de la Marina.
Esa imagen rompe por completo la ilusión de tranquilidad que se quiere proyectar y pone en evidencia que la inseguridad sigue siendo una realidad ineludible en la ciudad.
Mientras las autoridades promueven eventos y actividades para atraer a visitantes y locales, la presencia visible de fuerzas militares en el cielo manda un mensaje contrario: aquí la paz todavía no llega, y la vigilancia extrema es parte del día a día. ¿Cómo confiar en un destino cuando la postal que se ofrece incluye vigilancia armada?
Estas contradicciones dañan la imagen turística y muestran la distancia entre lo que se anuncia y lo que realmente viven los ciudadanos.
Para que Culiacán pueda consolidarse como un lugar seguro y atractivo, primero debe lograr que la normalidad no dependa del ruido de helicópteros sobrevolando sus calles.
¿De qué sirve promocionar eventos y destinos si la percepción de inseguridad persiste entre la población y visitantes? ¿Cómo esperan que las familias disfruten unas vacaciones si la presencia militar sigue siendo el telón de fondo?
Hasta entonces, estas imágenes seguirán opacando cualquier intento de proyectar un destino turístico confiable.
Brusco giro de timón dio ayer la Senadora Imelda Castro al declinar sus posibilidades de presidir la Mesa Directiva del Senado de la República para el próximo año legislativo.
Y pese a que el mensaje que quiere dar la morenista es el de enfocarse en trabajar para la ciudadanía, a nadie se le escapa que esta decisión resulta determinante de cara a asentar su proyecto político, que huele desde Choix hasta Escuinapa a que buscará ser la candidata de Morena a la Gubernatura en 2027.
“Estar cerca de la gente significa más que un principio: es una práctica cotidiana. Significa escuchar, rendir cuentas y caminar al lado de quienes hacen posible la transformación desde sus barrios, comunidades y ejidos”, fueron las expresiones compartidas en redes por Castro Castro.
Dichas manifestaciones tampoco son la gran cosa, ¿o sea que no haría nada de eso si hubiera optado por presidir el Senado?
Pero en fin, que todo parece indicar que la Senadora reelecta tardó menos de 20 días en responderle al Gobernador Rubén Rocha Moya, cuando le lanzó aquel “tú sabrás lo que haces” durante el Informe de Labores del Rector de la UAS, el pasado 8 de junio.
No hace falta recalcar que, aunque significa una decisión crucial para la carrera política de Imelda Castro, la sensación es que finalmente quien elegirá al perfil candidateable por Morena para mantener el poder en Sinaloa será la Presidencia de la República, no sin antes chutarse una encuesta de cuestionable legitimidad.
También es una señal poderosa la declinación de Castro Castro a la Presidencia del Senado, de cara a las otras fichitas que directa o indirectamente se han perfilado desde su mismo partido.
No hace falta irse muy lejos, porque básicamente tiene a su lado a otro nombre fuerte como para pensar en la candidatura de 2027, como lo es Enrique Inzunza Cázarez.
Y de manera más compleja de entender y de visualizar, en el epicentro del desastre de inseguridad que vive Sinaloa está el alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, que tampoco canta mal las rancheras.
Pareciera que, con este desdén de parte de Imelda Castro a buscar la curul principal del Senado, dio a entender a qué aspira y cuáles son sus prioridades.
El que de plano no aguanta críticas es el Diputado morenista Pedro Villegas Lobo, que tras ser cuestionado en una publicación en sus redes sociales públicas por su carente actividad legislativa se puso a borrar comentarios y a bloquear perfiles de usuarios.
En la publicación en cuestión el Diputado señalaba que tiene entre manos una iniciativa para que los estacionamientos en plazas comerciales sean gratuitos. Esta iniciativa la ha tenido el Legislador en su agenda desde 2018, cuando asumió por primera vez su administración, y es hora que no la trabaja, no la presenta y nomás no avanza.
No es raro que la descongele y dé entrevista sobre el tema cada vez que da el aromita de carreras electorales dentro de los partidos, y en Morena se ha movido el tema en las últimas semanas, así que seguramente ya le entró el miedo y se propuso pelear por un hueso.
