incomoda al crimen
Lo ocurrido en el penal de Aguaruto, en Culiacán, una balacera entre internos, en pleno contexto de confrontación criminal en Sinaloa, exige respuestas claras, contundentes, técnicas.
Lo que ofreció el Gobernador Rubén Rocha Moya, en cambio, fue una cadena de lugares comunes y ambigüedades: “Es muy probable”, “lo estamos revisando”, “hay que estudiarlo, pero hay que estudiarlo bien”.
¿Eso es todo? ¿Frente a un acto de violencia armada dentro de un Penal controlado por el Estado?
Lo que alarma no es sólo el incidente, que ya de por sí es grave, sino la banalidad con la que fue tratado. La idea de que lo que pasa adentro de la cárcel es un reflejo de lo que pasa afuera suena casi a verdad de perogrullo, como si el Estado simplemente fuera un simple descriptor de la realidad que se vive todos los días en el territorio.
Y si el Gobierno no puede ejercer autoridad en un Penal, ¿qué podemos esperar en las calles? Si el Estado es incapaz de garantizar el orden dentro de un entorno cerrado, con rejas, custodios y sistemas de vigilancia, ¿qué puede prometerle a las familias sinaloenses que viven entre balaceras y persecuciones?
El crimen no necesita declaraciones. Ya tiene armas, redes y territorio. Lo que necesita, y agradece, es que el poder público se haga a un lado, que le dé espacio, que lo trate como una inevitabilidad. Preocupa que ese vacío institucional ya se está consolidando. Porque no es que el Estado esté ausente. Está presente, sí, pero sin ejercer autoridad... o peor aún, haciendo parte del arreglo mafioso.
Y ese es el peor de los escenarios.
Para quienes no tienen otra opción de estacionarse cerca del Paseo del Ángel, lo primero que se nos ocurre reclamar es que desde el Ayuntamiento de Culiacán avisen si ya se puede estacionar por la calle Antonio Rosales, en el tramo que conforman las calles Andrade y Aquiles Serdán.
Porque muy cómodos, hemos visto como los visitantes al edificio que se dice que es del comité local de Morena, pues ya se han pasado por el arco del triunfo la señalética que se pintó e instaló desde que al “Cholo” Sergio Torres se le antojó quitar la línea blanca para empujar estos espacios más al oriente de su par vial Obregón-Aquiles.
Y lo decimos muy en serio, porque quien tiene negocio en la zona ha tenido incluso que dejar sus vehículos hasta casi la Guerrero, en la misma Rosales, casi donde se ubica el edificio del Centro de Control y Confianza o el edificio cultural de Cobaes.
Pero tristemente hemos visto en las últimas semanas que los señorones de Morena han ignorado la línea amarilla y las señales de No Estacionarse, muy claras y bien ubicadas, en el tramo antes mencionado.
Por años, quienes se han tenido que estacionar en la zona, por ubicarse ahí mismo sus centros de trabajo, han tenido que pagar pensiones o jugarle al azar para ocupar lugares después de la Aquiles Serdán.
Pero entendemos que por un tema de colusión de la Dirección de Tránsito Municipal de Culiacán, que se hace ojo de hormiga, ahora vemos las dos calles del tramo estacionados a una tanda de comodinos y raza que les vale el tema de civilidad y se estacionan cerca del edificio en mención, ubicado en Rosales y Corona.
Por eso desde acá nos sumamos a que los tránsitos hagan su chamba de ir e infraccionar a toda la bola de faltantes al Bando de Policía o que de plano desde Cabildo digan que ya cualquier persona de puede estacionar.
Y lo decimos con mucha seriedad, porque cuando Torres era Alcalde no hubo ningún cambio para tomar la decisión anunciada en Cabildo, simplemente se pintó de amarillo y se instaló la señaletica, por lo que será un precedente que lo hagan de una buena vez.
No nada más la gente de Morena tiene la necesidad de estacionarse en la zona así que, como insistimos, mínimo avisen si ya se puede o vayan e infraccionen a los que ya se sienten dueños del pedazo.
Al parecer en la clase política y mediática de Sinaloa no creyeron del todo aquello de que el santuario Ostok mudó sus actividades y animales hacia Mazatlán, por motivos de inseguridad como argumentó el director, Ernesto Zazueta.
