Nuevas nuevas de las encuestas
En Sinaloa se sigue apoyando a Morena a pesar de que se rechaza a la actual administración estatal, pues de acuerdo con una encuesta de Massive Caller, en 2027 la Gubernatura se la llevaría la 4T.
Bueno, esta encuesta se trata de unos comicios que ocurrirán dentro de dos años, por lo que puede pasar cualquier cosa en el período previo a las elecciones, pero, de seguir la tendencia, más del 40 por ciento de los electores votarían por Morena.
La encuesta también documenta que Rubén Rocha Moya tiene una de las peores percepciones en materia de seguridad y de confianza ciudadana, por lo que esa gran cifra de electores que irían por Morena se debe entender como resultado del aparato federal y la política de programas sociales más que de lo local.
Además, en cuanto a actores políticos preferidos para ir por la Gubernatura la más votada dentro de Morena fue Imelda Castro Castro, compañera de fórmula de Rocha Moya cuando fueron por el Senado, pero que se ha ido alejando del rochismo, y que precisamente por la distancia que ha tomado del Gobernador podría mantenerse en la jugada. Aunque tampoco dejamos de ver el factor de ser mujer en tiempos que nos gobierna una PresidentA.
En la encuesta no se consideran posibles alianzas, como la que en años pasados ha gestado el PRI, el PAN y el extinto en Sinaloa PRD, por lo que de unirse también podrían ganarle terreno a Morena y dar pelea pues de momento no pintan como opción para la ciudadanía.
La verdad es que, que la gente prefiera a Morena a pesar de las pésimas calificaciones en percepción de seguridad y demás, sólo es muestra del pésimo trabajo que ha hecho la Oposición en el estado, pues no han trabajado para convertirse en una opción confiable, ni por limpiar una historia de malas administraciones locales.
De seguir esta tendencia, y de seguir como el favorito Morena, lo peor que podría pasar que es que de ese partido nos impongan cartuchos quemados o gente impresentable. Ya estamos viendo como salió lo que nos trajo el tsunami con el Químico Benítez, Estrada Ferrerio o Vargas Landeros. O gente que todavía tiene un montón que demostrar en tiempos particularmente difíciles, como Estrella Palacios o Gámez Mendivil.
¿Presupuesto extra?, sí, pero no para que termine
La cosa parecía tan obvia que no esperábamos que alguien tuviera que decirle, ni a los diputados de la actual Legislatura ni a los encargados de la actual administración del Gobierno del Estado.
Porque si no les parece algo importante, luego de ocho meses de padecimiento, sufrimiento y supervivencia, pues seguramente es porque no están, ni viven, ni les importa Sinaloa.
La propuesta del Consejo Estatal de Seguridad Pública de solicitar y aplicar un presupuesto de seguridad pública extraordinaria debido a la situación justamente extraordinaria, podría provocar que todo prevalezca de la misma forma hasta que se cumpla más de un año.
Por eso vale ponerle atención a la sugerencia de Miguel Enrique Calderón Quevedo, coordinador ciudadano del Consejo Estatal de Seguridad Pública, aunque no estamos seguros que sea el único factor para que la guerra termine, pero es sin duda un buen comienzo.
El tamaño de las facciones del Cártel es algo que desconocíamos y que hemos podido delimitar, por lo menos en territorio, en centros de precursores y en delimitación de jurisdicción, por patrullajes y por la atribución de fechorías, casi siempre destructivas y mortales.
Sin embargo, retomamos lo que Calderón Quevedo expuso de que en el tema presupuestal el Gobierno debe atender la situación de inseguridad de la misma manera que una emergencia.
Algo obvio y que ni el Gobernador Rubén Rocha Moya ni sus compinches han podido reflexionar en ocho meses de crisis.
El llamado frente a esto es que estamos en una situación de emergencia, recalcó Calderón Quevedo, en una situación de crisis y que frente a una situación como ésta, también el Gobierno debería de responder de la misma manera con una situación para modificar el presupuesto.
Sin embargo, la propuesta del CG del CESP es que el presupuesto debe fortalecer a nuestras instituciones para estar de frente a lo que se refiere “esta guerra”.
Y aunque el tema de la guerra definitiva del Cártel de Sinaloa no se debe a presupuestos, sino al tamaño y poder de supervivencia de sus facciones, no deja de ser importante responder una manera diferente a la típica inercia con que nuestros gobernantes administran estas crisis: jugándole al cansancio.
“...Si no modificamos, si no fortalecemos, si no nos cuestionamos y si no le decimos al Gobierno que también hay una sociedad que que está haciendo un llamado y que también pueda ayudar con sus ideas, con su reflexión y con su sentido común”, expuso Calderón.
El presupuesto extra sin duda ayudaría, y donde coincidimos que puede hacer la diferencia es en fortalecer las instituciones, sobre todo de persecución e impartición de justicia.
Otra muerte que duele, otra que no debió ocurrir
El asesinato de María Dolores Patiño Moreno, defensora de animales en Culiacán, lastima porque confirma que en Sinaloa también se mata a quienes se dedican a cuidar la vida. Su caso no es una excepción, sino parte de una larga cadena de muertes que el Estado no ha sabido, o no ha querido, detener.
Entre esas muertes están niños, niñas, hermanos, hijos, madres, padres. Asesinatos ocurridos en un contexto de crisis prolongada en Sinaloa, donde desde septiembre de 2024 se ha registrado un aumento sostenido en hechos violentos, incluyendo desapariciones.
Diversos colectivos han expresado su indignación y han exigido que se investigue a fondo el caso. Las reacciones han sido especialmente visibles entre defensores de animales y organizaciones de derechos humanos, que advierten sobre los riesgos que enfrentan personas que desarrollan labores comunitarias en entornos marcados por la violencia.
No basta con lamentar la pérdida de una activista. Lo que verdaderamente indigna es que su muerte se sume a una lista que crece sin consecuencias, como si la violencia fuera parte inevitable de la vida en este territorio. Pero no lo es. O no debería serlo.
Porque si lo único que garantiza levantar la voz en Sinaloa es terminar sin vida, entonces este no es un estado en paz, es un territorio sin ley, donde proteger la vida también puede costarte la tuya.