Imagínese, Pedro Lobo culminará la actual administración con 12 años consecutivos como Legislador local y sin haber logrado un cambio sólido o tener proyectos insignias relevantes en solitario.
El caso es que cuando fue cuestionado por este tema y su falta de seriedad en temas legislativos se puso a borrar comentarios y bloquear a ciudadanos. Se le olvida que él decidió ser parte del Poder Legislativo y cobrar del dinero público, por lo que es perfectamente válido que sus decisiones laborales sean cuestionadas por la población que dice representar, lo que resulta violatorio al momento de vetar gente de su canales que promueven su labor.
Qué delgado tiene el cuero, a pesar de tener 10 años como Legislador.
Esperemos que cuando Morena reparta el queso no le toque ni una tajada, pues sólo acarrea desencuentros y decepciones para el partido.
Es irónico, y hasta incómodo, que mientras se intenta vender a Culiacán como un destino turístico para las vacaciones de verano, justo en ese momento sobrevuelen helicópteros de la Marina.
Esa imagen rompe por completo la ilusión de tranquilidad que se quiere proyectar y pone en evidencia que la inseguridad sigue siendo una realidad ineludible en la ciudad.
Mientras las autoridades promueven eventos y actividades para atraer a visitantes y locales, la presencia visible de fuerzas militares en el cielo manda un mensaje contrario: aquí la paz todavía no llega, y la vigilancia extrema es parte del día a día. ¿Cómo confiar en un destino cuando la postal que se ofrece incluye vigilancia armada?
Estas contradicciones dañan la imagen turística y muestran la distancia entre lo que se anuncia y lo que realmente viven los ciudadanos.
Para que Culiacán pueda consolidarse como un lugar seguro y atractivo, primero debe lograr que la normalidad no dependa del ruido de helicópteros sobrevolando sus calles.
¿De qué sirve promocionar eventos y destinos si la percepción de inseguridad persiste entre la población y visitantes? ¿Cómo esperan que las familias disfruten unas vacaciones si la presencia militar sigue siendo el telón de fondo?
Hasta entonces, estas imágenes seguirán opacando cualquier intento de proyectar un destino turístico confiable.
Brusco giro de timón dio ayer la Senadora Imelda Castro al declinar sus posibilidades de presidir la Mesa Directiva del Senado de la República para el próximo año legislativo.
Y pese a que el mensaje que quiere dar la morenista es el de enfocarse en trabajar para la ciudadanía, a nadie se le escapa que esta decisión resulta determinante de cara a asentar su proyecto político, que huele desde Choix hasta Escuinapa a que buscará ser la candidata de Morena a la Gubernatura en 2027.
“Estar cerca de la gente significa más que un principio: es una práctica cotidiana. Significa escuchar, rendir cuentas y caminar al lado de quienes hacen posible la transformación desde sus barrios, comunidades y ejidos”, fueron las expresiones compartidas en redes por Castro Castro.
Dichas manifestaciones tampoco son la gran cosa, ¿o sea que no haría nada de eso si hubiera optado por presidir el Senado?
Pero en fin, que todo parece indicar que la Senadora reelecta tardó menos de 20 días en responderle al Gobernador Rubén Rocha Moya, cuando le lanzó aquel “tú sabrás lo que haces” durante el Informe de Labores del Rector de la UAS, el pasado 8 de junio.
No hace falta recalcar que, aunque significa una decisión crucial para la carrera política de Imelda Castro, la sensación es que finalmente quien elegirá al perfil candidateable por Morena para mantener el poder en Sinaloa será la Presidencia de la República, no sin antes chutarse una encuesta de cuestionable legitimidad.
También es una señal poderosa la declinación de Castro Castro a la Presidencia del Senado, de cara a las otras fichitas que directa o indirectamente se han perfilado desde su mismo partido.
No hace falta irse muy lejos, porque básicamente tiene a su lado a otro nombre fuerte como para pensar en la candidatura de 2027, como lo es Enrique Inzunza Cázarez.
Y de manera más compleja de entender y de visualizar, en el epicentro del desastre de inseguridad que vive Sinaloa está el alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, que tampoco canta mal las rancheras.
Pareciera que, con este desdén de parte de Imelda Castro a buscar la curul principal del Senado, dio a entender a qué aspira y cuáles son sus prioridades.