Luego de algunas semanas tranquilón, aprovechó para pronunciarse sobre este tema el Diputado local Rodolfo Valenzuela Sánchez, del Partido Verde, quien se propuso entablar una gran relación pública con el director de Ostok y Bio Parque, el nuevo hogar de los animales que estaban en Ostok.
“El tema ese creo que ya se descubrió que hay un trasfondo más económico que otra cosa. Se tiró el comentario de que era por inseguridad para justificar el movimiento, pero sabemos que va buscando un beneficio económico”, dijo.
Básicamente, Valenzuela le pidió a Ernesto Zazueta que no le ponga mucha crema a sus tacos metiendo el tema de la violencia en esta mudanza.
Y sí, también nos queda claro que Zazueta tenía un proyecto muy nítido en Mazatlán y que eso no sucedió de la noche a la mañana sino que se planeó y negoció con tiempo, lo que implica que la mudanza también tiene motivaciones económicas, más allá de la inseguridad de la zona donde estaba el santuario y que es bastante real.
Pero francamente tampoco se ve como que el Diputado Rodolfo Valenzuela tenga precisamente las credenciales para abordar un tema tan delicado, pero pues el amigo se ha caracterizado por dar declaraciones tan sinceras como atrabancadas.
Dentro de tanto caos que hay en Sinaloa a raíz de la crisis de seguridad, ahora también vemos esta tendencia desde el Poder Legislativo de irse contra los encargados de estos espacios de conservación o cuidado animal.
No hace falta irnos muy atrás, pues tenemos el caso de otro Diputado, Sergio “El Cholo” Torres, que ha agarrado de piñata al director del Zoológico de Culiacán, José María Casanova Rodríguez.
La fricción que trae el Diputado de Movimiento Ciudadano con el funcionario mantiene cada vez más latente la posibilidad de ver al “Cholo” Torres en el Ayuntamiento de Culiacán molestando al Alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil, y no moverse de ahí hasta que despida a “Chema” Casanova.
Mientras los diputados del Congreso local se enfocan en darle cuerda mediática al tema del cuidado animal, como que han olvidado que en los archivos de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable tienen una iniciativa para crear una Fiscalía Especializada para Delitos contra Animales.
Quizá por temas burocráticos no resulte tan viable esta opción, pero a lo mejor, quién sabe, ponerse a legislar en la materia sea más fructífero.
incomoda al crimen
Lo ocurrido en el penal de Aguaruto, en Culiacán, una balacera entre internos, en pleno contexto de confrontación criminal en Sinaloa, exige respuestas claras, contundentes, técnicas.
Lo que ofreció el Gobernador Rubén Rocha Moya, en cambio, fue una cadena de lugares comunes y ambigüedades: “Es muy probable”, “lo estamos revisando”, “hay que estudiarlo, pero hay que estudiarlo bien”.
¿Eso es todo? ¿Frente a un acto de violencia armada dentro de un Penal controlado por el Estado?
Lo que alarma no es sólo el incidente, que ya de por sí es grave, sino la banalidad con la que fue tratado. La idea de que lo que pasa adentro de la cárcel es un reflejo de lo que pasa afuera suena casi a verdad de perogrullo, como si el Estado simplemente fuera un simple descriptor de la realidad que se vive todos los días en el territorio.
Y si el Gobierno no puede ejercer autoridad en un Penal, ¿qué podemos esperar en las calles? Si el Estado es incapaz de garantizar el orden dentro de un entorno cerrado, con rejas, custodios y sistemas de vigilancia, ¿qué puede prometerle a las familias sinaloenses que viven entre balaceras y persecuciones?
El crimen no necesita declaraciones. Ya tiene armas, redes y territorio. Lo que necesita, y agradece, es que el poder público se haga a un lado, que le dé espacio, que lo trate como una inevitabilidad. Preocupa que ese vacío institucional ya se está consolidando. Porque no es que el Estado esté ausente. Está presente, sí, pero sin ejercer autoridad... o peor aún, haciendo parte del arreglo mafioso.
Y ese es el peor de los escenarios.
Para quienes no tienen otra opción de estacionarse cerca del Paseo del Ángel, lo primero que se nos ocurre reclamar es que desde el Ayuntamiento de Culiacán avisen si ya se puede estacionar por la calle Antonio Rosales, en el tramo que conforman las calles Andrade y Aquiles Serdán.
Porque muy cómodos, hemos visto como los visitantes al edificio que se dice que es del comité local de Morena, pues ya se han pasado por el arco del triunfo la señalética que se pintó e instaló desde que al “Cholo” Sergio Torres se le antojó quitar la línea blanca para empujar estos espacios más al oriente de su par vial Obregón-Aquiles.
Y lo decimos muy en serio, porque quien tiene negocio en la zona ha tenido incluso que dejar sus vehículos hasta casi la Guerrero, en la misma Rosales, casi donde se ubica el edificio del Centro de Control y Confianza o el edificio cultural de Cobaes.
Pero tristemente hemos visto en las últimas semanas que los señorones de Morena han ignorado la línea amarilla y las señales de No Estacionarse, muy claras y bien ubicadas, en el tramo antes mencionado.
Por años, quienes se han tenido que estacionar en la zona, por ubicarse ahí mismo sus centros de trabajo, han tenido que pagar pensiones o jugarle al azar para ocupar lugares después de la Aquiles Serdán.
Pero entendemos que por un tema de colusión de la Dirección de Tránsito Municipal de Culiacán, que se hace ojo de hormiga, ahora vemos las dos calles del tramo estacionados a una tanda de comodinos y raza que les vale el tema de civilidad y se estacionan cerca del edificio en mención, ubicado en Rosales y Corona.
Por eso desde acá nos sumamos a que los tránsitos hagan su chamba de ir e infraccionar a toda la bola de faltantes al Bando de Policía o que de plano desde Cabildo digan que ya cualquier persona de puede estacionar.
Y lo decimos con mucha seriedad, porque cuando Torres era Alcalde no hubo ningún cambio para tomar la decisión anunciada en Cabildo, simplemente se pintó de amarillo y se instaló la señaletica, por lo que será un precedente que lo hagan de una buena vez.
No nada más la gente de Morena tiene la necesidad de estacionarse en la zona así que, como insistimos, mínimo avisen si ya se puede o vayan e infraccionen a los que ya se sienten dueños del pedazo.
Al parecer en la clase política y mediática de Sinaloa no creyeron del todo aquello de que el santuario Ostok mudó sus actividades y animales hacia Mazatlán, por motivos de inseguridad como argumentó el director, Ernesto Zazueta.
Luego de algunas semanas tranquilón, aprovechó para pronunciarse sobre este tema el Diputado local Rodolfo Valenzuela Sánchez, del Partido Verde, quien se propuso entablar una gran relación pública con el director de Ostok y Bio Parque, el nuevo hogar de los animales que estaban en Ostok.
“El tema ese creo que ya se descubrió que hay un trasfondo más económico que otra cosa. Se tiró el comentario de que era por inseguridad para justificar el movimiento, pero sabemos que va buscando un beneficio económico”, dijo.
Básicamente, Valenzuela le pidió a Ernesto Zazueta que no le ponga mucha crema a sus tacos metiendo el tema de la violencia en esta mudanza.
Y sí, también nos queda claro que Zazueta tenía un proyecto muy nítido en Mazatlán y que eso no sucedió de la noche a la mañana sino que se planeó y negoció con tiempo, lo que implica que la mudanza también tiene motivaciones económicas, más allá de la inseguridad de la zona donde estaba el santuario y que es bastante real.
Pero francamente tampoco se ve como que el Diputado Rodolfo Valenzuela tenga precisamente las credenciales para abordar un tema tan delicado, pero pues el amigo se ha caracterizado por dar declaraciones tan sinceras como atrabancadas.
Dentro de tanto caos que hay en Sinaloa a raíz de la crisis de seguridad, ahora también vemos esta tendencia desde el Poder Legislativo de irse contra los encargados de estos espacios de conservación o cuidado animal.
No hace falta irnos muy atrás, pues tenemos el caso de otro Diputado, Sergio “El Cholo” Torres, que ha agarrado de piñata al director del Zoológico de Culiacán, José María Casanova Rodríguez.
La fricción que trae el Diputado de Movimiento Ciudadano con el funcionario mantiene cada vez más latente la posibilidad de ver al “Cholo” Torres en el Ayuntamiento de Culiacán molestando al Alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil, y no moverse de ahí hasta que despida a “Chema” Casanova.
Mientras los diputados del Congreso local se enfocan en darle cuerda mediática al tema del cuidado animal, como que han olvidado que en los archivos de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable tienen una iniciativa para crear una Fiscalía Especializada para Delitos contra Animales.
Quizá por temas burocráticos no resulte tan viable esta opción, pero a lo mejor, quién sabe, ponerse a legislar en la materia sea más fructífero.